ABC (1ª Edición)

Sanchistas de segunda (velocidad)

Y, allí, pensará que esto no va de inmigració­n. Va de poder

- JUAN FERNÁNDEZM­IRANDA

Revisando la hemeroteca a cuenta de la matanza marroquí enfrente de Melilla me encontré de sopetón con una magnífica lección de puro sanchismo: principios intercambi­ables y todo por el poder. En 2014, estando Sánchez en su primera etapa como secretario general del PSOE, su portavoz parlamenta­rio dijo esto, henchido de progresía: «No hay seres humanos de segunda categoría». Se refería Antonio Hernando a la tragedia del Tarajal, cuando doce inmigrante­s falleciero­n en las aguas de Ceuta y el PSOE no dudó en convertir la inmigració­n en arma de oposición ni en criminaliz­ar a los guardias civiles. Todo valía con tal de describir un Gobierno fachoso, aunque por el camino se humillara a la Guardia Civil y se reventara la política migratoria. Sánchez y Hernando fueron a por todas y exigieron una investigac­ión. «Si los 12 muertos no fuesen negros, pobres e indocument­ados alguien ya habría dimitido», pontificab­a Hernando. Dos años después, cuando González y Madina decidieron echar a Sánchez del PSOE, Hernando ejerció el papel de Judas. No dudó en traicionar a su jefe, que ya no tenía poder, y defender en la tribuna del Congreso la abstención del PSOE para investir a Rajoy. Quién le iba a decir entonces a Hernando que aquello fue sanchismo contra Sánchez, todo por el poder.

El caso del Tarajal se cerró definitiva­mente a principios de este mes tras ocho años de investigac­ión. Nadie se acordó de los doce fallecidos, ni de los agentes, ni del Gobierno Rajoy, porque todo lo que el PSOE manoseó el fenómeno de la inmigració­n era una estrategia para llegar al poder. Sánchez lleva cuatro años gobernando y las concertina­s siguen ahí, y ya no utilizan el Aquarius, y la Ley de Seguridad Nacional sigue vigente, y ‘devolucion­es en caliente’ es un sintagma que ni se pronuncia. ¿De qué categoría son los muertos en la masacre del viernes pasado en la frontera de Melilla? ¿Por qué Sánchez no se acuerda de ellos, no exige que se investigue a los gendarmes ni pide responsabi­lidades al Gobierno marroquí? ¿Por qué protege Sánchez a Marruecos?

Sánchez no nos lo dirá, porque no atiende a medios díscolos. Tampoco lo hará Hernando, pero no porque Sánchez lo fulminara cuando recuperó el poder, sino porque una vez que expió sus pecados fue rehabilita­do y ahora es el adjunto al jefe de Gabinete del presidente. Y allí, pensará que esto no va de inmigració­n. Va de poder. Es un sanchista de segunda (velocidad).

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