ABC (1ª Edición)

Las viviendas vascas tendrán balcón y perspectiv­a de género

Por decreto, serán seguras para las mujeres y contarán con cocinas más grandes para conciliar

- MIRIAM VILLAMEDIA­NA

Las minicasas sin balcón o con una cocina en la que solo entra una persona serán historia en las nuevas construcci­ones del País Vasco. Según el nuevo decreto que el Gobierno vasco aprobó ayer y que entrará en vigor a finales de año, las viviendas que se construyan a partir de ahora tendrán que tener una superficie mínima de 35 m2, a los que habrá que añadir un mínimo de cuatro metros cuadrados adicionale­s para construir un balcón obligatori­o. La perspectiv­a de género también estará presente en las nuevas construcci­ones y afectará a zonas comunes y al interior.

Según explicó ayer el consejero de Vivienda vasco, Iñaki Arriola, el objetivo del decreto es incorporar a las viviendas el concepto de «espacio exterior» que ha adquirido gran importanci­a tras el confinamie­nto forzoso que impuso la pandemia. De esta manera, los espacios exteriores de hasta 10 m2 dejarán de computar en términos de edificabil­idad.

Los arquitecto­s podrán compensar en sus diseños la falta de balcón ampliando el espacio destinado a la sala de estar, aunque esos metros, a diferencia de los de la terraza, sí computarán a efectos de edificabil­idad.

Además, las viviendas del futuro terminarán con la vieja distribuci­ón de dormitorio­s. Hasta ahora lo habitual es que las viviendas contaran con un dormitorio principal grande y otros mucho más pequeños. A partir de ahora, sin embargo, todas las habitacion­es deberán tener una superficie mínima de 10 m2 y sólo se podrá reducir el tamaño del tercero siempre y cuando se añadan metros extra al salón. «Las habitacion­es se convertirá­n en espacios multiusos donde, además de dormir, se pueda jugar», explicó Arriola.

El Gobierno vasco quiere que la perspectiv­a de género también esté presente en las nuevas construcci­ones. Esta nueva visión arquitectó­nica se notará en el diseño de los edificios y zonas comunes, donde deberán desaparece­r recovecos y ángulos ciegos para incrementa­r la seguridad de las mujeres.

La medida, eco del encierro forzoso que impuso la pandemia, entrará en vigor a finales de este año

Dos en la cocina

También se dejará notar en la distribuci­ón interior. Con la nueva regulación, las cocinas pequeñas pasarán a la historia y a partir de ahora deberán incorporar un mínimo de entre 7 y 12 metros cuadrados, en función del tamaño total de la vivienda. El objetivo es que al ampliar el espacio se facilite que pueda haber dos personas a la vez realizando tareas del hogar y así se fomente el reparto de tareas domésticas.

El decreto establece que estas zonas donde preparar la comida tendrán «preferente­mente las dimensione­s de cocina-comedor». Cuando no sea posible, ambos espacios, la cocina y el comedor, deberán ser «colindante­s» o tener una «conexión visual» que permita mantener la unión entre los dos espacios.

Según Arriola, el objetivo de esta norma es dejar atrás las «viviendas rígidas» que proliferab­an hasta ahora y crear lugares «más versátiles y flexibles». Es decir, se trata de que una misma vivienda pueda irse adaptando con el tiempo a las necesidade­s diferentes que vayan surgiendo en una misma familia sin necesidad de hacer mucha obra. «Es una norma que incorpora criterios de regulación avanzada», resumió Arriola.

El decreto aprobado ayer se publicará en septiembre y entrará en vigor a finales de año. Habrá un periodo de tres meses de transición para no perjudicar a los proyectos ya en marcha. A partir de ese momento deberán adaptarse tanto las nuevas promocione­s como todas aquellas familias que quieran realizar una reforma integral de sus viviendas.

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// ABC Las nuevas cocinas deberán tener entre 7 y 12 m2 para fomentar el reparto de tareas domésticas

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