Arrimadas se abre a que Cs y PP se presenten juntos en Andalucía
▶ El partido naranja da un giro a su discurso y valora esta opción ante su caída en los sondeos
Ciudadanos ha pasado de disputarle al PP la hegemonía del centro derecha en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018 a estudiar la opción de concurrir en coalición con los populares en los próximos comicios autonómicos que se celebrarán en 2022. El debate sobre la conveniencia o no de presentarse en listas conjuntas lo ha reabierto la presidenta nacional de la formación naranja, Inés Arrimadas, quien hasta ahora había desdeñado esa fórmula que el propio presidente andaluz, Juanma Moreno (PP), planteó hace meses bajo la marca ‘Andalucía Suma’. «Hay que valorar cualquier cosa para reeditar el gobierno respetando que [PP y Cs] somos dos partidos distintos con programas electorales distintos», manifestó ayer Arrimadas en un desayuno informativo de Europa Press en Sevilla cuando le preguntaron sobre la unión electoral de los partidos que comparten el Gobierno de la Junta de Andalucía.
La razón que esgrimió es que se ha abierto otro escenario político «en los últimos meses»: la aparición de «una pinza anticambio por la izquierda y la derecha que pone en peligro el crecimiento de Andalucía» y el pacto que puso fin a 37 años de poder continuado socialista. «Ha surgido un nuevo amor en Andalucía entre Vox y PSOE», que utilizan a la región como «peón al que pueden sacrificar» en su carrera hacia La Moncloa, adujo. La ‘pinza’ se ha abierto paso como argumento electoral de los partidos que gobiernan la Junta después de que los socialistas y los de Santiago Abascal bloquearan sus últimos presupuestos. La confluencia de intereses de los dos extremos supone, enfatizó, «un problema para el cambio» y el Ejecutivo «necesita una legislatura más» para rematar sus reformas.
Con estos materiales construye Cs un nuevo relato sobre una posible alianza electoral con el PP en la cita electoral. La unión puede interesar a ambos partidos por una mera cuestión de eficacia electoral, pero sobre todo a Cs. El sistema de reparto de escaños penaliza la división en varias candidaturas. De fondo, late la dificultad del partido naranja para rentabilizar el trabajo que está realizando en la Junta. La gestión de parcelas relevantes (Educación, Turismo, Empleo, Regeneración y Políticas Sociales) no termina de detener su desplome demoscópico. La última encuesta del Centro de Estudios Andaluces –el CIS regional– le otorgaba un tercio de sus 21 diputados actuales. Cs corre el peligro de caer en la irrelevancia política si no consigue sumar mayoría absoluta con el PP tras los comicios.
La realidad es que la coalición de gobierno le ha ido mejor a Andalucía –el PIB regional crece por encima de la media española, coinciden los analistas– que a la formación naranja y eso ha alimentado las dudas sobre su estrategia. El síntoma más palpable ha sido la fuga de algunos cargos al PP nacional, alentada desde Génova y contenida, con un pacto de no agresión, desde ambos partidos en Andalucía.
La presidenta de Cs está dispuesta a «valorar» esta fórmula para frenar la «pinza anticambio», pero aún no hablado con el PP
Primarias en diciembre
Arrimadas aclaró que la coalición electoral «no es algo que haya estado ni está encima de la mesa» ahora y tampoco ha hablado de ello con los populares porque «quedan seis meses de trabajo, con muchas leyes para aprobar». Cs mantiene su hoja de ruta orgánica y «antes de final de año» espera celebrar las primarias que confirmarán a Juan Marín como candidato a la Junta.
Está por ver si se concreta, pero la mera disposición a explorar esta vía representa un giro en el discurso de la formación. Hace justo un año, Arrimadas dio un portazo a esta fórmula –«no es una opción que contemplemos», dijo– cuando el vicepresidente de la Junta y responsable regional de su partido, Juan Marín, había dejado abierta esa puerta a estudiarlo en un coloquio con el fundador del partido, Albert Rivera. Marín acompañaba ayer a su jefa de filas mientras exponía las razones para considerar como posible una opción que antes no lo era. El vicepresidente abundó en que «la situación ha cambiado mucho» con Vox, mientras que el PSOE «nunca va a colaborar». Su socio de gobierno prefirió ayer no valorar la posible coalición electoral.