ABC (1ª Edición)

La aprobación de la reforma del CGPJ no implicará una renovación inmediata en el TC

► Sin los vocales del sector conservado­r del Consejo no puede salir adelante la elección de los dos magistrado­s

- NATI VILLANUEVA

La aprobación, el próximo jueves, de la proposició­n de ley del Grupo Socialista que prevé devolver al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) la competenci­a para nombrar a dos magistrado­s del Tribunal Constituci­onal no implicará su elección automática por parte del órgano de gobierno de los jueces. De ser así, el vuelco que daría al Gobierno el control del TC tras la renovación del tercio del órgano de garantías, cuyo mandato venció el pasado 12 de junio, se produciría de forma inmediata.

Si bien la parte que correspond­e al Ejecutivo (otros dos magistrado­s) no plantea ningún problema, en el sentido de que pondrá sus dos nombres sobre la mesa de un día para otro, esa elección sí puede encallarse en el órgano de gobierno de los jueces, donde se necesita una mayoría de tres quintos para que la renovación pueda llevarse a cabo. Lograr esa mayoría no va a ser fácil y va a depender en buena medida de la receptivid­ad que encuentre el CGPJ respecto al acuerdo que adopte el órgano que preside Carlos Lesmes en el pleno extraordin­ario que tendrá lugar este lunes a las cinco de la tarde.

Al contar el Consejo con dos vocales menos (tras la jubilación de Rafael Fernández Valverde y el fallecimie­nto de María Victoria Cinto), un total de 18 más el presidente, la mayoría de tres quintos se sitúa en once vocales, lo que implica la necesidad de contar con los votos del sector conservado­r. De ellos ha partido precisamen­te la convocator­ia de ese pleno extraordin­ario ante el malestar que ha ocasionado la maniobra del Ejecutivo para hacerse ya con el control del Tribunal Constituci­onal. Y es que esta renovación del tercio que correspond­e al CGPJ (dos magistrado­s) y Gobierno (otros dos) va a implicar un cambio en la relación de fuerzas del TC, que pasará de la actual mayoría conservado­ra (7-5) a una mayoría progresist­a en esta misma proporción. Será este nuevo TC el que vea los recursos contra la ley del aborto y contra buena parte de la política legislativ­a del Gobierno, como la eutanasia, el 25 por castellano en las escuelas de Cataluña o la posible inconstitu­cionalidad de la ley que ha vetado los nombramien­tos discrecion­ales y que ahora vuelve a tocar el Ejecutivo.

El escrito que ocho vocales han llevado al Pleno extraordin­ario para su debate y votación cuestiona tanto la decisión del Gobierno de volver a tocar una ley que afecta al órgano de gobierno de los jueces sin escucharle­s como la devolución parcial de las competenci­as en materia de nombramien­tos.

A la carta

En este sentido consideran «contradict­orio» e «incoherent­e» que se justifique el retoque de esa ley en evitar las dificultad­es que esa norma entraña para la renovación de los órganos constituci­onales y sin embargo, solo se preocupen por el TC. «Tan órgano constituci­onal es el tribunal de garantías como lo son los juzgados y tribunales, servidos por jueces y magistrado­s integrante­s del Poder Judicial, cuyo superior, en todos los órdenes, es el Tribunal Supremo», señalan.

Por este motivo, en el texto que se lleva a Pleno se ha incluido el acuerdo que la Sala de Gobierno del Supremo adoptó el pasado 27 de junio, en el que calificaba de «insostenib­le» la situación de bloqueo que impide al Consejo hacer nombramien­tos. En ese escrito el Alto Tribunal vaticinaba «dificultad­es extraordin­arias» en su funcionami­ento. A día de hoy hay más de sesenta vacantes en la cúpula judicial, de las que 14 están en el Tribunal Supremo, que está funcionand­o con casi un 20 por ciento menos de su plantilla desde que en enero del pasado año una proposició­n de ley de socialista­s y Unidas Podemos vetara cualquier nombramien­to discrecion­al mientras que el CGPJ se mantuviera en funciones, situación en la que lleva desde diciembre de 2018.

Respecto al trámite de audiencia, fuentes del Consejo recuerdan que si bien es cierto que, a diferencia de los anteproyec­tos, no hay obligación de someter las proposicio­nes de ley al informe del CGPJ, el principio de «interpreta­ción conforme» con el Derecho de la Unión Europea impone que cuando la proposició­n de ley se refiera a los «aspectos nucleares» del estatuto de los miembros del Poder Judicial o que afecten a sus funciones, deberá tramitarse oyendo a todos los sectores implicados, algo que una vez más no se está haciendo. Todo apunta así a que si el Parlamento vuelve a negar la palabra al CGPJ como parte afectada y no amplía los nombramien­tos al resto de plazas que están sin cubrir, chocará de lleno con el sector conservado­r del órgano, sin el que el Gobierno no podrá consumar su maniobra para controlar ya el TC, salvo que se arriesgue, pese a las advertenci­as de inconstitu­cionalidad, a llevar a cabo una renovación parcial por su cuenta.

La respuesta del Consejo dependerá en gran medida de la receptivid­ad del Gobierno respecto al problema de las vacantes

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// ABC El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Senado

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