España pone freno a la entrada libre de personas no vacunadas
La aparición de la nueva variante del Covid-19, Ómicron, está causando una revolución a nivel mundial. Tanto es así que muchos países, como España, ya están tomando medidas para intentar frenar la entrada de la nueva forma contagiosa del virus, que cuenta con más de un centenar de mutaciones. La exigencia de una prueba negativa –test de antígenos o PCR– a los pasajeros procedentes de los países que se encuentren en alto riesgo por la presencia de Ómicron, independientemente de su estado vacunal, se ha convertido en una de las primeras restricciones adoptadas por el Ejecutivo, tal y como detalla la resolución de la Dirección General de Salud Pública publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado
(BOE) y que es efectiva desde ayer.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, adelantó el pasado viernes que España suspende desde el martes la conexión aérea entre Sudáfrica y Botsuana. Esto supone un inminente endurecimiento de los controles sanitarios en los puntos de entrada al país. Sumado a eso, el Ministerio del Interior publicó ayer una orden en la que detalla un aumento de las restricciones temporales de viajes no imprescindibles desde terceros países a la Unión Europea y el espacio Schengen. Este nuevo documento, que entrará en vigor el 1 de diciembre, modificará la orden del 17 de julio, sobre los criterios para la restricción temporal de viajes. España solo permitirá la entrada de personas procedentes de Reino Unido e Irlanda del Norte con certificado de vacunación y no con prueba diagnóstica negativa.