ABC (1ª Edición)

Nadal sube tres niveles

► El español sacude a Sonego con el partido más completo y veloz y se planta en octavos con todo listo para medirse mañana con el neerlandés Van Zandschulp

- LAURA MARTA

Después de sufrir en los dos primeros encuentros, decía el propio Nadal que ganar a Berankis también suponía ganar un tiempo para seguir mejorando. Y ante Lorenzo Sonego aplica sus palabras. Gana con soltura su plaza en los octavos de final con un partido en el que se mostró más activo y compenetra­do con la hierba. Es otro ejercicio que Nadal cumple a la perfección: subir el nivel, la temperatur­a y la velocidad cuando lo requiere la ocasión.

Ya lo pide Wimbledon, que va eligiendo sus favoritos y entre ellos, sin duda, Nadal. En 27 minutos acribilla en el primer set a Sonego, al que no le da tiempo a ver ni dónde va la pelota porque el español parece levitar sobre la moqueta. Además de rapidez, hay destreza, mano firme, intención hacia la red y hasta florituras. Ya es este Nadal, el de las mejores tardes.

No quiere perder tiempo el 4 del mundo. Estuvo tres horas y media contra Francisco Cerúndolo y otras tres contra Berankis, y se han terminado las contemplac­iones y los enredos propios. Martillea sin tregua al italiano, al que no le salva ni su saque y que ve cómo todas sus opciones se escurren en las manos de Nadal, de volea, de revés, de pasantes, de cortado, o en las suyas propias; contra el viento y el enfado de no encontrar ni un agujero en el rival, poco puede hacer salvo correr de lado a lado sin encontrar premio, gritar a su palco, patear la hierba y esperar a que termine el chaparrón.

Apenas hubo puños al aire en los dos encuentros previos y hay muchos, y rostro concentrad­o pero sin preocupaci­ones, en este. Se mueve liviano el español, otro break de inicio en el segundo set y limpio en sus llegadas a lo poco que intenta Sonego. Se divierte el español, que se lanza a la red con tanto ímpetu que hasta se pasa en dos ocasiones. Pero marcha todo bajo control, y descontrol­ado marcha el italiano, al que se le ven maneras, pero propone poco y le sale menos.

Qué puedes hacer ante un Nadal que tiene prisa por alcanzar la segunda semana, que ya está en el punto de saque cuando el rival todavía camina hacia él, al que el revés cortado le sale afilado como un cuchillo y la derecha ya es profundísi­ma y al cuerpo. Un martirio ‘made in Nadal’ porque llega antes que la pelota y asfixia al italiano, fuera del partido y del marcador, otro break en contra. Celebra Sonego el primer juego a su favor como si ganara el título. La grada lo anima porque no se puede animar con otra cosa, pero se encarga el balear de aplacar los ímpetus con voleas que levantan más aplausos y juegos de saque que duran un par de minutos.

Sonríe incluso ante los pequeños errores que comete, un revés paralelo que se va al pasillo, pero que sabe que saldrá, porque ya siente la pelota y las distancias están asumidas. Si todavía no funciona el paralelo, lo hace a la perfección el cruzado, que certifica la soltura, la alegría en el juego y el segundo parcial; apenas una hora. Hay prisa porque oscurece en Londres y no quiere parar, que Sonego parece soltarse. Pero con 42 el partido se para 10 minutos para cerrar el techo e iluminar la pista.

Y con las luces, llega un pequeño apagón en Nadal, que cede su servicio en blanco (4-4). Pero no quiere sorpresas el español después del mejor partido del torneo y recupera de inmediato, cómodo como está ya en la hierba para llegar a la segunda semana. Todos los golpes adaptados para rematar al italiano con su saque y seguir el camino hacia el domingo. Aún queda mucho, pero la maquinaria se ha engrasado, se han recuperado los automatism­os después de tres años sin pisar esta superficie y hasta se han quitado las agujetas en la parte abdominal de los primeros días. La grada esperaba más partido, pero se rinde al festival que plantea el español. Un restazo por aquí, un globazo por allá, una carrera que hunde a Sonego después de llevar todo el punto en sus espaldas, 24 golpes ganadores y solo 17 errores. El Nadal de las mejores tardes.

Alcaraz-Sinner

Hoy, buscan los cuartos de final dos campeones en ciernes: Jannik Sinner (20 años) y Carlos Alcaraz (19). El español ya ha encandilad­o al personal con su tenis espectácul­o y quiere seguir divirtiénd­ose. Djokovic juega con Rijthoven.

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// REUTERS Nadal celebra un punto en su partido ante el italiano Sonego
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