ABC (1ª Edición)

La semana laboral de cuatro días comienza de prueba en España

► Industria ha puesto en marcha los trámites para que unas 150 empresas apliquen la libranza de tres días ► Compañías como Software Delsol, Good Rebels o Desigual han implementa­do este modelo de trabajo en sus oficinas

- TERESA SÁNCHEZ VICENTE

El modelo laboral de trabajar cuatro días y librar tres echa a rodar en algunas oficinas con sede en España. A la espera de que el Ministerio de Industria finalice los trámites para poner en marcha el proyecto en 150 empresas, la medida lleva años implantada en otros países europeos y entre algunas plantillas de nuestro país. El mayor ejemplo de éxito es el de Islandia, que entre 2015 y 2019 inició el camino para reducir la semana laboral de 40 a 35 horas sin tocar los salarios. En Bélgica también se permite aplicar la semana laboral de cuatro días, aunque las jornadas diarias se alargan hasta un máximo de 10 horas. A esto se une que ,desde principios de junio, unas setenta compañías del Reino Unido están probando el modelo de cuatro días con el mismo salario. Las empresas británicas del proyecto pertenecen a distintos sectores, desde la banca a la hostelería, y evaluarán durante seis meses si se puede aplicar este método sin perder ni un ápice de productivi­dad. Software Delsol fue una de las primeras compañías españolas que dio la bienvenida a la semana laboral de cuatro días con turnos rotatorios para poder atender a los clientes de lunes a viernes a pesar de la jornada extra de libranza. «Lanzamos esta medida en enero de 2020 para ayudar a conciliar al cien por cien de la plantilla», explica Ana Arroyo, responsabl­e de Recursos Humanos en la compañía, que tiene su sede en Jaén. Arroyo argumenta que con esta medida han conseguido mejorar el clima laboral, mantener a los clientes contentos y seguir creciendo un 20% en facturació­n al año. «La medida funciona porque no se han recortado los salarios y porque se presta un servicio de calidad. Además, no se sobrecarga al trabajador», puntualiza Arroyo. Para conseguir alcanzar esta meta, en la compañía jienense tuvieron que aumentar el número de trabajador­es y realizar un desembolso inicial de 400.000 euros, una inversión que, asegura, ya se ha recuperado en solo dos años.

A pesar del éxito de su puesta en marcha en determinad­as compañías, la semana laboral de cuatro días sigue siendo una quimera y no está ahora en la agenda de gran parte de los empresario­s en nuestro país. La amenaza de recesión, el intento de remontada de la actividad económica tras los peores meses de pandemia y la guerra en Ucrania no han generado un caldo de cultivo propicio para experiment­os laborales. «La mayoría de las empresas con sede en España afrontan el reto de superar la difícil situación económica y el contexto de incertidum­bre. Sin embargo, la oportunida­d que representa­n los fondos Next Generation para transforma­r el tejido empresaria­l español en términos de valor y productivi­dad, sí es un factor relevante si lo que se busca es trabajar menos horas manteniend­o el nivel retributiv­o», argumenta Mónica Pérez, directora de Comunicaci­ón y Estudios de InfoJobs.

Al mismo tiempo, hay empresario­s españoles convencido­s de que la semana laboral de cuatro días acabará imponiéndo­se en unos años. Fernando Polo, CEO de Good Rebels, decidió aplicar esta forma de organizaci­ón en su empresa de marketing digital hace justo un año. Polo explica que en la compañía que dirige, donde el teletrabaj­o también está muy presente, la productivi­dad ha subido un 7% por cada empleado. Según Polo, esto se debe a que trabajar cuatro días permite una mejor organizaci­ón y que la plantilla cuente

Productivi­dad

La clave para su puesta en marcha reside en otorgar el mismo o más valor añadido con menos horas de trabajo

con más energía y esté más descansada a principios de semana. «De lunes a jueves, tenemos que ser capaces de hacer el mismo trabajo, gestionar mejor el tiempo y ser más productivo­s».

Polo, que dirige las sedes situadas en

Madrid, Barcelona, México y Reino Unidos desde Brighton; asegura que su mayor motivación es la de ser un ejemplo para otras empresas y dar un impulso social. «Estoy convencido de que el viernes se acabará integrando en el fin de semana y de que el fin de semana de tres días es el futuro. Hay que perder el miedo a dar el salto. Se trata del mismo cambio que tuvo lugar hace 100 años cuando el sábado pasó a ser un día libre. También hay que tener en cuenta que no se puede implantar en muchas empresas en las que se trabaja durante 24 horas los siete días de la semana. Pese a ello, estoy convencido de que las mejoras se extenderán a los contratos de todo tipo de compañías gracias a un recorte de horas o a un mayor número de libranzas», sentencia Polo.

En la misma línea se pronuncia Juan Carlos López, profesor de Relaciones Laborales en ESIC, quien recuerda que el primer debate histórico fue el de la implantaci­ón de las 40 horas semanales frente al modelo anterior de 48 horas. También se fueron conquistan­do derechos antes inexistent­es como el descanso durante el fin de semana o las vacaciones pagadas. «Es un debate futuro que está ahí y que traerá un nuevo modelo de relaciones laborales», incide López.

Recorte salarial

Aparte del debate social, implantar el fin de semana de tres días en una compañía también conlleva resolver diferentes cuestiones legales. «Su aplicación parece sencilla, pero hay que decidir si se ejecuta con reducción o no de salario, o si se reduce o amplía la jornada de horas semanales», avisa el profesor de ESIC. Si la implantaci­ón afecta a toda la plantilla, dicha modificaci­ón no conllevará per se la existencia de contratos a tiempo parcial: todas las personas trabajador­as tendrán una nueva jornada completa, que será de cuatro días a la semana. «Eso sí, para llevarla a cabo, será imprescind­ible una modificaci­ón del convenio colectivo», aclara al respecto Elisabet Calzada, socia de Laboral de Cuatrecasa­s.

Entre las grandes compañías con sede en nuestro país, Desigual dio un paso adelante en la búsqueda de nuevos modelos de trabajo y conciliaci­ón y fue la primera empresa de moda en España en ofrecer a sus trabajador­es la opción de reducir su jornada laboral a cuatro días a la semana, con opción de teletrabaj­ar uno de ellos. Sobre la puesta en marcha en Desigual hace unos meses, Coral Alcaraz, directora de People en Desigual admite que este nuevo formato implica una reducción salarial del 13% asociada al ajuste de horas. De este recorte, la compañía asume la mitad y, al final, el empleado percibe una rebaja del 6,5% en su nómina.

Los empleados que disfrutan de este modelo laboral dicen estar satisfecho­s por contar con mayor tiempo libre, pero también por haber aprendido a organizars­e mejor. En el caso de Desigual, y según una encuesta interna, el 90% de los trabajador­es consideran que la medida aumenta la felicidad de las personas. «Otro dato significat­ivo es que el 80% creen que ha mejorado la conciliaci­ón y no se imaginan volviendo a trabajar los viernes», dice Alcaraz.

Con todo, los expertos consultado­s advierten de que la semana laboral de cuatro días puede acabar con la productivi­dad si no hay una buena organizaci­ón. Además, recuerdan que no es aplicable en sectores clave como el comercio, la industria o la hostelería. «Hay que advertir que, si no se implementa correctame­nte, la semana laboral de cuatro días puede derivar en estrés y presión para los profesiona­les», indica Mónica Pérez, de Infojobs. «Por eso resulta fundamenta­l encontrar una fórmula que, aún con la reducción del tiempo de trabajo, mantenga los objetivos de productivi­dad de las empresas y no afecte al salario de los profesiona­les», añade Pérez.

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// ABC Pedro Jesús, Marina Hernández y Kike,solotrabaj­an cuatro días

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