Ginés García Millán «Fue un drama dejar el fútbol»
► El actor, que iba «para porterazo», es el villano de ‘¿Quién mató a Sara?’. Netflix estrenó ayer su tercera temporada
Fue Suárez en ‘23-F: La película’ y en unos días presenta ‘El comensal’, de Ángeles González-Sinde, donde da vida al hijo de una víctima de ETA. Ginés García Millán (Murcia, 1964) rueda ahora en Orense, de noche, y va «con el sueño justo». Ayer estrenó en Netflix la tercera temporada de ‘¿Quién mató a Sara?’, serie mexicana en la que hace el papel de villano. Ahora le sale competencia.
«Trabajar con Jean Reno ha sido una experiencia total. Esta serie me ha dado muchas alegrías y la última ha sido que él estuviese en la tercera temporada. Es uno de los grandes de verdad, un tipo sencillo y humilde. Hemos hablado mucho de su familia española, de su infancia. Nos une esa querencia por los malvados».
¿Por qué?: «La vida te lleva ahí, por lo que sea, tu manera de trabajar, tu físico, porque hiciste un malvado y salió bien. Cuando no son iguales, es muy interesante. Y luego, para qué nos vamos a engañar, hacen cosas que en la vida cotidiana no nos atrevemos y a lo mejor tenemos ganas de hacer».
Esos personajes también le enseñan cosas de sí mismo, «igual que cuando lees una buena novela o poesía». «Eso es muy único. Nos descubrimos. Lees las noticias y ves que somos lo mejor y lo peor. Todo eso está en la condición humana».
García Millán se crió en un hotel de su familia «y eso ya era una película continua». «Vi pasar de todo, héroes, malvados y personajes curiosos. Fue mi primera ventana al mundo. Luego veía las series españolas y ‘Estudio 1’ y quería vivir otras vidas, como Rodero, Bódalo, Fernando Guillén y Rabal. Solo dudó cuando tuvo que elegir entre el deporte y la actuación. «Llegué a estar en la selección juvenil. Fue un drama dejar el fútbol, pero sentía que quería ser actor, aunque yo era un porterazo. Quería ser el portero de la selección española».
Ahora, en la mitad mala de los 50, asume los cambios: «Tendré que adaptarme. Ya no seré ese galán, pero me llegarán personajes estupendos. Lo decía Jack Lemmon. ¿Son personajes más complejos? Sí, pero llegan menos. Hay que aceptarlo. Uno se hace mayor y se va viendo sus cicatrices y sus arrugas y vas perdiendo pelo. Si solo te has preocupado por eso, tendrás un grave conflicto».