El Goya en su lugar

Hay en la Academia del Cine un estimable anhelo de paz y armonía. De orden, en realidad. De que las cosas estén en su lugar. Y en este primer cribado para sus próximos premios Goya se aprecia ese anhelo por la gruesa afinación, por la concordia, para que todo concilie con el paisaje sin que haya estridencias, aunque la huida de la estridencia suponga, como es el caso, algún estrepitoso chirrido. Es innegable que ‘El buen patrón’ es uno de los títulos del año, y que su director, Fernando León de Aranoa, y su gran protagonista, Javier Bardem, tienen que estar ahí como grandes aspirantes en esta primera selección; y es muy conveniente que la personalidad de Almodóvar y de su película, ‘Madres paralelas’, y de su actriz Penélope Cruz obtengan el protagonismo que se merecen para estar en la ceremonia, y que no se hayan olvidado de películas como ‘Maixabel’ o ‘Mediterráneo’, que abordan asuntos tan crujientes y sostenibles como el fenomenal diálogo entre víctimas y verdugos o la tragedia de la migración.

Visto lo cual, ya se sabe que el Goya de este año (los principales premios de película, director, intérpretes y guion) estará exactamente en ese lugar de lo idóneo, cualquiera de ellos. Pero también se sabe que se producirá el estrepitoso chirrido, oculto por el sonido ambiente, de que la mejor película española de este 2021 –y de algunos otros más–, ‘El amor en su lugar’, de Rodrigo Cortés, ha pasado por los ojos de la Academia (en el caso de que la hayan visto, pues se estrena esta semana) sin llamar su atención. Y da un poquito de pena, no tanto por el director y su película, como por la Academia o los académicos. Lo de ‘Quién lo impide’, de Jonás Trueba (tan obvio lo de ¡a mejor documental!) y lo de Balagueró y ‘Way Down’ (¡efectos especiales!), también es de luces cortas. Pero, en fin, todo colocadito…, por ahora.