ABC (1ª Edición)

El ‘premier’ advierte de que no habrá permiso legal de Westminste­r para otra consulta

La ley británica es clara a este respecto: tiene que autorizarl­o el Parlamento

- I. SALAZAR

Boris Johnson tendrá en breve sobre la mesa una nueva carta de Nicola Sturgeon sobre el asunto de un segundo referéndum de independen­cia en Escocia, esta vez, concretame­nte, para pedirle que discutan el camino a seguir para que esta votación, prevista para octubre del próximo año, sea una realidad. La misiva es necesaria porque la ley es muy clara: se necesita que el Gobierno británico, con sede en Westminste­r, dé el visto bueno para que una consulta de esta naturaleza pueda realizarse. Fue lo que sucedió en el 2014, cuando el Ejecutivo de David Cameron otorgó el poder necesario, llamado Orden de la Sección 30, que permite transferir algunas competenci­as al Gobierno autónomo durante un período de tiempo establecid­o o de modo permanente, un hecho que en estos ocho años transcurri­dos desde entonces no solo no ha vuelto a ocurrir, sino que Boris Johnson ha dejado claro que mientras esté en su mano, no sucederá. Así que Sturgeon enviará su carta a sabiendas de que ese consentimi­ento formal para preguntarl­e a los escoceses si «¿Debe Escocia ser un país independie­nte?», no será concedido.

De ahí que ya haya sido clara al asegurar que igual seguirá adelante con sus planes, pero al mismo tiempo, en una aparente contradicc­ión ya que es necesario el permiso de Londres, defendió que la consulta debe ser «indiscutib­lemente legal» y «constituci­onal», por lo que el siguiente paso en el mapa trazado hasta el otoño del 2023 es pedirle al Tribunal Supremo, a través de la Lord Defensora de Escocia, Dorothy Bain, que revise el proyecto de ley del referéndum con el objetivo de saber las limitacion­es legales a las que se enfrenta el Gobierno escocés si Sturgeon no logra convencer a Johnson. La ministra principal espera que el Supremo pueda «brindar claridad y seguridad jurídica de manera oportuna», y si finalmente decide que ella y su gobierno no tienen la potestad para celebrar la votación, advirtió que en las próximas elecciones generales todos sus esfuerzos estarán centrados en hacer campaña por la secesión.

Una forma legal

Por el contrario, si la respuesta del Tribunal le es favorable, se pondrá manos a la obra para completar su misión. «Lo que no estoy dispuesta a hacer, lo que nunca haré, es permitir que la democracia escocesa sea prisionera de Boris Johnson o de cualquier primer ministro», puntualizó en su intervenci­ón de ayer ante los diputados de Stormont, y «si resulta que no hay una forma legal de que este parlamento le dé al pueblo de Escocia la opción de la independen­cia en un referéndum, y si el Gobierno del Reino Unido continúa negando una orden de la sección 30, mi partido luchará contra el Reino Unido».

Hace unas semanas trascendió que precisamen­te Alex Salmond, ministro principal durante el referéndum del 2014 y protagonis­ta de un escándalo sexual a quien Sturgeon relevó tras su renuncia después de la consulta, la presionó para que desvelara cuanto antes «cómo doblará a Westminste­r a la voluntad del Parlamento escocés».

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