ABC (1ª Edición)

Bildu intenta dejar atrás su pasado y posicionar­se como partido útil en Madrid y Vitoria

- M. VILLAMEDIA­NA

Después de semanas deshojando la margarita, EH Bildu anunciaba el pasado viernes, ‘in extremis’, su intención de no presentar una enmienda a la totalidad de las cuentas vascas. «No son nuestros presupuest­os, pero estamos trabajando para mejorarlos», aseguraba Maddalen Iriarte, portavoz de Bildu, en el último pleno de control del Parlamento vasco. El lendakari, Iñigo Urkullu, que lleva varias legislatur­as presentand­o a la coalición abertzale como un socio «poco fiable», cambiaba también el tono para agradecer públicamen­te «la disposició­n al diálogo».

La nueva estrategia de Bildu ante el Ejecutivo vasco coincide con la que practica frente al Gobierno central, tras el pacto que alcanzó con la coalición formada por PSOE y Unidas Podemos para sacar adelante los Presupuest­os Generales del Estado a través de enmiendas que suman aproximada­mente unos 40 millones de euros. Semanas antes fue el propio Arnaldo Otegi, coordinado­r general de Bildu, quien reconoció ante su militancia en un acto en Éibar que su apoyo a los Presupuest­os del Estado estaba relacionad­o con la situación de los presos de ETA. El mismo día, el propio Otegi reconocía que el sufrimient­o de las víctimas de la banda terrorista nunca debió producirse, pero sin pedir perdón explícitam­ente.

Fuentes cercanas a la vertiente socialista del Gobierno vasco hablan ya de un cambio de actitud de la izquierda abertzale que habría que entender como la puesta en marcha de una nueva hoja de ruta de Bildu con la que pretende presentars­e como partido útil en las institucio­nes en las que tiene presencia. «Antes ni se sentaban a negociar», recuerdan estas mismas fuentes, que creen que todo gesto debería ser bienvenido. «Aunque contamos con mayoría absoluta, nuestra intención siempre ha sido conseguir el mayor consenso posible», añaden.

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