Feijóo critica la «agenda oculta» entre Moncloa y la Generalitat

Arrimadas acusa al presidente de «ceder» ante el soberanismo y «humillar» a españoles

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, denunció ayer el secretismo en el orden del día de la reunión entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat de Cataluña en La Moncloa. Las ruedas de prensa posteriores no satisficieron las dudas de los populares. Tampoco la del partido de Inés Arrimadas, Ciudadanos.

«Es una agenda oculta», criticó el líder del PP, en los cursos de verano de la UCM, en El Escorial, según recogió Europa Press. Le pidieron una valoración de la reunión y Feijóo respondía de esta forma: «No sé exactamente de qué van a hablar». Y continuó: «No es fácil hacer un pronunciamiento definitivo». Pedro Sánchez y Pere Aragonès acordaron recuperar la mesa de diálogo sobre Cataluña, que se reunirá a finales de este mes. Y que lleva paralizada desde el pasado septiembre.

Los populares consideran que lo que tenga que ver con la crisis territorial en Cataluña afecta a todos los españoles, por lo que estas citas bilaterales entre el Ejecutivo central y el Govern deberían ser en realidad «multilaterales». Así, el resto de partidos con representación podría «decidir» sobre los asuntos que se tratan. En la rueda de prensa de Aragonès, se dijo que en la reunión –de casi dos horas– habían acordado avanzar en la desjudicialización del conflicto con los líderes independentistas. Sin embargo, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, negó que se hablara del ‘procés’.

Feijóo advirtió ayer de que el Gobierno «más que nunca depende de ERC». Y que, a su juicio, esto pudo comprobarse por el giro a la izquierda de Sánchez durante el debate sobre el estado de la nación y en la votación de las resoluciones. «No le interesa (al presidente) la nación, sino su coalición de gobierno con Unidas Podemos y sus socios parlamentarios», insistía.

«Depende de ERC para todo»

Sánchez y sus socios aprobaron anteayer en la votación del debate poner en marcha los impuestos a la banca y las energéticas que anunció el presidente el martes. PP y Vox votaron en contra y Ciudadanos se abstuvo. ERC y Bildu pedían que las nuevas cargas fueran permanentes, pero apoyaron la resolución. Así que la creación de los gravámenes saldrá adelante con la correlación de apoyos que dejó la cita política. «Es evidente que el Gobierno más que nunca depende de ERC para prácticamente todo», criticó ayer el presidente del PP. «Todo parece indicar que el presidente Sánchez va a ser presidente durante el tiempo que quiera el señor Aragonès», abundaba.

Además, la número dos del PP, Cuca Gamarra, advirtió de que estarán «atentos» a lo que ocurra en las próximas semanas porque «lo que está claro es que cuando el independentismo pide algo, lo consigue». Y le reprochó al PSOE que el independentismo «pidió la cabeza de la directora del CNI y la tuvo» por el espionaje a los líderes soberanistas con el sistema Pegasus.

Díaz reivindica el diálogo

La líder de Cs, Inés Arrimadas, también hizo referencia a ese asunto. «Lo que debería estar haciendo Sánchez hoy [por ayer] es reunirse con las familias a las que se humilla por querer educar a sus hijos en castellano, o reunirse con las familias que no llegan a final de mes», lamentó Arrimadas, en un acto municipalista del partido en Paracuellos del Jarama. «En cambio, se reunirá con el portavoz de Junqueras para entregarle la cabeza sangrante de la directora del CNI». Arrimadas lamentó que el presidente «no pierde una oportunidad para humillar a los españoles» ante sus socios parlamentarios y para «ceder» ante el secesionismo.

Desde el Gobierno de coalición, hubo una defensa férrea de la cita y de la convocatoria de la mesa de diálogo. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tildó de «muy importante» la reunión entre Sánchez y Aragonès a su llegado a un acto de su plataforma Sumar. «Estamos expectantes, es muy importante, los problemas políticos se abordan y solucionan desde el diálogo», defendió la vicepresidenta. Díaz forma parte de esa mesa bilateral y se espera que lo haga Joan Subirats, ministro y cuota de Unidas Podemos.