‘OTÁNchez’
Dejarte el alma para que el mundo libre te haga un ‘ongi etorri’
DE entrada, sí. De entrada el tiro de cámara en Ifema, que va pareciendo que aquí se atan los perros con longaniza. Que el documental monclovita vaya contando lo atlantista y la buena percha de Sánchez en eso de comparecer ante el mundo y reformular la OTAN (según su entender). El niño del Maeztu, desde la línea de tiro o desde el Ctrl+C y el Ctrl+V, se ha hecho líder mundial. Sostenido por Rufián y demás patulea, pero líder mundial al fin y al cabo.
Narciso está reluciente, guapo como un San Luis. Un Kennedy que le lloró al Follonero en su día, pero es que tampoco damos para más en el país de Los Calatrava y salió aquí el macho alfa, venido arriba desde la escenita del funeral de Rubalcaba, a comerse el mundo. Y hay que verlo, a Sánchez, y le escucharán un inglés vacío, tan vacío como su español. Y habrá alguno que le pida toros, y la ‘Carmen’ de Merimeé, y una pachanga en el Bernabéu. De solteros contra casados.
Madrid es un candado. Zona caliente en la Geopolítica, pero Sánchez, incluso en junio, levita con los aires de niño recién comulgado mientras le da el puyazo a la separación de poderes. Biden no lo ha espantado como espantamos a las gitanas que nos venden romero en la Giralda; todo lo contrario. Sánchez ha demostrado que tiene una flor en salva sea la parte, una rosa de los vientos que lo hace ser mandatario de copetín y, casi a la vez, guardián de las esencias izquierdistas con una mirada penosa como la de una Dolorosa andaluza.
‘Padece’ la inflación como todo hijo de vecino, pero España es resiliente como él: la resiliencia de ser uno y múltiple. Así, que peña que venga de defender a las FARC, Enrique Santiago, se manifieste contra la Alianza, y siga cobrando.
En realidad, en ese Madrid que tanto le disgusta, Sánchez se ha dejado el alma para que el mundo libre le haga un ‘ongi etorri’. Putin, a pesar de sus maldades, supongo que se estará tocando sus botones nucleares y partiéndose las gónadas sabiendo quién es Sánchez. Ése que ya, comparándose a Churchill por la vía de ‘sus’ hechos consumados, no tendrá armario para su ego.