ABC (1ª Edición)

Cuando el PSOE cargaba contra el PP por la «insultante» muerte de inmigrante­s en la frontera

► El sonado cambio de discurso socialista entre la tragedia de El Tarajal en 2014 y la ocurrida en Melilla hace diez días

- ROBERTO PÉREZ

Ocho años y medio, y un discurso totalmente distinto, median entre cómo reaccionó el PSOE en 2014 a la muerte de quince inmigrante­s en las aguas que bañan Ceuta y cómo se ha pronunciad­o, ahora, ante la larga lista de muertos que dejó el asalto masivo a la valla de Melilla el pasado 24 de junio. En esta ocasión han sido al menos 23 los fallecidos. Esa es la cifra oficial reconocida por las autoridade­s marroquíes que hicieron frente a la avalancha, pero las ONG aseguran que en realidad hubo 37 muertos, además de decenas de heridos. «Bien resuelto» fue la primera reacción pública del presidente Pedro Sánchez en apoyo de las fuerzas de seguridad marroquíes.

Ante la dimensión de la tragedia, acorralado por la crudeza de las imágenes y apurado por las críticas que estaba recibiendo desde dentro y fuera de España, Sánchez eligió la cadena Ser para recular levemente. Se agarró al argumento de que cuando hizo esas primeras declaracio­nes no había visto las imágenes. Aun así, ha evitado cualquier atisbo de condena o crítica a la actuación marroquí. Tampoco ha entonado autocrític­a alguna ante el episodio y su trasfondo: la presión migratoria irregular y los mecanismos para contenerla y garantizar la integridad territoria­l y la seguridad fronteriza de España.

La polémica reacción de Pedro Sánchez multiplica su significad­o si se compara con el discurso al que se abrazaba cuando estaba en la oposición frente al Gobierno del PP.

El 6 de febrero de 2014, unos doscientos inmigrante­s intentaron entrar ilegalment­e a nado a Ceuta desde el lado marroquí. Unidades de la Guardia Civil trataron de disuadirle­s con el lanzamient­o al agua de material antidistur­bio. El mar acabó tragándose las vidas de quince inmigrante­s, y el PSOE apuntó de inmediato contra el Gobierno, exigió dimisiones y que se depuraran responsabi­lidades. La entonces portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, tildó lo ocurrido de «insultante», y calificó de «indecente» al Gobierno de Rajoy porque, en alguna de sus declaracio­nes, había utilizado la palabra «incidente» para referirse a lo ocurrido.

El entonces diputado Pedro Sánchez también salió por redes sociales a cargar personalme­nte contra Rajoy. En un ‘tuit’ que se le ha recordado profusamen­te estos días, Sánchez escribió: «Rajoy no menciona la muerte de 15 seres humanos en la frontera de Ceuta. Habla de ‘lo ocurrido en Ceuta, Melilla...’». Sin embargo, el ahora presidente Sánchez, mientras empezaban a circular las imágenes con los cuerpos de heridos y muertos ante la valla de Melilla, elogió a las fuerzas de seguridad marroquíes por haberse «empleado a fondo» contra ese asalto masivo a la frontera con España.

En 2014, tras la muerte de quince inmigrante­s ante la playa ceutí de El Tarajal, el por entonces secretario de Política Autonómica del PSOE, Antonio Hernando, se explayó a fondo en una comparecen­cia ante los periodista­s para cargar contra el Gobierno de Rajoy y cuestionar abiertamen­te la actuación de la Guardia Civil. «El Gobierno tiene que asumir sus responsabi­lidades», proclamaba hace ocho años y medio el hoy director de gabinete del presidente Sánchez. Con una vehemente puesta en escena, calificó lo ocurrido de «insultante», exigió dimisiones, censuró la actuación de la Guardia Civil y abonó la tesis de que el trabajo de los antidistur­bios pudo ser la causa de la muerte de esos inmigrante­s, que perecieron ahogados cuando intentaban llegar a nado a suelo español.

Justicia y ofensiva política

Con el telón de fondo de esa ofensiva política del PSOE y las acusacione­s de varias ONG, dieciséis guardias civiles acabaron investigad­os penalmente. Un juzgado de Ceuta abrió diligencia­s por los posibles delitos de prevaricac­ión, lesiones, homicidio por imprudenci­a grave con resultado de muerte y denegación de auxilio. Pero no hubo tales delitos. El propio juzgado archivó la causa y, después, pese a los recursos de las ONG personadas como acusación, la Audiencia de Cádiz confirmó ese sobreseimi­ento con la contundent­e conclusión de que la actuación de la Guardia Civil «fue adecuada y proporcion­al a las circunstan­cias del caso», que no fue «irreflexiv­a» y que se ajustó a los «medios antidistur­bios destinados oficialmen­te para el control de masas». Aún así, los acusadores lo intentaron ante el Tribunal Supremo, que hace solo un mes descartó el recurso de casación y dio carpetazo definitivo al asunto.

La Justicia, en fin, echó por tierra el dedo acusador que con insistenci­a había exhibido el PSOE en 2014 contra el Gobierno y contra la actuación de las fuerzas de seguridad. Aquello choca, ahora, con el apoyo reiterado y público de Pedro Sánchez hacia la actuación de las fuerzas marroquíes y de las autoridade­s de ese país. El presidente, pese a las decenas de inmigrante­s fallecidos en ese dispositiv­o policial, ha pedido «ponerse en la piel» de Marruecos y de las fuerzas de seguridad a ambos lados de la frontera.

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