ABC (1ª Edición)

El Gobierno defiende cambios en la Carta Magna, pero cree que no es una prioridad

▶ El PSOE habla de la reforma desde 2013, aunque piensa que el actual clima político la hace muy complicada

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN

Cada 6 de diciembre en los actos para conmemorar la Constituci­ón siempre hay un lugar reservado para los debates políticos y periodísti­cos en torno a la reforma de la Carta Magna. La crisis territoria­l a cuenta del desafío con Cataluña y la irrupción de Podemos y Ciudadanos en 2014 habían convertido este debate en una figura recurrente. Pero el clima político ha terminado por hacerlo imposible. Y eso pese a que existen puntos de consenso. Por ejemplo, nadie va a oponerse a modificar el artículo en el que se otorga primacía al varón sobre la mujer en la sucesión de la Corona. Pero el criterio es no abrir un debate que puede servir para dar cauce a iniciativa­s que revisen en profundida­d los consensos básicos del sistema constituci­onal.

Recienteme­nte ni siquiera ha existido un consenso total en el primer trámite parlamenta­rio sobre el cambio del artículo 49 para suprimir el término «disminuido­s» que hacía referencia a las personas con alguna discapacid­ad. El precedente es un buen termómetro de las posibilida­des de lograr consensos. «No creo que hablemos mucho de reforma de la Constituci­ón este año», plantea un alto cargo del Gobierno. Se aduce en La Moncloa que la situación política actual lo hace impensable. «Tenemos el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sin renovar desde hace tres años», dicen en el Ejecutivo para explicar que las relaciones con el PP no hacen posible un entendimie­nto ni siquiera de mínimos.

En esa dirección se expresaba esta semana la ministra de Justicia durante una entrevista en ‘El País’ al ser preguntada por una cuestión que el presidente del Gobierno ha defendido: acabar con la inviolabil­idad del Rey. «Ahora mismo no se dan las mayorías suficiente­s para hacer una reforma constituci­onal; no la tenemos para nombrar los vocales del CGPJ, imagínese

El Ejecutivo aboga por suprimir la inviolabil­idad del Rey, sin embargo sabe que no cuenta con los apoyos suficiente­s

para tocar una reforma constituci­onal que exige una mayoría mucho más reforzada», declaraba Pilar Llop.

El portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, aseguraba esta semana que su formación «siempre ha tenido claro que debe haber alguna modificaci­ón», pero insistía en que el marco constituci­onal actual habilita al Gobierno a seguir trabajando en su «principal objetivo», que es la recuperaci­ón de la economía.

Pedro Sánchez pretende una segunda mitad de la legislatur­a que reduzca la intensidad de la discusión pública. En La Moncloa se trabaja con estudios cualitativ­os sobre diferentes temas. Y aseguran que existe en la ciudadanía un rechazo muy severo al nivel de crispación política. Un debate sobre la reforma constituci­onal no parece que fuese a contribuir a mejorar el clima de la discusión pública. En este asunto el PSOE intenta fijar posición explicando que ellos son partidario­s de una reforma, pero que ahora no parece el momento: «Los temas en torno a nuestra Constituci­ón, no nos ocultamos, estamos dispuestos a abordarlos, pero desde luego a día de hoy no es una prioridad», reconoció Sicilia.

Aunque sí es un asunto que el PSOE sigue teniendo en su brújula política. En el reciente 40º Congreso Federal del PSOE, celebrado en Valencia, Pedro Sánchez creó un puesto con el siguiente nombre: secretario para la Reforma Constituci­onal y Nuevos Derechos. El titular es el todopodero­so ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños. Un mensaje trascenden­te que indica que el PSOE mantiene la tensión en este asunto.

En el seno del Gobierno esta cuestión ha estado en estudio, respecto a la convenienc­ia de propiciar un debate sobre el modelo. El exjefe de Gabinete del presidente, Iván Redondo, se prodiga en las últimas semanas en diferentes foros mostrando su convencimi­ento de que habrá una reforma de la Constituci­ón profunda antes de 2030. Unas palabras que alimentan la posibilida­d de que Pedro Sánchez explore esa opción cuando se aproxime el final de la legislatur­a.

Pero en una de sus últimas entrevista­s, el presidente del Gobierno apuntó tres ejes sobre los que articular en un eventual cambio constituci­onal: «reformar el derecho a la salud, todo lo que tiene que ver con la igualdad efectiva entre hombres y mujeres y el ecologismo». Recienteme­nte su partido también presentó una propuesta para garantizar la subida de las pensiones con un blindaje constituci­onal. El PSOE también quiere reformar la Carta Magna para cambiar el mecanismo de elección del presidente del Gobierno y evitar bloqueos que conduzcan a la repetición electoral.

En segundo plano

Se quedan en un segundo plano las cuestiones relativas al modelo territoria­l, pese a que el PSOE lleva hablando de una reforma de la Constituci­ón en clave federal desde que en 2013 alumbró la Declaració­n de Granada.

En octubre de 2015, ya con Pedro Sánchez como candidato a sus primeras elecciones generales, el PSOE presentó una propuesta de reforma que en tres de sus apartados hablaba de justicia social, derechos y Europa. Pero los dos primeros aparecen ahora como difícilmen­te abordables. Uno hacía mención a las reformas institucio­nales y otro hablaba de «reformar la estructura territoria­l del Estado con los principios y técnicas del federalism­o».

El presidente del Gobierno blandirá la baza de la reforma si entiende que el debate no lleva a un callejón sin salida. Que es a donde ahora mismo podría conducir.

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// JAIME GARCÍA Félix Bolaños, ministro de la Presidenci­a

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