La educación desconcertada
Podemos pretende empobrecernos aún más, destruir nuestro capital intelectual
ESPAÑA lleva décadas por debajo de la media de la OCDE en competencias educativas, ya sea en ciencias, en matemáticas o en comprensión lectora. Los informes PISA revelan con invariable tozudez que estamos a la cola del mundo civilizado. Y además se cuentan por decenas los expertos internacionales que alertan de que estamos preparando a nuestros estudiantes para un mundo que ya no existe. El pedagogo Gregorio Luri sostiene que al menos un 60 por ciento de los trabajos del futuro todavía no se han inventado y que un alumno sólo puede estar preparado para afrontar esa incertidumbre desde lo que él denomina capitalismo intelectual: no habrá bien más valioso que una formación integral basada en el conocimiento general. El filósofo Emilio Lledó se pregunta a este respecto que para qué sirve la libertad de expresión si solo nos expresamos diciendo estupideces. «La libertad de expresión tiene que ir unida esencialmente a una libertad de pensamiento». Sin embargo, en la coctelera educativa española hay que meter también como ingrediente básico el ansia de adoctrinamiento ideológico, que es una de nuestras más ancestrales tradiciones. Los libros de texto sufren un permanente manoseo político para lograr el pastoreo de las siguientes generaciones, la creación del pensamiento único que desemboca en el voto único. Y para rematar el gazpacho, recordemos que según los vigentes informes de la Comisión Europea, España es el sexto país que menos invierte en infraestructuras educativas. La transferencia de competencias a las comunidades tiene resultados muy desiguales, pero en general tenemos un problema de recursos públicos y otro de gestión de esos recursos. El enfrentamiento en las Cortes para alcanzar un pacto educativo ha hecho más daño a este país que cualquier catástrofe natural. Hemos creado generaciones de españoles que no pueden competir en igualdad con el resto de jóvenes europeos.
La educación concertada ha sido un salvavidas. La idea surrealista de Unidas Podemos de suprimir estos convenios para que todos los colegios sean públicos es un paso definitivo hacia el empobrecimiento. Nuestro capital intelectual se devaluará aún más porque sin la concertada no habrá infraestructuras ni personal docente suficientes para prestar un servicio digno. La filosofía de estos conciertos consiste en ofrecer acceso a la educación pública en zonas a las que la administración no ha podido llegar. El problema es que estos centros son a veces más competitivos y los padres prefieren matricular en ellos a sus hijos, lo que debilita la estrategia podemita de depauperación colectiva. Para que puedan presentarse como nuestros salvadores, antes tienen que lograr que les necesitemos. Que seamos pobres perpetuos, que no tengamos herramientas para salir de la pobreza. Y ese plan exige la construcción de una sociedad desconcertada. Tonta. Descapitalizada y capitidisminuida. Tercermundista, en definitiva.