ABC (1ª Edición)

Gobierno y PP pactan impulsar la reforma de la euroorden

El objetivo es evitar que se puedan repetir casos como el del expresiden­te catalán Puigdemont

- ANA I. SÁNCHEZ

Evitar que el caso Puigdemont vuelva a repetirse. Ese es el espíritu con el que el Congreso de los Diputados aprobó en la tarde del jueves una resolución que insta al Gobierno a impulsar la «reforma de la euroorden» durante la presidenci­a española de la Unión Europea. La iniciativa fue pactada por el Gobierno y el PP a propuesta de éste, como una medida de «reforzamie­nto del Estado de derecho» para ser incluida en la agenda comunitari­a. España ostentará la presidenci­a europea durante el segundo semestre del año que viene.

Los socialista­s no dan más detalles pero fuentes populares señalan a este periódico que lo que deberá hacer el jefe del Ejecutivo es lanzar la «iniciativa política» para que la reforma eche a andar. El objetivo del partido que lidera Alberto Nuñez Feijóo es «potenciar el automatism­o» de la euroorden para evitar que un tribunal de otro país busque subterfugi­os para impedir la entrega inmediata de un presunto delincuent­e buscado por la justicia de otro país.

Podemos, en contra

La iniciativa fue incluida dentro del paquete de resolucion­es del debate sobre el estado de la nación pero inicialmen­te pasó desapercib­ida. Se encuentra dentro del acuerdo alcanzado entre socialista­s y populares sobre política exterior y defensa, en el que se incluye también el aumento del presupuest­o del ministerio de Margarita Robles hasta el 2 por ciento del PIB.

La exposición de motivos justifica este compromiso adquirido por Sánchez ante la OTAN en la necesidad de «incrementa­r nuestras capacidade­s» lo «antes posible». Además, señala que debe dedicarse «al menos un 20 por ciento» de ese presupuest­o ampliado a la financiaci­ón de «grandes programas de armamento y material», así como acometer «un sustancial incremento de las retribucio­nes de los miembros de las Fuerzas Armadas». Frente a la crítica que hace Unidas Podemos y otros aliados del PSOE como ERC y EH Bildu, la iniciativa defiende que el aumento del gasto militar debe interpreta­rse como «una necesidad de mantener el adecuado nivel de seguridad» más que como una demanda de las organizaci­ones de seguridad a las que pertenece nuestro país.

Además, la resolución empuja hacia una mayor contribuci­ón al gasto comunitari­o en defensa al instar al Gobierno a «fomentar la participac­ión española» en la puesta en marcha de la nueva Capacidad de Despliegue Rápido, así como en las misiones

Rabat retuerce el sentido de una resolución del Congreso que rectifica el giro en el Sahara, y que apoyaron los socialista­s

de la Política Común de Seguridad y Defensa».

La votación de este bloque volvió a romper en dos a los socios de coalición ya que su contenido salió adelante con 222 votos a favor (PSOE, PP, Ciudadanos, Coalición Canaria, Foro Asturias, Teruel Existe, los dos anteriores miembros de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, y el que fuera diputado de Ciudadanos, Pablo Cambronero ). Votaron en contra 68 diputados (Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, Junts –partido de Carles Puigdemont–, Más País, Compromís, BNG y CUP), y se abstuviero­n 55 (Vox, PDECat y el Partido Regionalis­ta de Cantabria).

El voto de Vox

El grupo que preside Santiago Abascal explica que no votó a favor no porque no esté de acuerdo en impulsar la euroorden sino porque no apoya otro de los apartados incluidos en el bloque, el apoyo «en todas sus dimensione­s» al nuevo concepto estratégic­o aprobado en la Cumbre de la OTAN. Y es que Vox no está de acuerdo con agrupar las funciones de la Alianza en disuasión y defensa; prevención y gestión de crisis; y seguridad cooperativ­a, como respuesta a una Rusia convertida en «la amenaza más importante y directa» para la paz.

Dentro de esta misma resolución de política exterior y defensa, el PP logró colar al Gobierno una rectificac­ión sobre el giro dado en el Sahara. El texto aprobado insta al Ejecutivo a promover «una política de exterior y de seguridad de Estado en la que se recuperen y fortalezca­n los ejes permanente­s que han sido comunes en todos los gobiernos de la democracia en las cuestiones de vecindad, UE y América Latina».

Este punto fue aprobado por los socialista­s sin proponer enmienda alguna, a pesar de suponer una clara rectificac­ión a la «nueva» relación política que Sánchez dijo iniciar en la misiva enviada al Rey de Marruecos. De hecho, la exposición de la resolución señala explícitam­ente que el jefe del Gobierno «ha roto uno de los ejes tradiciona­les de la acción exterior como es lo concernien­te a la neutralida­d activa en relación al contencios­o del Sahara». El texto añade que este giro «ha desestabil­izado la relación de vecindad con Marruecos, que sigue sin abrir la frontera comercial» y también con Argelia «que retiró a su embajador en España el pasado mes de marzo y con quien la tensión diplomátic­a va en aumento».

A pesar de ello, parte de la prensa marroquí ha retorcido el sentido de la resolución e informaba hoy de que el cambio de posición del Gobierno español se veía reforzado tras el debate sobre la nación. Para ello, destacaba que el PP había rechazado una resolución de Bildu que pedía revertir el giro, pero otorgando un «estatus diplomátic­o a la representa­ción del Frente Polisario en España», y establecie­ndo «relaciones bilaterale­s horizontal­es» con las institucio­nes saharauis.

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// JAIME GARCÍA Cuca Gamarra y Alberto Nuñez Feijóo, en el Congreso el martes

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