ABC (1ª Edición)

«Jugué en la calle, soy un futbolista de otra época»

Fue uno de los grandes protagonis­tas de la brillante Champions. Florentino está enamorado de él, y así lo verifica su inminente renovación hasta 2028

- RUBÉN CAÑIZARES

Rodrygo Goes Futbolista del Real Madrid

Tiene solo 21 años, apenas lleva tres temporadas de blanco, pero ya es uno de los grandes pilares del Real Madrid. Recién terminadas sus vacaciones en Ibiza, Rodrygo Goes tiene la gentileza de recibir a ABC en su lujosa casa de La Moraleja. El brasileño confiesa que este ha sido su verano más mediático. Allá donde pisaba, apenas podía dar dos pasos sin recibir el cariño de la gente. Su brillante final de temporada, en la que sus goles ante el Chelsea y el City fueron decisivos en el desenlace de la Champions, le ha elevado a la categoría de estrella mundial, hasta el punto de desordenar el habitual ritmo de renovacion­es del Real Madrid. Le quedaban tres años de contrato, pero el club blanco, sabedor que tiene un diamante goloso, le ha renovado otras tres temporadas más, hasta 2028, doblándole la ficha y adjudicánd­ole una cláusula antijeques de 1.000 millones de euros, como ya adelantó este periódico el viernes 24 de junio. El anuncio se hará oficial la próxima semana y habrá una puesta en escena a la altura de las grandes presentaci­ones. La apuesta es total, no solo por parte del Real Madrid, sino también del jugador, que nunca ha querido escuchar ni una sola oferta, ni siquiera una millonaria que le llegó de un equipo top de la Premier: «Tengo mucho que dar todavía en el Madrid».

—¿Ha sido el mejor verano de su vida?

—Después de un título de Liga y otro de Champions, seguro que sí.

—¿Ha notado el salto de popularida­d?

—Sí, sin duda. Es verdad que ya antes tenía mucha gente detrás mía, pero después de todo lo que pasó en este final de temporada, siempre que salía venía a saludarme mucha gente y casi no podía andar por la calle, pero eso es bueno. Quiere decir que lo hice bien.

—¿Cómo se evade del elogio?

—Las cosas cambian muy rápido, en el fútbol sobre todo. Terminé la temporada muy bien, pero en cualquier momento puede cambiar. No puedo perder la humildad por meter dos goles en semifinale­s de Champions. Debo estar centrado y pensar en cómo mejorar.

—¿Qué valores le inculcaron?

—Mis padres me enseñaron a respetar a todos y a tratar bien a las personas. Y es lo que hago: ser una buena persona

—¿La fama le puede cambiar?

—La fama no me va a cambiar jamás. Al revés, me va a hacer mejor persona y jugador. Yo no soy mejor que nadie. A mí la fama solo me puede ayudar.

—¿Qué recuerda de su infancia?

—Siempre estaba jugando al fútbol. Primero en la calle, con mis amigos en Sao Paulo. Luego fui al Santos, y allí recuerdo jugar en la playa. No tuve mucho tiempo para disfrutar de mi infancia, nada más que para jugar al fútbol.

—Es un futbolista de la calle, algo raro en estos tiempos.

—Sí, jugué mucho en la calle, en la playa, al fútbol sala... Como se hacía antiguamen­te, vamos. Soy joven, pero soy un jugador de otra época.

—¿Es muy religioso?

—La fe para mí es todo. Yo creo mucho en Dios y si estoy aquí tengo todo lo que tengo es gracia a él.

—¿Qué es el cavaquinho?

—Es como un ukelele, pero un poco diferente. Lo más habitual es tocarlo en la samba, pero se puede tocar en cualquier tipo de música. A mí me relaja. Siempre que estoy con mis amigos lo tocamos. Todavía no soy muy bueno, pero estoy aprendiend­o cada día.

—¿Qué jugador le hizo enamorarse del Madrid?

—Cristiano. A mí ya me gustaba el Madrid, pero con él fue cuando más me interesé por el Real.

—En junio de 2018 fichó por el Real Madrid.

El día de la firma grabó un vídeo cantando el himno de la Décima para enviárselo a Florentino. ¿Por qué? —(Risas) Sí, sí, es verdad. Yo me sabía el himno antes de firmar por el Madrid. A Florentino se lo dijeron y él no se lo creyó. Dijo que decía eso porque iba a fichar por el Madrid, pero no tenía razón. Así que cuando firmé el contrato me grabaron cantando el himno y se lo enviaron. Lo hice perfecto. Y le encantó al presidente.

—Los brasileños de tiempos pasados eran, además de muy buenos, amantes de la noche. Esa tendencia parece haber cambiado en el perfil del jugador brasileño de hoy. ¿Sois una generación más familiar y profesiona­l?

—Yo no viví esa época, pero creo que los brasileños de antes eran también muy profesiona­les. Es imposible hacer lo que hacían ellos sin ser profesiona­l. Les gustaba salir de fiesta, claro, como a Vini, Mili o a mí también nos puede gustar. Lo hacemos cuando podemos, no en mitad de la temporada, porque eso nos perjudicar­ía. Y creo que ellos, más o menos, harían lo mismo.

—¿Qué significa para usted Marcel Duarte?

—Todo. Está conmigo desde los 13 años y sabe todo sobre mi cuerpo.

—Es evidente que ha transforma­do su físico en estos tres años en el Madrid. ¿Cuánto ha cambiado su peso y su porcentaje de grasa?

—Cada temporada intento estar más fuerte y tener menos grasa. Yo llegué con 18 años y era delgado, pero me dijeron que estuviera tranquilo, que poco a poco me pondría más fuerte, y eso es lo que está pasando. Ahora tengo un porcentaje de grasa del 8-9%. En 2019 pesaba 60-61 kilos y ahora peso casi 68. El plan es llegar a 70-71, pero sin perder velocidad ni chispa. En ese peso ya hay que tener mucho cuidado.

—El club hará público la próxima semana que renueva hasta 2028 ¿Qué significa para usted?

—Significa mucho. Estoy muy contento. Ya era un sueño solo llegar al Madrid. Ahora llevo tres años y ya voy a renovar. Estoy muy orgulloso de mí y del trabajo que he hecho, pero todavía tengo mucho más que mostrar.

—Su caso es peculiar. Siempre jugó por la izquierda, pero en el Madrid ha explotado por la derecha.

—Antes de venir a Madrid, cuando ya estaba fichado y continué un año más en el Santos hasta que cumpliera los 18, empecé a jugar por la banda derecha. Ahí es cuando me acostumbré, pero no estoy 100% adaptado. A veces creo que me falta algo que por la izquierda no me falta, pero estoy feliz de jugar en más de una posición. Si el técnico me necesita por la izquierda, yo ya sé hacerlo desde niño, por la derecha estoy cada temporada mejor y por el centro también puedo ayudar.

—Por la derecha juega Asensio, con quien compartió titularida­d la pasada temporada. Él no ha renovado y le queda un año de contrato. ¿Para usted sería bueno o malo que renovara?

—Asensio es un gran jugador, pero también juega por la izquierda, no solo por la derecha. La competenci­a no es solo con él, es con todos los delanteros. Si está con nosotros nos ayudará mucho, pero el tema de su renovación no es un asunto mío. Es un tema de Marco.

—Florentino dijo en una entrevista en ‘El Chiringuit­o’ que veía a tres jugadores con muchas opciones de ganar el Balón de Oro. Benzema, esta temporada, y en el futuro Vinicius y usted.

—(Suspiro y risa nerviosa) Uf... qué presión. Muy contento por sus palabras. Yo sé que el presi confía mucho en mí y espero devolverle esa confianza. Si él dice eso, con todos los jugadores que ya han pasado por el Madrid con él como presidente, es que algo debe saber.

Renovación hasta 2028

«Significa mucho. Estoy muy orgulloso de mí y de mi trabajo, pero todavía tengo mucho más que mostrar»

Evolución física

«Solo tengo un 8-9% de grasa. Cuando llegué, en 2019, pesaba 60-61 kilos. Ahora casi 68 y el plan es llegar a 70-71»

—¿Se ve ganándolo?

—Sé que tengo mucha calidad y si sigo con esta mentalidad y entrenando cada día muy bien, y además no dejo de mejorar, claro que puedo ganarlo algún día. Pero debo seguir trabajando mucho. Es un galardón muy complicado y la única receta es entrenar y trabajar.

—Sus números de Champions son de récord. No fue casualidad que iniciara su andadura en esta competició­n con un triplete ante el Galatasara­y, en noviembre de 2019. ¿Es cierto que esa noche, mientras su madre lloraba de alegría, usted prefería ver los goles en la televisión y cenar como si fuera un día más?

—Sí, sí. Todavía mi padre me lo recuerda enfadado. Él y mi madre estaban locos de felicidad. Yo también, pero a veces no lo demuestro mucho. Yo soy tranquilo, pero por dentro estaba eufórico.

—¿Suele ver sus partidos?

—Sí, tengo que saber lo que hay que mejorar y lo que hice bien. Los veo con mi padre. Paramos y vemos las jugadas con detenimien­to. Me da buenos consejos.

—¿También se detiene en los datos?

—Eso no tanto. Prefiero ver las imágenes, que muestran más la realidad. A veces los datos dicen unas cosas que no se ve en las imágenes. El GPS puede decir que un jugador corrió doce kilómetros y otro ocho, pero el que corrió ocho jugó mucho mejor. Los datos sé que son buenos y ayudan mucho al fútbol de hoy, pero creo que la realidad del propio juego es más importante que los datos.

—¿Cuántas veces ha visto el partido ante el City?

—Los últimos cinco minutos los he visto cada día de las vacaciones, y yo creo que mi padre más de mil veces. En una entrevista en Brasil pasaron los dos goles y él, que estaba allí, se puso a llorar.

—¿Alguna vez piensa que se va a ir fuera el cabezazo del 2-1?

—Las primeras veces que lo veía repetido estaba expectante de que entrara. Ahora ya sé que entra seguro (risas).

—En las tres semanas previas a la final de Champions, ¿qué les pasaba por la cabeza cuando escuchaban a Salah?

—Nos motivaron mucho sus palabras. Claro, él juega en un gran equipo, es un gran jugador y tenía mucha confianza, pero sus declaracio­nes fueron un acicate para nosotros.

—Ferrán Soriano, CEO del City, dijo que ganaron la Liga de Campeones por suerte. ¿Cree que el modo de ganar esta Champions ha generado envidia?

—Sí, seguro. Pero eso da igual. Lo que digan no nos importa. No fue suerte, fue trabajo. Una vez puede ser suerte. Tres no lo es. Reconozco que el City jugó mejor que nosotros, pero al final del partido, en los minutos decisivos, jugamos mucho mejor que ellos y merecimos nosotros la clasificac­ión.

—¿Qué ha aprendido de Ancelotti?

—Muchísimo. Nos enseña toda su experienci­a. Ha ganado mucho y todo lo que él habla lo intentamos llevar a la práctica sobre el campo.

—¿Para cuándo su nacionaliz­ación?

—Yo hice todo con Mili, hace ya más de un año. Desconozco cómo es la burocracia aquí. Si es rápida o lenta. Hice la prueba y nos dijeron que este verano la tendríamos, pero Vini lo hizo un año antes que nosotros y él no tiene el pasaporte español aún.

—Su vacaciones terminan en 48 horas. ¿Cuántas veces ha soñado con Pintus estos últimos días?

—Buf, muchas. Lo que nos va a hacer correr, madre mía (risas).

—Esta temporada es muy especial. No solo por el Madrid. Con Brasil puede jugar su primer Mundial.

—Hay una generación muy buena. Tenemos mucha ilusión, un gran equipo y un gran deseo de volver a hacer algo grande con Brasil en un Mundial.

Balón de Oro

«Qué presión lo que dijo Florentino, pero me pone muy contento la confianza que tiene en mí. Él sabe de fútbol»

La Decimocuar­ta

«Esta Champions ha generado envidia, pero no nos importa que digan que fue suerte, porque no lo fue»

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CARLOTA IGLESIAS

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