Empiezan a anular vacaciones de sanitarios por la falta de personal
En Baleares, solo se podrá pedir cita médica con un contestador automático
La falta de personal y el aumento de la presión asistencial por el incremento del coronavirus han vuelto a generar la tormenta perfecta en los hospitales españoles en el periodo estival. En la Comunidad Valenciana, los sindicatos critican que –pese a que la actividad se reduce al 60% durante el verano– los responsables de algunos servicios están pidiendo a los profesionales que aplacen voluntariamente sus vacaciones fuera del calendario habitual, con la gratificación de tener tres días más de descanso, para evitar el colapso.
Los más perjudicados, de momento, están siendo los 5.000 sanitarios que se incorporaron al sistema público valenciano en mayo tras la creación de nuevas plazas estructurales. «A estos les están diciendo que se tienen que coger las vacaciones más tarde porque se están cerrando camas al no haber personal», asegura el responsable de Sanidad de CSIF en Valencia, Fernando García. Critica que su organización todavía no ha tenido acceso «en detalle al plan de vacaciones de la Generalitat» y lamenta «la falta de planificación ante un escenario que se veía venir».
Desde el sindicato de enfermería Satse han recibido quejas del personal del Hospital Clínico y el Peset de Valencia, que no podrán disfrutar de su tiempo de descanso en julio y agosto. Misma fórmula que se ha utilizado, según el Sindicato Médico CESM, en el servicio de Urgencias del hospital alicantino de Alcoy, donde los facultativos se están espaciando las vacaciones para cogerlas en octubre o noviembre y seguir dando así una asistencia «óptima» durante el verano. Algo que también se está promoviendo por parte de los supervisores en el departamento de salud del Hospital General de Alicante, cuentan desde Comisiones Obreras (CC.OO.).
Fuentes de la Consejería de Sanidad desvinculan esta organización del aumento de la presión asistencial por el incremento de los contagios de coronavirus y rechazan que sea una orden del departamento autonómico o una forma de actuar generalizada en los centros sanitarios de la región. Aseguran que se trata de un problema radicado en servicios muy concretos que se han podido ver mermados por bajas de última hora entre los profesionales o plazas que no se han podido cubrir, algo que aboca a sus responsables a tomar medidas para que la atención no se vea afectada. Ponen el foco en que en ningún caso se están cancelando unilateralmente las vacaciones, ni se obliga a los sanitarios a aplazarlas.
Además, los sindicatos advierten de que las casi 7.000 contrataciones anunciadas por la Generalitat valenciana para el verano son una utopía. «Desconocemos de dónde los vamos a sacar», añade Paco Tevar, representante de CC.OO. en el Hospital General de Alicante.
Madrid, beligerante
En la misma línea, el consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, censuró ayer la nueva «apropiación indebida» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al anunciar que hará fijos a 67.300 sanitarios para acabar con la «precarización en la sanidad» cuando es un «mandato de Europa». «Somos las comunidades autónomas las que hemos negociado», dijo en declaraciones a ‘Onda Madrid’, comentarios a los que
Los sindicatos advierten de que los casi 7.000 contratos anunciados por el Gobierno valenciano para el verano son una utopía
se unió el consejero de Presidencia de Madrid, Enrique López.
También en Baleares se están empezando a notar y mucho las consecuencias de la carencia de personal. Para descongestionar los centros de salud, la consejería del ramo centralizará a partir de ahora las llamadas para solicitar cita en un servicio automático, de manera que pedir hora con el médico será más complicado para las personas dependientes o de edad avanzada. Prácticamente el 80% de las citas de Atención Primaria se resolvían hasta ahora en los ambulatorios, pero el Gobierno balear dice que quiere «invertir esta situación», de manera que ha puesto en marcha Infosalut Connecta, una centralita telefónica con la que pretende liberar de las llamadas a esos centros.
La asociación de consumidores Consubal ha recibido las primeras quejas de usuarios sobre este sistema. «Hay un contestador que redirige según las necesidades de los usuarios y que, en un principio, presenta muchos problemas. Los más graves afectan a la accesibilidad de los mayores, y al lenguaje que utiliza la máquina», lamenta el presidente de la entidad, Alfonso Rodríguez.