En el exterior: atlantismo, gasto militar y ‘realpolitik’ en inmigración
► Su compromiso militar con EE.UU. y su adhesión a Marruecos irritan a sus socios
Un discurso nítidamente atlantista, dispuesto a cumplir con el aumento presupuestario en Defensa que pide EE.UU. y de cierre de filas con Marruecos, al más puro estilo de la ‘realpolitik’. La puesta en escena internacional de Sánchez, que según su equipo se ha consolidado como un «actor global» ejerciendo de anfitrión ante los líderes internacionales reunidos en la cumbre de la OTAN en Madrid, no remite, precisamente, a la de un correoso izquierdista. El perfil que sugieren sus apelaciones recientes contra los «poderosos» y sus «oscuros» intereses.
Algunos de los que le conocen desde hace años, antes de convertirse en presidente, advierten a un dirigente con gran inquietud por lo que sucede fuera de nuestras fronteras. Cuando apenas era un joven militante socialista, en los años noventa, tuvo como mentor al que fuera último ministro de Exteriores de Felipe González, Carlos Westendorp, con el que llegó a trabajar en Bosnia, donde Westendorp fue representante de la comunidad internacional para la paz en los Balcanes. También de joven, según relata en su último libro el presidente del CIS, José Félix Tezanos, se formó un año con un bróker de Wall Street.
De aquellas experiencias surgió, se relata en su entorno, un líder con cierta vocación de diplomático, y el único presidente español hasta el momento, con permiso de José María Aznar, que habla inglés. Un idioma que puso en práctica esta semana tanto en el plenario de la OTAN como en sus comparecencias con Biden y con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Choque con Podemos
Es precisamente esa cara hacia fuera del Jano Brifonte presidencial la que le enfrenta con sus aliados de izquierda en casa. Su compromiso para aumentar de aquí a 2029 el gasto en las Fuerzas Armadas hasta un 2% del PIB, como pide EE.UU. complica los próximos Presupuestos Generales del Estado, dada la oposición de Unidas Podemos. Tampoco es del agrado de sus socios el acuerdo para aumentar la flota norteamericana en Rota (Cádiz) en otros dos destructores, aunque en esta ocasión, al no ser una medida presupuestaria, no habrá problemas para aprobarla con el apoyo del PP.
Y lo que definitivamente pone un abismo entre Sánchez y Podemos es su defensa cerrada de Marruecos tras el trágico salto a la valla de Melilla, que se ha saldado ya con decenas de muertos. Pero el acuerdo con Rabat que cambia la posición española tradicional sobre el Sahara es una de las piedras angulas de su política exterior, a la que esta cara del presidente Sánchez no piensa renunciar.