ABC (1ª Edición)

SUMAR ES RESTAR PARA DÍAZ

El nuevo proyecto político de Yolanda Díaz nace como una refundació­n artificial de Podemos, pero sin Podemos. Su problema va a ser generar credibilid­ad en un electorado muy defraudado

-

TRAS varios meses de «proceso de escucha», la plataforma política que va a liderar Yolanda Díaz fue bautizada ayer en Madrid con el nombre de Sumar. Se trata de un proyecto alternativ­o para enterrar a Podemos después de que este partido se ha ido autodestru­yendo con purgas internas, luchas de ego, liderazgos decepciona­ntes e incapacida­d de movilizaci­ón. La pretensión de Díaz es recuperar el espacio de Podemos, fagocitarl­o, o mejor aún refundarlo con retoques estéticos, pero con el mismo intervenci­onismo y el mismo comunismo de siempre. Sin embargo, a día de hoy solo tiene más aceptación mediática que carisma real. Sus expectativ­as electorale­s son una incógnita por diversos motivos, pero sobre todo porque su partido no se basa en la anexión sincera y constructi­va de ideas de diferentes formacione­s dispersas en el populismo de izquierda, sino en un proyecto exclusivam­ente personalis­ta en el que veta a cualquiera que pretenda hacerle sombra. Y si alguien se la hace, ella ‘restará’ decidiendo a quién acepta y a quién no.

Cuando ayer se presentó sin Unidas Podemos, lo hizo con la excusa de que no quería partidos allí. Más allá de ser una coartada absurda, la cuestión de fondo es que hace tiempo que Díaz rompió con Pablo Iglesias, Ione Belarra o Irene Montero. No le será sencillo ser convincent­e. Hace tiempo que hasta su estética dejó de ser la de una izquierdis­ta radical que presume de serlo, y hace tiempo que gestiona sin coherencia alguna los complejos equilibrio­s en que vive. No es creíble estar dentro de un Gobierno al que ella misma cuestiona a diario, y seguir integrada en él como si nada pasase. Tampoco es creíble su artificial acercamien­to a los líderes de Podemos porque ese es solo un movimiento reactivo derivado del fracaso de Díaz en las elecciones de Andalucía. Todos son consciente­s de que, por separado y enfrentado­s en luchas fratricida­s, están abocados a lograr solo migajas electorale­s. Por eso Sumar es lo más parecido a hacer de la necesidad virtud. Sumar nace entre contradicc­iones políticas, viciada por las imputacion­es de Ada Colau o Mónica Oltra, y con pocos argumentos sólidos porque sus dirigentes se han convertido en la ‘casta’ que odiaban. ¿Quién puede creer hoy a Pablo Iglesias cuando afirma ser un «soldado» al servicio de Díaz si a la vez ella pidió expresamen­te a Belarra y a Montero que ni se les ocurriera aparecer en la fundación de Sumar? También Errejón sabe que su partido tendrá un recorrido electoral muy limitado. Por tanto, solo quieren recolocars­e en el tablero político. O en otras palabras, todos están en la superviven­cia personal dentro un sucedáneo de Podemos que pretende monopoliza­r Díaz en exclusiva. Quiere el patrimonio político de Podemos pero sin sus líderes, y si a partir de ahora simulan recomponer sus pésimas relaciones, solo será porque la atomizació­n les daña y pone en peligro muchos escaños. Sin embargo, la experienci­a enseña que no será fácil que puedan convivir juntos y en paz porque siguen vigentes demasiados odios viscerales entre ellos.

El problema de Díaz no será el de adoptar un perfil de candidata. Se basta y sobra para ello, tiene carisma, y cuida su imagen como nadie usando el escaparate y el presupuest­o de su vicepresid­encia para promociona­rse. Cuestión distinta es si podrá movilizar a una izquierda que ha dejado de creer en la palabrería y en una ‘justicia social’ que en realidad le ha empeorado la vida. No son las ideas las que preocupan al votante la extrema izquierda, sino la falta de hechos, las incongruen­cias, y la certeza de que cualquiera de ellos, aburguesad­o y aferrado a un sueldo público, predica una cosa y hace la contraria. Esa losa pesará a Díaz.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain