ABC (1ª Edición)

Una época dorada en la canasta blanca

Con Laso en el banquillo, el Madrid levantó 22 títulos en una década mágica

- E. V. ESCUDERO

Acostumbra­do a desaparece­r de la foto oficial, buscando siempre un segundo plano en la victoria, a Pablo Laso le resultó extraña la celebració­n de la pasada Liga ACB. Antes de recoger la copa, el capitán Sergio Llull insistió en reclamar al técnico, alejado del banquillo en esa final ante el Barcelona tras el episodio cardíaco sufrido a principios de junio. Casi a regañadien­tes, a Laso no le quedó otro remedio que aceptar el honor y ocupar el papel de protagonis­ta, levantando el trofeo de campeón que, paradójica­mente, iba a ser el último de su etapa en el Real Madrid.

Esa liga era el título número 22 para el conjunto blanco desde que el técnico aterrizó en el banquillo en 2011 casi por la puerta de atrás. Porque entonces, Laso era la última opción de la directiva, que se decantó por él casi por descarte tras la negativa del resto de candidatos, reacios a hacerse cargo de un equipo que acumulaba fracasos lastrado por una historia gloriosa que parecía imposible de repetir. Desde el principio, Laso tuvo clara la receta para conseguir el éxito. Buscó el apoyo de la afición –desencanta­da con el equipo tras años de decepcione­s– con un juego alegre y de ataque y regaló todo el protagonis­mo a los jugadores. Ese cariño con el que se ganó al vestuario y a la grada ha sido su sostén en los (pocos) momentos complicado­s que ha vivido en el banquillo madridista.

De esa manera, fue poco a poco fue revirtiend­o el dominio del Barcelona en el baloncesto español. Su primer título, la Copa de 2012, impulsó aquel proyecto que nació con muchas dudas y que se ha acabado convirtien­do en el más exitoso de la época moderna del club. Tardaría algunos años aún en devolver la Copa de Europa a las vitrinas del Bernabéu, algo que consiguió finalmente en 2015, veinte años después de la última.

Aquella temporada resultaría el culmen del lasismo, con un repóquer de títulos (5) que no dejó nada para sus rivales. Además de los éxitos –solo Ferrándiz, con 27 alegrías ha sumado más que él como entrenador–, Laso consiguió que el equipo compitiera siempre. Regularida­d que le llevó a disputar 33 de las 44 finales posibles en los once años que se mantuvo como entrenador blanco. Una proeza que deja el listón muy alto para su sucesor.

La situación para el nuevo técnico será la contraria a la que se encontró Laso cuando llegó. Si entonces las dudas de los candidatos estaban en la manera de construir un equipo campeón casi de la nada, las de ahora ser sustentan en la necesidad de ver cómo mantener esta época dorada y perpetuarl­a en el tiempo. Tarea mayúscula que la directiva quiere encargar a Chus Mateo, mano derecha de Laso.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain