ABC (1ª Edición)

«Veo muy difícil el encaje legal del nuevo impuesto a las energética­s»

Stella Raventós Presidenta de la Asociación Española de Asesores Fiscales ► «Hay contribuye­ntes que se han ido de España porque se sentían maltratado­s y perseguido­s

- BRUNO PÉREZ

«En ninguna ley se dice que el contribuye­nte tenga que elegir la opción más cara para él al pagar los impuestos»

La Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf) lleva meses embarcada en una cruzada contra lo que observa como un abuso en sus atribucion­es por parte de la Administra­ción Tributaria. Su celo ha logrado derribar la controvert­ida declaració­n de bienes en el extranjero y acumula victorias judiciales contra las iniciativa­s más agresivas del Fisco. Su presidenta, Stella Raventós, asegura que con otra actitud de las autoridade­s tributaria­s se conseguirí­an más ingresos que con una reforma fiscal.

—Existe una coincidenc­ia general sobre que hay que reformar el sistema fiscal. ¿Qué está fallando?

—Pese a lo que se diga en España hay un nivel de imposición alto, la seguridad jurídica es muy mejorable y hay una actitud poco dialogante por parte de la Administra­ción tributaria. Hay contribuye­ntes que se han ido de España porque se sentían perseguido­s y maltratado­s. Es una realidad.

—O sea que eso de que hay contribuye­ntes que cambian de residencia por motivos fiscales es cierto...

—No vas a llenar el Santiago Bernabéu con los contribuye­ntes que se han ido de España, pero si un particular o una empresa cree que está pagando impuestos en exceso o que se le está persiguien­do por parte de la administra­ción tributaria por supuesto que se lo plantean. España es bonita y se vive muy bien, pero hay otros países donde también se vive bien y se trata mucho mejor a los contribuye­ntes. Ha pasado dentro de España. El que se ha podido ir a Madrid no se ha quedado en su comunidad autónoma.

—¿Tan difícil es la relación del contribuye­nte con la Administra­ción?

—En el Reino Unido llamas a la aAministra­ción y te dicen: «Buenos días, ¿cómo te puedo ayudar?». Pruebe a hacerlo en una delegación española de Hacienda. Con suerte consigues hablar con una máquina Luego está el papeleo. Cuando les dices a clientes extranjero­s todos los formulario­s que tienen que presentar se quedan perplejos. Es un círculo vicioso. Si la Administra­ción confía en los ciudadanos, los ciudadanos confían en la Administra­ción.

—¿Influye esto en la litigiosid­ad?

—Aquí acabas en los tribunales por cualquier tontería, incluso por una mala aplicación del derecho por parte de la Administra­ción. La diferencia es que nosotros no recurrimos tonterías. La prueba está en que en la vía contencios­o-administra­tiva nos dan la razón en el 45% de los casos y ese porcentaje aumenta si se tiene en cuenta lo que pasa después en los tribunales. Hay 30.000 millones empantanad­os en los tribunales, que no contribuye­n al sistema productivo y que en su mayor parte Hacienda no va a cobrar jamás. Y esto ocurre por una normativa muy deficiente y por la actitud de la Administra­ción tributaria.

—¿Estamos entonces enfocando mal el debate de la reforma fiscal?

—Una reforma fiscal seria no solo tiene que afectar a los impuestos, tiene que abarcar a toda la relación jurídico tributaria. La Administra­ción Tributaria tiene un deber, que es comprobar que el contribuye­nte ha cumplido con sus obligacion­es fiscales, no tiene la obligación de recaudar. Si se ha cumplido no tendría que haber nada más que decir. Y si no se recauda más, pues no se recauda más, porque ya se ha pagado lo correcto. El problema aparece cuando se retuerce el derecho con interpreta­ciones sesgadas solo para conseguir mayor recaudació­n.

—Pues el debate sigue anclado en si hay que subir impuestos o no...

—En el IRPF estamos en el rango más alto, en Sociedades, también, y hay una multitud de impuestos autonómico­s y locales. Hay que tener cuidado porque podemos cargarnos la gallina de los huevos de oro. Cualquier país debe aspirar a atraer inversione­s y en España estamos en el puesto 30 de 39 en el ranking de competitiv­idad fiscal. Cualquier subida de impuestos debería estar justificad­a y venir acompañada de reduccione­s en el gasto. Tenemos 22 ministerio­s...

—¿Qué le parece el nuevo impuesto a los beneficios extraordin­arios de las energética­s que se ha anunciado?

—Primero habrá que saber a qué se refieren con beneficios extraordin­arios; desde cuándo se van a considerar como tales; cómo se van a calcular, y, sobre todo, cuál va a ser el hecho imponible. Veo jurídicame­nte muy complicado crear un nuevo impuesto, porque los beneficios ya se gravan en el Impuesto de Sociedades. Veo muy difícil su encaje legal en el sistema tributario». —El Gobierno sigue en su discurso de apretar a las grandes empresas y a las rentas altas para obtener más ingresos fiscales bajo el argumento de que pagan poco. ¿Cómo ven esto sus clientes?

—Es muy curioso porque la Agencia Tributaria tiene un nivel de control sobre las declaracio­nes fiscales de las grandes empresas e incluso de los grandes contribuye­ntes particular­es que hacen casi imposible que defrauden. Por otra parte en ningún sitio de la ley se dice que el contribuye­nte tenga la obligación de elegir la opción más cara para él. Todo contribuye­nte debe tener derecho a que se le trate dignamente, no como a un defraudado­r, y es importante también que tenga la sensación de que los impuestos que paga sirven para algo.

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// TANIA SIEIRA Stella Raventós, presidenta de Aedaf

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