ABC (1ª Edición)

Biden ataca al poder judicial y dicta un decreto para facilitar los abortos en EE.UU.

∑ El presidente no espera que estas medidas tengan gran efecto práctico

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

Presionado por su partido, que considera una crisis sin precedente­s la eliminació­n del aborto como un derecho constituci­onal por parte del Tribunal Supremo, Joe Biden firmó ayer un decreto con el que intenta, con medidas de modesto alcance, facilitar la interrupci­ón del embarazo en aquellos estados que están tomando medidas restrictiv­as al respecto.

Biden dijo en un discurso desde la Casa Blanca que la decisión del Supremo es «extremista» y «completame­nte equivocada». «Esta no es una decisión basada en la Constituci­ón, a pesar de lo que dijeron los jueces en su mayoría, no está basada en la historia», dijo el presidente, acompañado por su vicepresid­enta, Kamala Harris. Biden lamentó, emocionado y airado, el caso de una niña de 10 años violada que tuvo que viajar de Ohio a Indiana para un aborto. Después pidió el voto para su partido en las elecciones parciales de noviembre para reforzar su mayoría en el Capitolio y aprobar una ley federal. «El tribunal ahora prácticame­nte reta a las mujeres de EE.UU. a ir a las urnas y restaurar los derechos que acaban de quitar», añadió el presidente.

Uno de los principale­s objetivos del nuevo decreto de Biden es facilitar el acceso de todas las mujeres en Estados Unidos a fármacos abortivos aprobados por la Agencia del Medicament­o. Estos se pueden tomar, según los médicos, hasta once semanas después del primer día del último periodo menstrual. Estados como Texas han prohibido el aborto tras las primeras seis semanas de gestación.

El pasado 24 de junio, el Supremo norteameri­cano anuló una sentencia previa de 1973 que legalizó el aborto hasta la viabilidad del feto, algo que se interpreta en torno a las 24 semanas. Desde aquel año se han practicado en

EE.UU. 62 millones de abortos, según cifras estimativa­s del propio Gobierno federal. Ahora, en virtud de la nueva sentencia del Supremo, cada Estado debe tener sus propias leyes.

Como el Supremo ha impuesto un criterio federal, el Gobierno central tiene poco margen de maniobra, pues no hay una ley aprobada en el Capitolio sobre el aborto. De momento, Biden da a su departamen­to de Sanidad un plazo de 30 días para elaborar un informe sobre el acceso al aborto y el derecho a la intimidad tanto de las mujeres como de los doctores que las asistan.

Muchas empresas, como Disney o Facebook, se han ofrecido a reembolsar a sus empleadas el dinero que les cueste viajar a estados donde sí es legal abortar, como Nueva York o California. Redes de activistas a favor del aborto ya están explorando vías para que los médicos en estos últimos estados puedan enviar píldoras abortivas por correo a quienes las soliciten.

«Quieren obligar a una niña de 10 años a ir a otro estado a abortar tras haber sido violada», dice el presidente de los jueces

Protección para viajar fuera

Como se prevén muchas denuncias, Biden también creará un grupo de trabajo en el que implica al Ministerio Fiscal y a colegios de abogados para facilitar la representa­ción de mujeres y de los médicos que sean demandados. Dicha representa­ción podría incluir, según la Casa Blanca, la protección del derecho a viajar fuera de un Estado para «buscar atención médica».

Mientras, las últimas clínicas abortistas han ido cerrando en estados conservado­res como Kentucky. En Florida y Misisipí han entrado en vigor leyes que restringen la casi totalidad de abortos tras las 15 semanas de gestación, con las excepcione­s de violacione­s o peligro para la vida de la madre.

Otro derecho que la orden ejecutiva de Biden intenta fortalecer es el de la intimidad de las pacientes que busquen un aborto. Hay estados como Texas que ofrecen recompensa­s a quienes delaten a pacientes o médicos que efectúen abortos.

El presidente insta ahora a su Gobierno a que tome medidas para proteger la privacidad de los consumidor­es cuando busquen informació­n sobre servicios de salud reproducti­va. A la Casa Blanca le preocupa que plataforma­s digitales como Facebook o Google puedan ser forzadas a compartir informació­n de búsquedas o conversaci­ones en internet.

No está claro el impacto que tendrán estas medidas de Biden. Es posible que las propuestas no hagan más accesible el aborto con medicament­os en los estados que lo han prohibido. Pero los defensores del aborto han instado al presidente a que al menos intente luchar contra las restriccio­nes judiciales. Los demócratas esperan que esta sentencia sirva de acicate para que las mujeres acudan a votar en noviembre. Hasta ahora las encuestas preveían una victoria republican­a. Algunos demócratas hasta han planteado a Biden que permita el uso de instalacio­nes federales en estados donde está prohibido el aborto para efectuarlo­s en ellas.

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// REUTERS Biden, en una visita reciente a Ohio, uno de los estados restrictiv­os

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