«Pocos adultos son capaces de correr un rato con sus hijos»
Paco Luna Entrenador personal y divulgador
El experto recuerda que los progenitores son quienes deben dar ejemplo
Paco Luna, entrenador personal y divulgador, asegura que los adultos suelen olvidar que son los «referentes» de los menores. Por eso, un padre no puede decirle a su hijo que haga deporte si él no lo hace. Todo, asegura, empieza en la familia porque «somos los responsables de los adultos del futuro. Influimos directamente en ellos y no es lo que les decimos: es nuestro comportamiento diario lo que les va a marcar».
—España tiene unos preocupantes niveles de obesidad infantil. ¿Por qué?
—Cada vez hay menos actividad, comemos más y encima la calidad de lo que ingerimos es cada vez más deficiente. Si a ello le sumamos el estrés, los papás y las mamás no lo tienen fácil. Pero hay algo que me gustaría destacar sobre lo que provoca el desequilibrio entre la alimentación y el ejercicio: las emociones, algo que no nos han inculcado. Hay mucha frustración y nadie nos ha enseñado a gestionarla, como tampoco la ansiedad, el estrés, etc. Todo ello desemboca en malos hábitos.
—Los progenitores son los primeros que han de dar ejemplo con la alimentación y el deporte, ¿verdad?
—No se trata de lo que decimos a nuestros hijos, sino de lo que ven día a día. Si un menor ve siempre a su madre a dieta, con batidos, frustrada... ¡Hay que comer saludable. No hacer dieta! Los sustitutivos de comidas al final te llevan al mismo punto de partida. Con la actividad física pasa lo mismo y hay que diferenciar entre ejercicio y deporte: el primero es algo pautado y programado, con un objetivo concreto; el segundo es un juego basado en unas normas. Y eso es lo que podemos hacer con los hijos.
—Hay quienes se dan cuenta de su mal estado
físico cuando no pueden ponerse de cuclillas para hablar con sus pequeños... —Fíjate qué importante y qué frustrante es. ¿Cuántos son capaces de correr con sus hijos un buen rato? No es habitual. Y somos sus referentes.
—¿Y qué pueden hacer?
—Con 2-3 días de entrenamiento de fuerza a la semana es suficiente. Es lo básico para que te puedas sentar y levantar sin problemas o te puedas agachar. Si además de eso procuramos andar más, salir con los niños a patinar, etc., mejor.
—La mayoría de los progenitores ven inviable sacar ese tiempo...
—Porque creen que hace falta estar 2 horas en el gimnasio. Y no es así. En 30 minutos puedes haber terminado.
—¿Qué deportes pueden hacer los hijos? ¿Y en familia?
—Cualquier actividad suma. Para niños que no sean adolescentes, se trata de jugar a lo que les apetezca. Todos los deportes son divertidos y es cuestión de gustos. Si además de eso, hacemos el fin de semana algo con ellos, mejor. Pero hay que hacerlo no porque queramos mejorar la composición corporal, que es lo que en general se busca y es consecuencia de unos hábitos. Hay que sacar tiempo para hacer actividades con nuestros pequeños, pasarlo bien, correr con ellos, jugar...
—¿Cómo mejorar la alimentación en casa?
—Mi objetivo es que los padres aprendan para así educar a los menores, ya que el «porque lo digo yo y punto» no funciona. Yo a mis hijos les he explicado que hay dos tipos de comida: la que nos da energía y la que no (chucherías, patatas, etc.). Ellos saben que la comida sin energía es una experiencia gastronómica y está hecha para ello. Por eso les enseño a priorizar. Si van a un cumpleaños, les digo que primero coman el sándwich, por ejemplo, y no los gusanitos o las chuches.
«A mis hijos les he explicado que hay dos tipos de comida: la que nos da energía y la que no. Por eso les enseño a priorizar»