Por Sierra Nevada
Soy la viuda de Lorenzo Arribas Mir, luchador y apasionado por Sierra Nevada, a cuya defensa dedicó muchos artículos en este mismo medio. Estos días se está deliberando el cambio de la legislación del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Sierra Nevada y he recordado con cariño a Lorenzo y la campaña contra el radar en el Mulhacén. Durante las jornadas de recogida de firmas en el centro de Granada contra aquel disparate, la gente se sorprendía de que alguien se atreviese a alzarse contra el poder. Lo mismo que entonces, espero que en esta ocasión la ciudad entienda esta nueva campaña para que dejen al parque nacional en paz.
Estos días nos enteramos del disparate que quieren perpetrar con una modificación tramitada por vía de urgencia del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Sierra Nevada para permitir que la Vuelta Ciclista a España tenga un final de etapa en una de las cumbres más altas de Sierra Nevada. Eso sería estupendo y no haría falta modificar nada, si decidieran respetar el Plan Rector tal como está establecido, pero dejando la meta unos metros más abajo, sin entrar en el parque nacional. Pero no parecen muy tranquilizadoras estas tramitaciones urgentes para poder llevar la etapa de la Vuelta Ciclista a esa cota altísima. Para entendernos bien, el final de una etapa de una vuelta, ‘giro’ o ‘tour’ conllevará: proliferación de señalizaciones, invasión de seguidores y curiosos que pisotearán las plantas y dejarán tirada su basura, acceso de vehículos motorizados, puestos de socorro, vertido de residuos, y un largo etcétera de inconvenientes.
Tenemos derecho a disfrutar de espacios naturales limpios y protegidos. Y para ello, la ciudadanía debe tener un papel decisivo en todo esto. Que nuestra participación no se reduzca a un voto cada cuatro años.
BELÉN ENTRALA BUENO GRANADA