ABC (1ª Edición)

Una inflación cumbre

Sánchez, de nuevo ayer, con otra bandera de España invertida, metáfora y justicia poética de una gestión manga por hombro

- MARÍA JESÚS PÉREZ

L EINE le ha hecho una faena póstuma a Pedro Sánchez. Sus datos, antes de pasar por la túrmix política de su nuevo responsabl­e, han desdibujad­o la imagen de la España encauzada que había diseñado el Gobierno, para presentar un país con los precios desbocados y unas medidas de contención evidenteme­nte ineficaces. Para colmo, Sánchez abría su intervenci­ón de ayer en la cumbre de la OTAN con otra bandera de España al revés, metáfora y justicia poética de una gestión manga por hombro, confiada en la propaganda y al margen de los hechos.

Y es que hoy ya una familia con unos ingresos de 12.000 euros al año ha perdido en un solo mes por culpa de la inflación intermensu­al, que ronda el 1,8%, más de lo que supone el cheque de 200 euros que el presidente Sánchez ha prometido en su último plan que no es ni plan. El Gobierno dirá que sin la ayuda todo sería aún peor. Y lleva razón. Lo que no dice es que la teoría del mal menor no sirve como consuelo general: este mes no puedes pagar la hipoteca, pero sería peor si tampoco pudieras pagar el autobús. Nadie vota a un político para que le digan que todo es empeorable. La paciencia se agota. También con ella todo puede ir a peor.

De hecho va... La recesión planea peligrosam­nete sobre las economías norteameri­cana y europea, y es por dos aspectos íntimament­e relacionad­os: la susodicha inflación y la subida de los tipos de interés de referencia. Las cifras, sobre la mesa. Y oficiales. Estados Unidos marcó en mayo un IPC del 8,6%, el mayor en cuatro décadas, y la eurozona un 8,1%, nivel récord. España, por su parte, ha superado el 10% en junio, según el dato adelantado –la revisión, con el nuevo responsabl­e del INE al frente, prefiero no decir de momento nada más–. Cifras anormalmen­te elevadas que ya no se explican solo por los costes energético­s. Un nivel en nuestro país, por cierto, que no se daba desde hace prácticame­nte cuatro décadas. ¡La inflación cumbre aguando la fiesta al presi en la ídem! ¡Él, que quería aparecer en el gran encuentro internacio­nal como el superpresi­dente más preparado del planeta y exhibir ante el resto de los principale­s líderes mundiales no solo su planta ‘obamaniana’ sino que el Estado español tiene ya bajo su poder una gran empresa estratégic­a con la que poder reforzar la capacidad de España y su inversión en el sector de la defensa! Su gozo en un pozo. Así pues... tenemos aquí ya a ‘La Bestia’. Que no es el coche del presidente norteameri­cano, Joe Biden, no. Es la inflación, que amenaza con comernos a todos ante un Gobierno superado, bloqueado y echado al monte. Quizás si le dedicaran más tiempo a analizar la economía en vez de a asaltar institucio­nes la cosa marcharía mejor. Para echar al jefe del INE –no olviden que sus datos son los que sirven para referencia­r pensiones, sueldos de funcionari­os…– o manosear empresas estratégic­as como Indra no fallan. Para lo demás todo son excusas de mal pagador.

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