ABC (1ª Edición)

La ONU señala a Madrid y Rabat por el inaceptabl­e uso de la fuerza en Melilla

∑ Las explicacio­nes de Sánchez no convencen en las ONG: «Si no lo sabía, peor aún»

- ISABEL VEGA / SERGIO CARMONA

António Guterres Secretario General de la ONU

«El uso excesivo de la fuerza es inaceptabl­e; los países deben priorizar los derechos humanos»

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, calificó ayer de «inaceptabl­e» el «uso excesivo de la fuerza» que hicieron tanto España como Marruecos durante el salto de la valla de Melilla del pasado viernes, cuando entre 23 y 37 personas, dependiend­o de la fuente, resultaron muertas y decenas acabaron heridas.

Su declaració­n en Twitter se vio refrendada después en rueda de prensa por el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric. «Hemos visto el uso también de una fuerza excesiva por parte de las autoridade­s, que debe ser investigad­a porque es inaceptabl­e», resumió. Se refería a «ambos lados de la frontera».

Suben así las críticas de nivel, después de que otros organismos de Naciones Unidas como el Alto Comisionad­o para los Derechos Humanos o el Comité sobre los derechos de los Trabajador­es Migrantes condenasen el lunes la reacción de ambos países frente al intento de salto de 2.000 personas. La Asamblea Parlamenta­ria del Consejo de Europa también ha alzado la voz estos días, como la ONU, para exigir una investigac­ión.

Y de investigac­iones habló ayer en la Ser el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para zanjar que ya hay abiertas diligencia­s en la Fiscalía española –centradas, de momento, en reconstrui­r los hechos– y en la marroquí –que ha promovido la imputación de una veintena de migrantes. Reivindicó además empatía con las fuerzas de seguridad españolas y marroquíes y no se desdijo de que la actuación se resolviese «razonablem­ente bien». Solo matizó que cuando hizo esa declaració­n, no había visto las imágenes que después divulgaría­n las ONG. Insistió, además, en culpar a las mafias.

Para Helena Maleno, del colectivo Caminando Fronteras, que trabaja en Marruecos y Argelia, estas explicacio­nes «tardías», no convencen en absoluto. «No creo que se pueda haber hecho una peor gestión que la que ha hecho este gobierno», señaló ayer a ABC. Maleno critica, por un lado, que Sánchez actúe como si el acuerdo con Marruecos que hace posible ese tipo de actuacione­s en la valla no fuese cosa suya, limitando la responsabi­lidad de investigar a la Fiscalía. «No es la Fiscalía española ni la marroquí quien tiene un acuerdo de control migratorio. Es el Gobierno. Son hechos terribles en aplicación de ese acuerdo y tiene la obligación de abrir una investigac­ión. Hay gendarmes marroquíes que entraron en Melilla para llevarse gente. ¿Eso está en el acuerdo?», plantea esta activista con más de dos décadas de trayectori­a en la frontera sur. Dirige un mensaje directo al presidente del Gobierno: «Usted ha firmado un acuerdo con Marruecos y este es el resultado en el mundo real, no sobre el papel. Tendrá

que pedir a Interior y a Exteriores una investigac­ión, y luego ya usted se solidariza con quien considere».

«No hace falta mafia»

Por otro lado, es crítica con el discurso sobre las mafias. «Aquí no nos vale, porque se ve cómo se les iban rompiendo los zapatos durante la carrera. Qué van a pagar y a quién», lamenta. Incide en que en el Gurugú se reúnen comunidade­s que en muchos casos han emigrado juntas. Y cuando la situación se hace asfixiante por las redadas de Marruecos en la zona –«continuas en las últimas semanas»–, lo único que queda es «correr hasta la valla» y «no hacen falta mafias para eso». A estas se recurre para echarse al mar o conseguir documentac­ión falsa pero para ambas cosas se necesita dinero. Los del Gurugú son los migrantes más pobres de los pobres. Los que ya no tienen absolutame­nte nada.

Patricia Fernández Vicens, abogada de la Coordinado­ra de Barrios, añade a la ecuación la gravedad de que Sánchez hablase el viernes de la actuación policial, según dice ahora, sin conocer detalles. «No es de recibo que habiendo 30 muertos yaciendo a los pies de la valla él hiciera esas declaracio­nes y no hace falta ver las imágenes para saber que había muertos, un precio intolerabl­e en nuestra frontera. Él tiene la obligación de saber lo que pasa. Si ejecuta una política y esa política tiene como consecuenc­ia 30 muertos, tiene que saberlo y si no lo sabe, es un agravante», añade. Incide en que lo que ocurre en la valla no es responsabi­lidad exclusiva de los gendarmes, pero deplora la «equidistan­cia» del Gobierno con las víctimas, porque al final, «los muertos, siempre son migrantes».

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