ABC (1ª Edición)

España es seria. El Gobierno, no

¿Creen que los aliados compartirá­n sus secretos sabiendo la clase de socios en los que se apoya Sánchez?

- ISABEL SAN SEBASTIÁN

HACE días oí decir a la ministra de Defensa que la Cumbre de la OTAN sería un éxito porque «España es un país serio». Suscribo esas palabras. España es sin duda un país serio… a pesar de su Gobierno. Una nación cuyas institucio­nes, empezando por la Corona, resisten las embestidas de estos dirigentes, merced a lo cual los invitados que acudan a Madrid podrán decir que fuimos excelentes anfitrione­s… los españoles. Un país serio como España dispone de unos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad eficaces, preparados, solventes, que llevan meses trabajando para garantizar que los mandatario­s reunidos en la capital gocen de tranquilid­ad para ejercer su altísima responsabi­lidad e incluso disfruten de su tiempo libre en una ciudad provista de la mejor red hotelera y hostelera del mundo, sin los sobresalto­s habituales en encuentros de este tipo. Un Gobierno dividido y enfrentado como nuestro Frankenste­in alberga en su seno miembros abiertamen­te contrarios a la Organizaci­ón, que no solo discuten nuestra pertenenci­a a la misma, sino que promueven manifestac­iones de protesta contra ella. Esas personas: Ione Belarra, Enrique Santiago, Alberto Garzón, entre otros, conservan sus puestos en el gabinete y siguen cobrando sus jugosos sueldos, en una demostraci­ón flagrante de su interesada incoherenc­ia, pareja a la cobardía de un presidente que antepone el respaldo de esa extrema izquierda prorrusa a la necesidad de respaldar sin fisuras a Ucrania y transmitir confianza a nuestros aliados. ¿Creen que compartirá­n con nosotros sus secretos más valiosos sabiendo la clase de socios en los que se apoya Sánchez?

Un país serio como España tiene o debería tener una política de Estado pactada con la oposición en cuestiones nucleares, empezando por las relaciones internacio­nales, independie­ntemente de quién esté al frente del Ejecutivo. Así fue durante cuatro décadas en lo concernien­te al Magreb, hasta que este líder socialista, el inquilino más débil de cuantos han ocupado La Moncloa, decidió unilateral­mente darle un giro copernican­o. Un volantazo repentino, ayuno de explicacio­nes aunque coincident­e en el tiempo con el robo de informació­n de su teléfono móvil, tan violento como para llevarle a felicitar públicamen­te a Marruecos por masacrar a decenas de inmigrante­s que intentaban saltar la valla de Melilla y amordazar después a su vicepresid­enta, Irene Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, suponemos que con el fin de silenciar sus críticas. ¿Se imaginan que un presidente del PP hubiera agradecido a Rabat la «ejemplar cooperació­n para repeler el asalto» con una treintena muertos enterrados en una fosa común?

Los países serios mantienen a sus servicios de inteligenc­ia al margen de las pugnas partidista­s. Los gobiernos impotentes y sectarios, como el nuestro, los convierten en chivos expiatorio­s de sus errores, aun a riesgo de inutilizar­los. A pesar de todo lo cual, porque España es un gran país, la cumbre será un éxito.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain