Pedersen engorda el Tour de los daneses
▶ El corredor del Trek suma el tercer triunfo para su país tras los de Vingegaard y Nielsen
La barbarie de los Alpes llegó a su fin con un cambio de rey. Pese a la magnitud de lo ocurrido, Jonas Vingegaard acontece a esta decimotercera etapa del Tour con aparente tranquilidad, mientras el rostro del bicampeón Pogacar reclama venganza. Desde la distancia de la cabeza del enjambre, ambos contemplan la victoria de Mads Pedersen tras una fuga, hoy sí, de primer nivel.
El danés del Trek marca los tiempos de la escapada, se deshace con un tirón de Kung, Jorgenson y Ganna a seis kilómetros de meta y, en los últimos 300 metros, destroza a Wright y a Houle al esprint. Triunfo planeado, dibujado, estratégico, de un campeón del mundo. El tercero en lo que va de Tour para su Dinamarca natal tras los éxitos de Nielsen y el maillot amarillo Vingegaard. Así, el perseverante Trek-Segafredo, tras intentarlo el jueves con Ciccone en el Alpe D´Huez, consigue su primera victoria en un Tour de Francia donde el éxito es carísimo.
Es una jornada para rodadores, una etapa para que el protagonismo abandone, aunque sea por unas cuantas horas, al binomio de colosos que luchan por la general. Se acerca el mediodía y el pelotón inicia su marcha desde la villa alpina de Le Bourg d’Oisans, donde las abuhardilladas casas alpinas maridan de forma idílica con las amplias y verdes laderas del Isère. Realmente, el lugar invita al retiro.
Pronto, el frescor de la montaña se esfuma y la carrera se adentra en la Francia profunda; seca y estival; de llanos anaranjados y carreteras vacías bajo el sol. Desde la partida, el día se reserva a los escapados. Los pocos repechos del recorrido y el final en llanura en la minera Saint-Étienne llama la atención de los hombres corpulentos, pesados, de pedalada larga. Antes de que el pelotón claudique, el Bikeexchange se desfonda, afila el colectivo y trata de arrebatar segundos a los escapados. Pero su esfuerzo es utópico y acaban abandonando tal empresa. Entretanto, el velocista Caleb Ewan sufre una aparatosa caída que tiñe sus extremidades de sangre. Un gris Giro y un accidentado Tour confirman su desafortunado año.
Sin más sobresaltos, la carrera muere en Saint-Étienne, donde un feliz Pedersen celebra con rabia y puños al aire. Hoy, etapa de transición con final en Mende, el último lugar donde un español venció en la cita gala. Fue Omar Fraile y fue en el ya lejano 2018. La espera continúa.