La inflación española pasa la barrera del 10% cuatro décadas después
Los expertos descartan una moderación de los precios antes del otoño y temen por el PIB
El camino hacia la moderación en la subida de los precios que la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, auguró a finales de abril cuando los datos del INE mostraron una fuerte desaceleración del IPC desde el 9,8% del mes de marzo al 8,3% registrado en abril –al calor de la entrada en vigor de la bonificación gubernamental de 20 céntimos al litro de carburante– ha saltado por los aires .
El dato de avance del mes de junio, difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística, reveló que lejos de moderarse el índice que mide el encarecimiento de los precios volvió a acelerarse de forma significativa hasta el punto de romper la barrera del 10%, un nivel no visto desde el mes de abril de 1985, hace casi cuarenta años.
En aquel momento fue el precio de los alimentos el que impulsó la crecida del IPC, alentado por los problemas de oferta generados por un mercado que imponía aranceles a los productos alimentarios extranjeros; cuatro décadas después han vuelto a ser los alimentos frescos –encarecidos por el mayor coste del transporte y de determinadas materias primas agrícolas y ganaderas como consecuencia de la guerra en Ucrania– y el carburante los que, según la nota difundida ayer por el INE, han impulsado el IPC, cuya tasa interanual ha escalado hasta el 10,2%. La inflación subyacente se situó en el 5,5%, su mayor tasa desde 1993.
Peligra el crecimiento
Los analistas mantenían ayer como escenario central que la inflación permanecerá en niveles similares a los actuales al menos hasta el cierre de la campaña turística estival e iniciará posteriormente una moderación, primero más suave y luego más acelerada. Sin embargo, admitían también que el episodio inflacionista se va a prolongar durante más tiempo del esperado y empezaban a mostrar inquietud por que el impacto de la inflación sobre el crecimiento sea más potente de lo que en principio previeron.
La cadena de contagio está identificada y descuenta que la inflación retraerá el consumo de los ciudadanos, principalmente a partir del mes de septiembre, y que podría forzar una aceleración de la secuencia de subida de los tipos de interés del BCE, lo que podría restar impulso al crecimiento.
La persistencia de los elevados niveles de inflación pese a la entrada en vigor del tope al precio del gas y los más de 6.000 millones de recursos públicos empleados por el Gobierno para contenerla han hecho plantearse a más de un analista si la política de rebajas fiscales del Gobierno no podría estar alentando subidas de precios.