Llamamiento del Rey para fortalecer los sistemas de salud y la inversión en ciencia
El Rey preside el tercer homenaje a las víctimas del Covid y destaca el carácter «solidario» de España
Solidaridad fue la palabra más escuchada en la celebración del acto ‘Un aplauso para el recuerdo’, un homenaje de Estado a las más de 110.000 víctimas del Covid-19 en España y en reconocimiento al personal sanitario. La ceremonia, que tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid, en su Plaza de la Armería, estuvo presidida por los Reyes, acompañados del presidente del Gobierno, sus ministros y varios presidentes autonómicos, entre otras personalidades.
El acto lo abrieron Agustín Portela de la Agencia Española del Medicamento y Sandra Gallina, directora general de Salud y Seguridad de la Comisión Europea. Ambos señalaron el papel de los sanitarios durante la pandemia y honraron a los miles de fallecidos por el virus. El primero centró su discurso subrayando el papel de los profesionales de la ciencia durante estos tres años, en la aprobación de las cuatro vacunas y en la «solidaridad» que España mostró cuando repartió miles de dosis de las vacunas a países en desarrollo.
Esa misma fraternidad fue señalada por Sandra Gallina, quien defendió que «España es una historia de solidaridad entre el norte y el sur». Su discurso tomó otra dirección girando en torno al eje Europa-España y el respaldo mostrado hacia otros países así como los buenos resultados con el número de vacunados. Pero pese a que los datos no son comparables con los del principio de la pandemia, incidió en que el virus no ha desaparecido.
Tras las intervenciones de los invitados, Don Felipe y Doña Letizia entregaron cuatro cruces al mérito civil a los familiares de cuatro de las víctimas que fallecieron a consecuencia de la enfermedad contraída en el ejercicio de su trabajo.
La primera homenajeada fue María Amparo Garea Rodrigo, farmacéutica en Alcázar de San Juan, que falleció a los 64 años tras una carrera dedicada a su profesión. El segundo, Francisco Andrés Beltrán Baldoví, médico de atención primaria en Torrent, Valencia, muy querido entre sus vecinos. El tercero fue Alfredo Díaz Delgado, quien trabajó en la misma farmacia de Cádiz toda su vida; gracias a sus vecinos, una calle llevará su nombre. Y la última, Mercedes Armero Barranco, ejerció en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, en Murcia, con vocación para ayudar a los demás.
Después, los Monarcas realizaron una ofrenda floral a todas las víctimas que culminó con un minuto de silencio que solo fue roto por un emotivo y largo aplauso.
Tras los actos, el Rey tomó la palabra en la tercera edición de este homenaje, en la que hizo un llamamiento a fortalecer «todo aquello que la pandemia reveló como relevante e impostergable: la inversión en ciencia y la solidez de los sistemas de salud», para que sirva «como una guía para el futuro». Don Felipe recordó, con la voz quebrada por momentos, a todas las víctimas de la pandemia, así como a los profesionales, de todos los sectores, que permitieron la continuidad del día a día pese a los confinamientos.
El Monarca destacó en su discurso el papel del personal sanitario. Así, les agradeció que se pusieran «en primera línea sin dudarlo y se enfrentaran con coraje y un esfuerzo extraordinario» al virus. El Covid-19, para el Monarca, es una «incertidumbre honda e impredecible que se cruzó en la vida de todos», pero los sanitarios –destacó Felipe VI– trajeron esa estabilidad tan necesitada.
Don Felipe rememoró los homenajes improvisados que fueron protagonizados por los ciudadanos: «Durante más de dos meses, a las ocho de la tarde, España salía a aplaudir a sus sanitarios» por ese esfuerzo extra que hacían en la lucha contra el virus.
Al mismo tiempo en que el Monarca dirigía sus palabras hacia las víctimas y los profesionales, los familiares invitados al acto no podían evitar las lágrimas y buscaban a sus seres queridos para arroparse unos a otros en ese duro momento.
Así, Don Felipe retomó las palabras de los dos invitados que poco antes habían intervenido y resaltó la «solidaridad» de España y la responsabilidad de sus ciudadanos. Además del personal sanitario, el Rey quiso «agradecer y valorar» el trabajo, esfuerzo y riesgo de los trabajadores de supermercados, transportistas, personal de limpieza, y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre muchas otras profesiones. Finalizó el Rey su discurso defendiendo: «España es un país justo y solidario –siempre lo ha demostrado– con esperanza en el futuro». Y aseguró: «Jamás se borrará la impronta de todos los que ya no están con nosotros».
El acto se clausuró con la interpretación al piano de Alice Wonder de ‘Lucha de gigantes’, de Antonio Vega.
«España es un país justo y solidario –siempre lo ha demostrado– con esperanza en el futuro», señaló Don Felipe