Los fabricantes piden incentivos y más puntos de recarga para acelerar el vehículo eléctrico
La secretaria general de Transportes reconoce que la diferencia de precio con los coches de combustión es uno de los retos para la movilidad sostenible
Es un compromiso ineludible. El plan de la Comisión Europea para poner fin a la venta de vehículos de combustión en 2035 obliga a pisar el acelerador en la transformación de un sector que en España supone el 11% del PIB y genera dos millones de puestos de trabajo. Durante el primer foro ‘2035, Tiempo de Moverse’ organizado por XL Semanal, expertos y directivos del sector debatieron sobre el desarrollo del vehículo eléctrico como pilar estratégico para la recuperación.
En el encuentro, patrocinado por Bridgestone, Ford e Iberdrola, participó Jesús Alonso, presidente y consejero delegado de Ford España, en un momento en el que la compañía ha situado a España en epicentro europeo de la movilidad sostenible al elegir la fábrica de Almusafes, en Valencia, para la fabricación de sus dos nuevos modelos. «Toda la inversión supondrá un impulso para la economía valenciana y como resultado para toda España. La industria del automóvil genera empleo de largo plazo e indefinido, apuesta por integrar en los nuevos trabajos el componente digital», aseguró durante su intervención.
El directivo se mostró satisfecho con la apuesta de Ford por la fábrica de Valencia. «Es difícil competir con un país como Alemania, pero en este caso ha salido bien», indicó.
El evento fue inaugurado por la secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo, quien recordó que el plan de la Comisión Europea es contar con 130 millones de vehículos eléctricos circulando por nuestras carreteras en 2035. «Estamos en unos tiempos inciertos en términos energéticos, pero la descarbonización es un objetivo inevitable. El vehículo eléctrico es la gran palanca de la descarbonización en la movilidad del transporte ligero», aseguró. Sin embargo, indicó que existen tres frenos que pueden frenar el objetivo: el precio, la autonomía y los puntos de recarga.
La brecha de precios
Los expertos reunidos en el foro coincidieron con esta visión, recordando que en España solo uno de cada diez vehículos es eléctrico. En Noruega, lo son nueve de cada diez. Para José López-Tafall, director general de Anfac, uno de los principales motivos de este menor impulso en el país es que «los eléctricos todavía son vehículos más caros que los de combustión». Considera que las ayudas e incentivos fiscales para la compra son escasos todavía, así como la infraestructura de recarga. López-Tafall también apuntó a la necesidad de jubilar la flota de vehículos del país. En el mismo sentido se manifestó Jesús Alonso desde Ford, compañía que, según recordó, cuenta actualmente con tres modelos de vehículos electrificados con 68 kilómetros de autonomía real. «La administración debería ser la primera en moverse hacia el coche eléctrico de forma muy rápida», aseguró durante el encuentro. El compromiso de Ford, en este sentido, es que los precios entre los vehículo de combustión y los eléctricos «se equiparen pronto».
En este punto, María José Rallo recordó que el Gobierno destinará 12.000 millones de euros en trece proyectos tractores asociados al Perte del vehículo eléctrico, con 2.000 millones de euros en incentivos para adquisición de vehículos eléctricos y puntos de recarga. «No podemos perder la oportunidad, tenemos que invertir rápido, bien, trabajando todos juntos, en colaboración público-privada», añadió.
Ford se está moviendo a toda velocidad en este sentido. Tal y como recordó Alonso, la compañía ha adelantado a 2030 los objetivos que Europa plantea para 2035. Por su parte, Rafael del Río, director técnico de Aedive, se mostró más optimista al indicar que la diferencia entre combustión y eléctrico es cada vez menor «porque los fabricantes están haciendo un esfuerzo muy grande en investigación y en comprimir los márgenes».
Impacto en el empleo
Los expertos reunidos en el encuentro coincidieron en que este proceso de transición traerá «pérdida de empleos» en el sector, que se sumarán a la presión ejercida en este punto por la robotización de la industria que ya exige menos mano de obra. Por eso, los expertos abogaron por «invertir en formación para facilitar el trasvase de empleos» hacia la electromovilidad. El despliegue de la infraestructura de recarga centró buena parte del evento. Tal y como recordó Del Río, antes de que termine el año «existe la obligación de que en cualquier parking que no sea residencial, una de cada 40 plazas esté electrificada y una de cada 20 en caso de la administración pública».
Desafío urbanístico
Durante la segunda mesa de debate, donde se analizó el desafío urbanístico que se avecina, Carlos Rico, Policy Officer at Transport & Environment, explicó los reglamentos que Bruselas impondrá a los estados para que, según se avance la electrificación en el país, la infraestructura de recarga avance a la par. «Vemos en el coche eléctrico la opción clara para la descarbonización», indicó Rico.
El vehículo eléctrico no será, no obstante, el único medio de transporte que cambie las ciudades del futuro. Hay ya multitud de empresas desarrollando proyectos que transformarán la movilidad por completo. Entre ellas, Iberdrola. Miriam Gil del negocio de Smart Cities de la compañía, asegura que «la ciudad del futuro va a ser digital y conectada, con el ciudadano como centro de todo».
La misma visión comparte Luis Vidal, fundador del Estudio Luis Vidal + arquitectos, pero esta vez para el espacio aéreo. Vidal trabaja en un proyecto para desarrollar aeropuertos para aeronaves espaciales, para conectar dos puntos del hemisferio en aproximadamente dos horas y media.
«Tenemos que invertir rápido, bien, trabajando juntos en colaboración públicoprivada», aseguró María José Rallo