El vino no quiere marcas como el tabaco y propone pictogramas en la botella
► La Federación Española del Vino (FEV) debate un nuevo etiquetado, que puede incluir la introducción de avisos contra el abuso y códigos QR ► Bruselas obligará, desde diciembre de 2023, a incluir ingredientes y nutrientes
Apenas se había apagado el debate en Bruselas sobre si cualquier consumo de alcohol incrementa o no el riesgo de contraer cáncer (sin distinguir entre consumo abusivo y moderado ni entre diferentes graduaciones del licor) y en el que organismos como Agencia para la Investigación del Cáncer (IARC) mantenían que no había un nivel seguro de consumo, cuando el sector vitivinícola y fuerzas políticas como el Partido Popular (PP) alertan ya de que habrá un segundo asalto.
En esta ocasión, organizaciones de la sociedad civil como Youth Health Organization, EuroCare, Movendi International, así como otros partidos políticos habrían optado por la introducción de cambios en el Reglamento Europeo 1169/2011 sobre información alimentaria facilitada al consumidor (Reglamento Food information to consumers Regulation, FIC), que regula el etiquetado. El propósito no sería otro que obligar, a partir de 2023, a que haya una advertencia similar a la del tabaco alertando del «riesgo» de contraer cáncer si se consumen bebidas alcohólicas como el vino, el vodka o la cerveza.
En este contexto, desde el pasado mes de mayo, la Federación Española del Vino (FEV) discute a nivel interno y en el marco europeo a través del Comité Europeo de Vinos (CEEV), que preside el español Mauricio González–Gordon, la introducción de novedades en el etiquetado del vino. Desde pictogramas y códigos QR que permitan al usuario descargar información específica sobre lo que va a ingerir hasta advertencias sobre los peligros para la salud de un consumo abusivo.
«Poner en una botella ‘el alcohol produce cáncer’ es equivalente a decirle al consumidor que va a comprar esa botella: ‘¡Oye! Si te bebes esto va a darte cáncer’», acusa el director de la Federación Española del Vino (FEV), José Luis Benítez. En su opinión, es «un despropósito». Benítez recuerda «que no hay un solo informe científico que sostenga que beber vino con moderación, en el marco de la dieta mediterránea, es nocivo». Por este motivo, apuesta por que los bodegueros sean «proactivos» y atiendan una demanda social de mayor información.
Según ha podido saber ABC, la propuesta que se debatió el viernes de la semana pasada en el Comité Europeo de Vinos y que también será discutida en la comisión ejecutiva de la propia FEV después del verano, prevé la inclusión de pictogramas en el etiquetado de las botella dirigidos a poblaciones de riesgo como embarazadas y menores de edad, así como sobre situaciones físicas «de alta vulnerabilidad», como tomarlo y luego conducir un vehículo.
Benítez también argumenta que para cualquier bodega española que exporta miles de botellas a diferentes países de la Unión Europea, optar por estos símbolos también supone no tener que traducir a cada idioma cierta información. Todo ello en un sector atomizado por unas 4.000 bodegas, muchas de ellas pequeñas aunque la mayoría (más de 3.000) son exportadoras de vino fuera de nuestras fronteras.
Advertencias
De igual modo, desde la FEV se muestran abiertos a incluir advertencias (las llaman en inglés, ‘warnings’) contra el consumo abusivo de alcohol y sus consecuencias nocivas sobre la salud. «Se trata de demostrar que somos un sector que apuesta por el consumo responsable, así como por avisar a las personas más vulnerables. No se trata de que la gente beba más, sino mejor, lo que será mejor para todos», apunta el director general de la organización que reúne a los bodegueros españoles. En este sentido, ve «viable» la inclusión de los pictogramas y recuerda que ya hay bodegas que lo hacen.
Otro de los ejes sobre los que gira el debate en el seno de la FEV es el uso de la plataforma tecnológica ‘U-Label’ que tiene por objetivo ayudar a las empresas bodegueras a adaptarse a los nuevos requisitos de etiquetado. En concreto, a partir de diciembre de 2023, las normas de la nueva Política Agraria Común (PAC) obligarán a la inclusión de información nutricional y de la lista de ingredientes en las etiquetas.
