ABC (1ª Edición)

Modernidad entre paredes encaladas

- JUAN MANUEL BONET

Miquel Servera (1937-2022) Convirtió una casona medieval de la localidad costera de Son Servera, Sa Pleta Freda, en una galería por la que desfilaron los nombres más importante­s de nuestra escena artística. Fue además el primer director de la Fundació Pilar i Joan Miró de Palma

El pasado 10, falleció a los 84 años, tras una larga enfermedad, en su Son Servera natal, el abogado, galerista y museógrafo Miquel Servera Blanes. Formado en Barcelona, en 1976 fundó, con el arquitecto Antoni Esteva, la galería Sa Pleta Freda, ubicada en una casona blanca de su pueblo, donde el arte nuevo lucía muy bien, y que funcionaba sólo en verano. La nómina de lo que ahí se vio fue de primera. Encabezada por Joan Miró, mallorquín consorte, y por el ceramista Josep Llorens Artigas, colaborado­r del anterior, y uno de las primeros amigos de Servera en la capital catalana (siguió siéndolo siempre de su hija Mariette), en ella coexistier­on Ràfols Casamada y Maria Girona, Hernández Pijuan, Guinovart, Xavier Valls (que en sus hermosas memorias, ‘La meva capsa de Pandora’, habla mucho del galerista, de los cuadros nacidos en los veranos mallorquin­es en una casa propiedad de aquel, de una madre, Margarida Blanes, a la que evoca como un personaje de Lorenzo Villalonga, y de su capacidad para renovar viejas mansiones, como su palacio de Massana, en el centro de la isla), Saura, Chillida, Mompó, Rueda, Manuel Valdés… También catalanes más jóvenes, como Llimós, Zush (hoy Evrugo), Perejaume, Frederic Amat o Riera i Aragó. Y mallorquin­es como Miquel Barceló en su prehistori­a, Ramón Canet o Guillem Nadal. Y nuevas voces figurativa­s: el sevillano y malogrado Félix de Cárdenas, Juan Correa, Leticia Feduchi, Ramiro Fernández Saus con sus encantador­as evocacione­s de mundos idos, Juan Carlos Lázaro y su universo silente, Sebastián Nicolau… Siempre le oí hablar a Valls, de Miquel Servera, y de Sa Pleta Freda. Más recienteme­nte, he vuelto a saber del espíritu reinante allá, por Luisa y Germi Pascual, vecinos suyos de todos los veranos, y que estos últimos meses me han tenido al corriente del empeoramie­nto de la salud de su amigo. Y aunque la parte arquitectó­nica de la aventura era responsabi­lidad de Esteva, lo cierto es que cuantos se refieren a la atmósfera de Sa Pleta Freda (mencionaré también a José Carlos Llop, siempre mi principal referencia respecto de todo lo mallorquín), hablan del buen gusto inherente a la figura de quien fuera el artífice de su programaci­ón.

Persona muy vinculada a los March. Como museógrafo, primer director, entre 1985 y 1991, de la Fundació Pilar i Joan Miró de Palma, ubicada junto al que fuera estudio del pintor en Son Abrines, obra de Sert. A Servera se debe, en ese sentido, tanto la ordenación del legado mironiano, como la elección de otro habitué de Sa Pleta Freda, Rafael Moneo, como arquitecto del edificio de la Fundación.

Sus familiares lo han despedido con aquellos versos inmortales de Joan Alcover: «Faune mutilat, / brollador eixut, / jardí desolat / de ma joventut...».

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain