Sánchez llega en declive al más duro debate de la nación
▶La Moncloa cuenta con que Unidas Podemos y ERC sean críticos ▶El jefe del Gobierno sacará pecho de sus reformas, atacará la imagen moderada de Feijóo y podría realizar algún anuncio
Brecha profunda en la coalición del Gobierno. Nuevo enfrentamiento con el PSOE histórico. Gélida relación con ERC. Batacazo histórico en el principal feudo del socialismo. Adelantamiento del primer partido de la oposición en las encuestas. Inflación de dos cifras que no responde a las medidas del Gobierno.
Crisis económica a la vista. Este es el resumen del contexto político y económico que cerca a Pedro Sánchez ante el que será el debate sobre el estado de la nación más duro desde el inicio de la democracia. Los cara a cara se multiplicarán frente a la cita que Mariano Rajoy afrontó en 2015 –la última vez que se celebró, aún con bipartidismo– y al esperado choque frontal entre el jefe del Gobierno y el primer partido de la oposición, el PP, se añadirán broncos cara a cara con el grueso de los nuevos partidos.
«UP echará todo en cara»
UPyD ha desaparecido pero en el tercio conservador se sientan ahora Vox y Ciudadanos. Además, preocupa en La Moncloa el tono que adopten sus propios socios, empezando por Unidas Podemos. «Echará todo en cara: el Sahara, la guerra, la OTAN, Melilla, la respuesta frente a la inflación...», descuentan ya fuentes de la dirección socialista con amargor, anticipando que ERC, uno de los aliados preferentes de Sánchez, tampoco se lo pondrá fácil. «Quiere marcar distancia con nosotros porque ya están calentando motores para las elecciones locales del año que viene», se resignan.
La voz catalana es, de hecho, una de las que más se ha radicalizado desde el anterior debate sobre el estado de la nación. De estar representada por CiU y una ERC que carecía de grupo propio en 2015, ha pasado a hacerse oír vía Junts (partido de Carles Puigdemont) en guerra con los republicanos de Oriol Junqueras, los antisistema de la CUP y el PDeCAT como opción moderada.
La estrategia de La Moncloa de dilatar al máximo esta rendición de cuentas que inventó Felipe González ha terminado por ser contraproducente para el líder socialista al alcanzarle en su momento político de mayor fragilidad. Es por este complicado escenario por lo que Presidencia ha tomado medidas para intentar reforzar de forma artificial la imagen de Sánchez. Así, anticipando que el saldo de la cita difícilmente le será positivo, solicitó la convocatoria de un pleno extraordinario a continuación del debate para aprobar la nueva ley de memoria democrática, el segundo decreto-ley de medidas contra el impacto de la guerra, y la nueva reforma del Consejo General del Poder Judicial para poder nombrar a dos magistrados del TC. La Moncloa considera que sacar adelante esas tres votaciones fortalecerá la imagen de Sánchez, compensando la debilidad que pueda proyectarse durante el debate. Además, fuentes del Gobierno anticipan que habrá «algún anuncio» para que el jefe del Ejecutivo recupere iniciativa política, aunque descartan que pueda ser demasiado relevante. «Todo lo importante que se podía hacer contra la inflación se ha metido en el nuevo decreto», reflexionan.
Un discurso con tres ejes
Con estas mimbres, las mismas fuentes apuntan que el discurso de Sánchez tendrá tres ejes. «Pasado, presente y futuro: los hitos que ha logrado desde el inicio de la legislatura, que son muchos, como el aumento del salario mínimo o el ingreso mínimo vital; las medidas que están tomando para hacer frente a las consecuencias de la guerra, como las ayudas a los combustibles o el tope a los alquileres de vivienda; y la acción del Gobierno a futuro», subrayan. Todo este discurso estará envuelto del recordatorio de «las dificultades sin precedentes» que ha tenido que gestionar el Gobierno. «Con una pandemia nada más arrancar, una erupción volcánica, inundaciones, asaltos sin precedentes a las vallas de Ceuta y Melilla, una guerra en Ucrania con crisis energética y una inflación elevada y persistente... Son problemas que tienen un origen externo, que no los ha provocado el Ejecutivo y que no han permitido gestionar el país con normalidad», subrayan. «Y al tiempo que se han afrontado todos estos problemas se están haciendo las reformas prometidas», añaden.
Junto a esta narrativa propagandística, las mismas fuentes admiten que habrá crítica al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, «por sus contra
dicciones». «Dice que es moderado pero no lo es. No tiene nada de hombre de Estado», apuntan. Para ello, Sánchez pedirá al PP que apoye el segundo decreto-ley de medidas contra la guerra, a la vista de que el grupo conservador sopesa abstenerse. «Y probablemente (Sánchez) volverá a pedir un acuerdo para renovar el Poder Judicial». Pedirá propuestas
En esta misma línea, las citadas fuentes subrayan que el líder socialista pedirá «propuestas». «Una oposición constructiva propone medidas», recalcan. «El presidente espera escuchar qué propuestas le trasladan y estará muy atento», añaden. Núñez Feijóo no intervendrá en el debate porque no cuenta con escaño pero lo seguirá desde el asiento presidencial del PP. La posición de su partido y el cara a cara con Sánchez estará en manos de su número dos, Cuca Gamarra.