Las familias que luchan por izar la bandera del bilingüismo en Cataluña
∑Los afectados denuncian que, a pesar de sentencias como la última del Supremo, el 25% mínimo de castellano se incumple ∑Fuera de las aulas, muchos padres lamentan que la comunicación con los centros solo se produce en catalán
Era una ansiada victoria desde hace años. El portazo del pasado miércoles del Tribunal Supremo (TS) a la inmersión lingüística en Cataluña al no admitir el recurso de la Generalitat ante el Tribunal Superior de Justicia autonómico (TSJC) contra la obligatoriedad del 25% de castellano en las aulas ha sido un regalo del cielo para las familias que, durante años y tras una lucha incesante, han batallado por la igualdad educativa. Hasta ahora son un centenar de padres los que han conseguido que sus hijos y compañeros de clase –2.300 alumnos en total–, disfruten de una asignatura más en castellano, según apuntan desde la Asamblea para una Escuela Bilingüe (AEB). Algunas de estas familias cuentan a ABC su batalla, llena de dificultades, y que no ha servido para que el castellano, cooficial en Cataluña, cobre peso de manera generalizada en el sistema escolar regional.
Quique Roldán Llagostera (Gerona) «Esto también es una victoria para los catalanohablantes»
Quique Roldán contactó con la AEB cuando le decían desde el colegio que su hijo «debía hacer más catalán porque era castellanohablante». Su caso acabó en el TSJC y en menos de dos meses salieron las medidas cautelares. Ahora a su hijo, que ya cursa tercero de Primaria en un centro público de Llagostera (Gerona), le imparten, en teoría, la asignatura de Medio junto a horas de Matemáticas, Lengua, Lectura y exposición en castellano, pero sabe que no lo cumplen a rajatabla.
«Algunos padres me empezaron a hacer el vacío, otros se echaron para atrás por miedo y otros me lo agradecieron. No es fácil, pero yo ya no quiero tener más miedo para reclamar algo para mi hijo que es legal. Él juega con todos los niños sin problemas, pero no ha vuelto a ir a ningún cumpleaños, no sé si será por culpa del Covid, aunque creo que sí ha habido algunas fiestas», disculpa con cierta pena Quique.
A pesar de todo, él no ha dejado de perseguir el equilibrio lingüístico: ahora consiste en pedir que la canción navideña que ensayan en clase sea en castellano, ya que el año pasado era catalana. «Me dijeron que ‘sin problema’. Lo veremos», cuenta. Por todo ello, la respuesta del TS fue para él «una victoria por los derechos de todos los niños, también para los catalanohablantes, que si no, no tendrán un buen nivel de castellano porque con dos horas de clases a la semana no se aprende un idioma».
D. López Barcelona «¿Hay que mendigar para tener una miseria del 25% de las clases?»
D. López lleva batallando desde el pasado junio junto a las familias de otros 25 niños para que el 25% de castellano se implante en las aulas de un colegio público del distrito de Horta-Guinardó (Barcelona), al que acude su hijo de 11 años. A la escuela, comenta esta mujer, acuden muchos hijos de inmigrante que no quiere publicar su nombre de pila, y el castellano es el idioma más hablado tanto en el patio como a las puertas del centro. «Quizás por eso desde arriba existe este empeño ilógico e imposición a la fuerza» del catalán, denuncia.
De momento, la Consejería de Educación ha hecho oídos sordos a sus demandas, que persigue junto a la entidad Hablamos Español, y se ha limitado a aceptar el envío de comunicados escolares en castellano. La clase que ella conoce de primera mano, la de 6º de Primaria, tiene 4,45 horas de lengua catalana, 3,30 de Inglés y apenas 2,30 de Castellano, prácticamente el mismo tiempo que destinan a la asignatura de Plástica. El resto de materias troncales se imparten en catalán. «Lo tratan como una lengua extranjera», lamenta, mientras recuerda: «La educación de calidad de nuestros hijos pasa por tener también un buen castellano». Con este panorama recibió con especial alegría el posicionamiento del Supremo, pero a la vez «con escepticismo», porque comprueba «que las sentencias no se cumplen». «¿Hay que mendigar para tener una miseria del 25% de clases en castellano?», se pregunta indignada.
A. R. Palamós (Gerona) «Si quieres la educación en castellano, tendrían que darte un 25% en catalán»
«Lo nuestro es un acto de buena fe». A. R. (también se resiste a publicar su identidad) empezó su particular lucha cuando su hijo mayor empezó Infan