La cruda realidad

España y Sánchez recuperan pulso internacional con la Cumbre de Madrid, pero mañana la carroza volverá a convertirse en calabaza

LA Cumbre de la OTAN que se está celebrando estos días en Madrid es, sin duda, un gran acontecimiento mundial que permite a España recobrar parte del protagonismo internacional perdido. Sin duda, y por mucho que les pese a algunos de los socios del Gobierno, o a casi todos, reunir en la capital de España a los líderes de las principales potencias mundiales, estrechar las relaciones con Estados Unidos y aumentar su presencia en Rota, es una gran noticia para nuestro país. Las imágenes que estamos viendo en España y en todo el planeta, refuerzan la figura de los Reyes, que en su papel de anfitriones muestran una vez más que son nuestros mejores embajadores, y también suponen un espaldarazo para Pedro Sánchez, al menos en su vertiente internacional, en un momento en el que los problemas dentro de nuestras fronteras, y en el propio Gobierno, se le multiplican.

Pero la Cumbre se acaba ya y mañana volverá la cruda realidad. Y la cruda realidad es que los precios se han disparado por encima de los dos dígitos en junio, el mes en el que ha entrado en vigor el tope del gas, que se nos vendió como la enorme victoria de Sánchez en la UE para bajar el precio de la luz. La cruda realidad es que crece el porcentaje de personas en riesgo de pobreza, pese a que el Gobierno se empeña en decir que, a diferencia de lo que hizo el PP, no deja a nadie atrás. La cruda realidad es que los analistas auguran ya una próxima recesión que se traducirá inevitablemente en destrucción de empleo. La cruda realidad es que el Gobierno está cada vez más dividido y con más problemas para ponerse de acuerdo en algo, incluida la Cumbre de la OTAN y los pactos con Estados Unidos. La cruda realidad es que los españoles cada vez nos fíamos menos de un presidente y de un Ejecutivo que maniobran para tomar el control del Poder Judicial, el Instituto Nacional de Estadística y hasta de empresas cotizadas en Bolsa, aunque eso suponga acabar con el prestigio de nuestras instituciones.

Sí, la imagen internacional de Pedro Sánchez se ha reforzado estos días y quizás le sirva para labrarse un futuro en alguna institución europea cuando las urnas le den la espalda, pero mañana el cuento de hadas se acaba. La carroza vuelve a ser una calabaza y Sánchez tendrá que lidiar con la cruda realidad.