La Airef dispara su previsión de inflación al 7,8% en 2022
∑ Insiste en las dudas sobre el plan de recuperación y su falta de transparencia
Un posible corte total del gas ruso hacia Europa y la inflación son los dos temas que más condicionan las estimaciones económicas. También las de la Autoridad Fiscal (Airef), que presentó ayer su informe sobre la ejecución presupuestaria, deuda pública y regla de gasto 2022 de las administraciones públicas, en el que advierte de que los precios, de media, se dispararán a un 7,8% este año. El escenario para la inflación en España no es nada halagüeño, pese a las medidas adoptadas por el Gobierno para tratar de contener el golpe a las familias.
«Hemos revisado las previsiones de crecimiento económico que aun así se situarían un poco por encima del 4%, gracias a la buena marcha de los servicios y el turismo. Donde sí ha sido mayor la revisión ha sido en la inflación, que pasa del 6,5% que preveíamos en mayo al 7,8% actual», señaló ayer Cristina Herrero, la presidenta de la institución.
Esto supone un empeoramiento de la proyección de inflación de 1,3 puntos en solo dos meses, para alinearse con las previsiones de otros organismos. Sin ir más lejos, la Comisión Europea actualizó sus cifras ayer para situar el IPC en el 8,1% este año, muy en línea con la revisión que realiza ahora la Airef. En términos de crecimiento económico, la organización empeoró en una décima su proyección para este ejercicio hasta el 4,2%.
Herrero destacó que hay «un predominio total de riesgos a la baja» que se intensifican de cara a las previsiones que se hagan a futuro, con lo que ya augura una nueva revisión para cuando el Gobierno saque adelante los Presupuestos Generales del Estado en la última parte del año. Así las cosas, la organización ya introduce en su vocabulario la palabra recesión en Europa para el caso de un corte de suministro de gas por parte de Rusia al Viejo Continente, al igual que hacen el Banco Central Europeo y los grandes bancos y gestoras de fondos de inversión. Por el momento, eso sí, nadie descuenta que España vaya a entrar en recesión.
Más a escala doméstica, la Autoridad Fiscal pone el foco en la incertidumbre sobre qué puede ocurrir con el consumo privado, por la merma en la capacidad de compra que sufren las familias a causa de la inflación. Un hecho que preocupa a la Airef, que
anticipa un posible deterioro del consumo para los próximos meses.
Asimismo, la presidenta de la institución insistió en los problemas derivados del plan de recuperación, los fondos europeos Next Generation. «Seguimos teniendo dudas sobre el impacto del plan de recuperación», ha señalado, para añadir que «existen indicios de que podría producirse una menor ejecución de las inversiones previstas» por el Gobierno.
En todo caso, la Airef mantiene un impacto económico de 1,8 puntos de PIB del plan de recuperación este año, pero todo sujeto a una notable incertidumbre, especialmente por la opacidad del Ejecutivo. «Hay un problema de falta de información», ha explicado Herrero, en referencia a que no se conoce la ejecución real de los fondos europeos.
Déficit público
En términos de déficit, la institución ha empeorado su estimación para 2022 al situarlo este año en el 4,5% sobre el PIB. Esto supone tres décimas más que la última previsión. ¿Por qué? Las medidas del Gobierno para hacer frente a la inflación añaden seis décimas al déficit y se ha dado un incremento de otras dos décimas en el saldo de las autonomías; al mismo tiempo, el incremento en la recaudación por la inflación aporta cinco décimas a la baja al déficit, con lo que el equilibrio resultante entre estos factores es que aumente tres décimas más de lo previsto.
Y la Airef, como es habitual, no ha dejado pasar la ocasión para lanzar una recomendación tradicional al Ejecutivo y a las comunidades autónomas: «La necesidad de una estrategia fiscal», ahora que las administraciones tienen que pensar ya en la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2023, cuando podrían incluir ya una estrategia fiscal a medio plazo –igual que reclama el Banco de España– para enderezar las cuentas públicas «e identificar qué gastos son estructurales y cuáles coyunturales».