«El chupinazo dará visibilidad a la ELA en todo el mundo»
Juan Carlos Unzué Exfutbolista ► Natural de Orcoyen, será el encargado de lanzar el chupinazo tras dos años de parón por la pandemia
Nunca pensó que un día lanzaría el chupinazo y menos aún en los sanfermines más esperados de la Historia, tras dos años suspendidos por la pandemia de Covid. Para Juan Carlos Unzué, que nunca se desligó de su tierra, es un gran honor, pero también una oportunidad única de mostrar al mundo entero esa cruel enfermedad (la esclerosis lateral amiotrófica) que el exfutbolista navarro padece desde hace cuatro años. «No tenemos tiempo que perder», recalca.
—¿Qué supone para usted este reconocimiento?
—Es un gran honor como navarrico que ha vivido muchos años fuera, pero no ha olvidado de dónde venía. Fue uno de los consejos que escuché a mi padre: «Mira, Juan Carlos, puedes llegar donde quieras, lo más arriba posible, pero no te olvides de tus raíces». Y nunca lo he hecho. Siempre he tenido muy presente mi infancia, mi crecimiento en Osasuna como futbolista y como persona, y mis vivencias en el pueblo, Orcoyen, y en Pamplona ciudad durante mis 21 primeros años.
—¿Ha pensado en volver?
—De momento seguimos instalados en Barcelona. Allí tenemos a nuestros tres hijos independizados y también es verdad que es una ciudad en la que estamos muy a gusto y que, por su clima, ayuda a llevar la enfermedad de la ELA de mejor manera.
—¿Qué sanfermines recuerda?
—Soy de Orcoyen, un pueblo muy cercano a Pamplona (a 5 kilómetros), y hasta los 14 años, subir a Pamplona era algo muy especial. Recuerdo que de chaval, al ser el pequeño de la familia, íbamos el 7 de julio a comer a casa de mis tíos con mis padres y después aprovechábamos el día, pero el resto de las fiestas, como teníamos una empresa familiar, había que trabajar. Después llegó la adolescencia y siendo adulto, rápidamente me fui a vivir fuera. He aprovechado los sanfermines como excusa perfecta para que conociesen la ciudad y la fiesta muchos amigos que he tenido y he dejado en los equipos donde he estado.
—Entre esos amigos, ¿había caras conocidas?
—Sí, evidentemente. Uno de los más asiduos durante muchos años fue Txiki Begiristain, que es de Guipúzcoa y ya de chaval se acercaba. Siguió manteniendo el buen hábito de venir a San Fermín y la verdad es que lo pasábamos genial. Un año también vino Pep Guardiola a conocer la fiesta con su mujer. No repitió más veces, pero le impactó la juerga y el buen rollo que vivimos.
—¿Qué disfruta más de los sanfermines?
—Creo que los sanfermines los puedes disfrutar de muchas maneras. De noche está más relacionado con la juerga, con el baile, pero las fiestas también tienen esos momentos de día de ir a ver las peñas, el encierro... Hay muchas actividades, alguna seguro que desconozco y que voy a descubrir en estos sanfermines.
—¿Corrió alguna vez el encierro?
—No tuve el convencimiento para saltar la valla y ponerme delante de los toros. Me hubiese gustado mucho porque creo que lo que deben sentir esos corredores es único, pero he sentido siempre que era demasiado riesgo, que no me compensaba por mucho que fuese a sentir algo maravilloso y único.
—Por cierto, ¿está ensayando para ese gran momento del chupinazo?
—¿Y cómo se entrena esto? Hablé con César Palacios, que lo tiró el año del ascenso de Osasuna como capitán, y él me decía: «Juan Carlos, esto no te lo puedo contar. Lo tienes que sentir. Vas a tener esa suerte de vivir ese momento y después me contarás».
—El chupinazo será una oportunidad para dar visibilidad a su enfermedad, ¿no?
—El chupinazo va a ser una oportunidad de mostrar la ELA a nivel nacional e internacional y con entrevistas como esta, poder explicar cuál es y sigue siendo la cruda realidad de mis compañeros de equipo de la ELA. Seguimos con muchas necesidades. La principal es que esta ley ELA que está en proyecto sea efectiva lo más rápidamente posible. Necesitamos el apoyo de los políticos, de todos, para que las medidas que han aceptado en la proposición de ley sean una realidad y se hagan efectivas lo antes posible. Porque la ELA no espera a nadie. Cada día se lleva a tres compañeros y cada día se unen al equipo otros tres. No hay tiempo que perder. No se puede dejar pasar los días como si no ocurriese nada. Para nosotros el tiempo es oro y por la situación en la que están la mayoría de los compañeros, no podemos permitir que no tengan los mínimos para acercarse a una vida digna. Creo que estamos poniendo en duda el mayor derecho de las personas, que es el derecho a la vida y a una vida digna. Es lo que reivindicamos.
—Después de más de dos años de pandemia, además, van a ser unos sanfermines muy recordados...
—El hecho de que podamos lanzar ese chupinazo conlleva que estamos volviendo a la normalidad. Aunque desgraciadamente aún muere alguna persona cada día por Covid, sus consecuencias van siendo menores.
"«Creo que estamos poniendo en duda el mayor derecho de las personas, que es el derecho a la vida digna»