«El pop ha recuperado el folclore del que se apropió la dictadura»
▶ La banda madrileña ha publicado ‘Cable a tierra’, donde mira a las tradiciones musicales de nuestro país
Algo ha cambiado en la percepción de nuestras tradiciones culturales. Uno de los frutos de esa evolución es ‘Cable a tierra’, el nuevo disco que Vetusta Morla han publicado, grabado con mirada folclorista y con instrumentación de luthiers de lugares como los panderos cuadrados de Salamanca. —El propio título ‘Cable a tierra’, a pesar de estar abierto a mil interpretaciones, parece una alegoría del ejercicio musical que han hecho. —(Juanma Latorre, guitarra) El germen emocional que nos llevó a hacer este disco se produjo durante el confinamiento, que por alguna razón nos hizo mirar a lo más cercano. Sumidos en un mundo en modo apocalipsis, los anclajes familiares, sociales y culturales que nos dan identidad nos parecieron especialmente interesantes. Habíamos hecho algo parecido previamente, pero nunca nos habíamos tirado del todo a esa piscina.
—¿Qué dificultades y qué ventajas da este enfoque en el proceso de composición?
—Lo más difícil ha sido superar el prejuicio propio, porque, al principio, escuchar algunas canciones nuestras con estilo de jota o fandango, era como una patada (risas). Hubo que avanzar mucho para que la mayonesa quedara ligada. La cuestión no fue buscar algo ultranovedoso, lo bonito estaba en otro sitio.
—La resignificación del folclore dentro del pop es el gran fenómeno musical de los últimos años, ¿no cree? —Sí. Es una corriente muy en alza y que tiene su razón de ser. Nos hemos distanciado de los prejuicios con la música tradicional, una música que nos ha costado escuchar, que casi ninguno hemos tenido en casa porque la generación que nos precede la rechazó porque la dictadura se apropió de ese folclore para formar una identidad, un nacionalismo horrendo. Poco a poco fue llegando un punto en el que gente más joven empezó a dejar de sentir ese efecto, y ese cambio ha acabado trasladándose al pop. Es como si nos hubiera faltado una pieza del puzle, y al encajarla lo sentimos natural, que nos mueve emocionalmente.
—¿El lío de la apropiación cultural es un debate inerte o interesante?
—Es un tema muy delicado y un debate abierto. La apropiación cultural existe, y a veces con intenciones muy negativas. Mientras se haga con respeto... pero la línea es muy fina. No obstante, la evolución de la cultura siempre ha ido a golpe de contaminación, de coger cosas de otro lado y meterlas en tu película. Creo que no hay que ser muy talibán. Fusionar, más que un crimen, debe ser un ejercicio de unidad.
«La apropiación cultural existe, y a veces con intenciones negativas... No obstante, creo que no hay que ser talibán»