Más Shirley
No será lo más visto, pero ‘Downton Abbey’ es un acierto de La 1 en sus tardes
No es ‘Downton Abbey’ (La 1) lo más visto en la tarde o sobremesa (¿qué son las 16.30?), pero genera conversación. También lo sigue haciendo ‘Café con aroma de mujer’ (su protagonista es la imagen de El Corte Inglés). Hablamos de la serie de Julian Fellowes cuando se estrenó en 2010. Y volvemos a hacerlo ahora, quizá porque, salvo algún disparate gozoso de ‘Sálvame’, es lo mejor a esas horas. Pese a ser un pastiche de época. Pese a la idealización de los personajes de arriba y de abajo. Y aunque nos hayamos reído de los americanos y su desorbitada querencia por la serie (fue la más vista de la historia de la PBS). Leo con mucho interés ‘Nunca delante de los criados’ (Periférica), de Frank Victor Dawes, quien en 1972 puso un anuncio en el ‘Daily Telegraph’ pidiendo a gente que hubiera servido que le contara su experiencia (cercana a veces a la esclavitud, hasta con cambio de nombres). El libro es de 1973. El periodista Frank Victor Dawes era hijo de una criada que había empezado a trabajar a los 13 años. También hay que recordar que ‘Arriba y abajo’ se estrenó en 1971.
Hace unos años, Alba publicó ‘En el piso de abajo’, de Margaret Powell, divertidas memorias que Julian Fellowes había leído. También lo había hecho Eileen Atkins, cocreadora de ‘Arriba y abajo’ con Jane Marsh, la Rose de la serie. Ambas veían ‘La saga de los Forsyte’ (BBC, 1967) y querían saber quién pelaba las patatas, quién vaciaba los orinales. Los dos libros, el de Powell y el de Frank Victor Dawes, son excepcionales como complemento a estas ficciones. Margaret Powell, que publicó el suyo en 1968, era una mujer que quería educación. Como Daisy en ‘Downton Abbey’ (tiene gracia que la pinche se llame igual que la pinche de ‘Arriba y abajo’).
Uno de los personajes secundarios de ‘Downton Abbey’ es la suegra de Lord Crawley, interpretada por Shirley McLaine. Qué grandes los duelos dialécticos con Maggie Smith. Shirley McLaine saldrá en la segunda temporada de ‘Solo asesinatos en el edificio’. La televisión da estas alegrías.