«Conseguimos que se incluyera en la PAC para mantener la especificidad del vino en el marco de la
Organización Común de Mercado (OCM)», especifica Benítez. Una legislación que abre la puerta a utilizar etiquetas electrónicas para este fin. En este punto cobran vital importancia los códigos QR específicos, que proporciona la plataforma (en una segunda fase está previsto el desarrollo de códigos de barras). Como explican desde la asociación vitivinícola, esta tecnología permitirá acceder a toda la información de cada botella (valor nutricional, calorías, ingredientes, origen, etc.). Además lo hará en el idioma de cada número IP del móvil. Es decir, si usamos un número alemán esta información estaría en ese idioma, si lo hacemos desde un móvil español aunque estemos en el extranjero lo visualizaremos todo en castellano.
«No hace falta descargarse una aplicación específica, bastará con la que incluyen las cámaras de todos los móviles. Eso sí, no puedes ofrecer información comercial del producto. Lo que conseguimos es que la Comisión Europea permitiera añadir una dirección web al final de cada ficha que redirigiera hacia contenido de marketing o la ficha de cata de cada producto», apunta Benítez a este diario.
Pero, ¿cómo ven todo este debate desde las denominaciones? Desde la Denominación de Origen Calificada Rioja (DOCa Rioja) prefieren esperar a las discusiones que tendrán lugar a partir de septiembre para adoptar una posición. Por su parte, el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera, Enrique Pascual, muestra a ABC el consenso que recorre todo el sector contrario a comparar el vino con el tabaco. «Nada que ver», dice Pascual contundente.
Sí apuesta por participar activamente en el debate que se está reabriendo y dar la mayor transparencia al consumidor, así como por proporcionarle «la máxima calidad posible». También se muestra partidario de evitar «dar una información no realista y alarmista» al público. En cualquier caso, recalca, «hay que estudiarlo y evaluarlo». En este sentido, desde la denominación riojana anuncian que participarán activamente en las intensas deliberaciones que se avecinan.
Músculo económico
La equiparación del vino con el tabaco tendría un fuerte impacto económico sobre un sector con mucho peso en el mundo rural. Según el informe ‘Importancia Económica y social del sector vitivinícola en España’, elaborado por AFI (Analistas Financieros Internacionales) a instancias de la Interprofesional del Vino y uno de los estudios más completos de los últimos años, la producción de caldos representa el 2,2% del PIB nacional (unos 23.700 millones de euros). España pasa por ser líder mundial en superficie de viñedo con más de 950.000 hectáreas plantadas, gran parte de ellas concentradas en Castilla–La Mancha. Nuestro país es el primer exportador en términos de volumen y tercero en términos de valor, por detrás de Francia e Italia.
Solo en 2021, España vendió al exterior 3.290 millones de euros en vino (30,9 millones de hectolitros), un 10,9% más, según datos del Observatorio Español del Vino (OEMV). El sector da empleo directo a 215.300 personas (viticultura, elaboración, crianza...) y genera más de 400.000 empleos en total. Además de aportar directamente 3.800 millones de euros al Fisco.
Por último, otra de las cuestiones que la Federación Española del Vino (FEV) pone sobre la mesa, al margen del etiquetado, es la reutilización o el reciclaje óptimo de las botellas. Como recuerda su director general, José Luis Benítez ya existe la iniciativa Ecovidrio desde hace 22 años, «con altísimas tasas de reciclaje» y se muestra prudente frente a otros sistemas como el de ‘devolución/retorno’ y si pueden o ayudar a salvar al planeta.
En este sentido confirma que han encargado «una evaluación rigurosa» sobre lo que supone reutilizar las botellas de vino o cava y conocer así si es factible hacerlo y cuáles son los condicionantes para la calidad del producto final.
«Somos un sector que apuesta por el consumo responsable», destaca el director general de la FEV, José Luis Benítez