La banca advertirá a Calviño del daño del nuevo impuesto a la economía y la inversión
Mañana se celebrará en el ministerio una reunión con los primeros espadas del sector y el gobernador De Cos En la cita también se hablará de la situación macro de España, de política económica y de exclusión financiera
Ni es habitual que los presidentes y CEO de las entidades financieras acudan a las reuniones con el Ministerio de Asuntos Económicos; ni es habitual que la vicepresidenta Nadia Calviño actúe de anfitriona; ni es habitual que el gobernador del Banco de España participe. Mañana se celebrará un macrocónclave que tiene todos los tintes de excepcionalidad. Y es que el escenario lo requiere porque las relaciones entre la banca y el Ejecutivo sufren grietas muy hondas por culpa del nuevo impuesto anunciado por Pedro Sánchez al sector.
El debate del Estado de la Nación fue el escenario escogido por el presidente del Gobierno para dar a conocer que fijarán un nuevo gravamen a las entidades financieras por los «excepcionales beneficios» que dice Sánchez que está percibiendo el gremio por las subidas de tipos. Esa es la excusa, y el objetivo es que las grandes empresas paguen el esfuerzo fiscal del Estado para luchar contra la inflación. La Moncloa calculó que el nuevo impuesto recaudará 3.000 millones entre 2022 y 2023.
La medida no fue comunicada a la banca en ningún momento, que se enteró en el mismo discurso de Sánchez. Se exigió una reunión con Economía para abordar el nuevo gravamen y el ministerio la ha convocado para mañana. La convocatoria se ha realizado por parte del Gobierno al más alto nivel.
Aparte de los responsables de las patronales bancarias AEB, CECA y Unacc, los primeros espadas de las entidades también están citados. Acudirán figuras como José Antonio Álvarez, CEO de Banco Santander, y Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell, entre muchos otros. En los casos de Caixabank y BBVA, al cierre de este artículo no había confirmación sobre si asistirían su presidente o CEO. En Bankinter, casi con total seguridad acudirá Pedro Guerrero, su presidente.
Como actor de excepción estará el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. La importancia de la cita lo requiere ya que no solo se hablará de fiscalidad, sino también de la situación macroeconómica, de la política económica de respuesta a la crisis de inflación y de exclusión financiera. El Ejecutivo presentará al sector y al supervisor sus perspectivas para con la economía española en un escenario tan incierto como el actual. Asimismo, Calviño pedirá al gremio que arrime el hombro, especialmente con el nuevo impuesto.
El debate más intenso del cónclave estará en el gravamen específico para el sector. La reunión no está diseñada para negociar el impuesto con la banca, como confirman las fuentes consultadas, sino para presentar el tributo como una necesidad para ayudar a España. De hecho, no se entrará en grandes detalles sobre cuál será el hecho imponible, de cuánto será el gravamen... ya que todavía está por diseñar.
Batería de argumentos
La banca tiene claro que la cita no es para pedirles opinión ni para entablar una negociación. Por ello, jugarán su partido a rebatir los argumentos del Gobierno y presentar los suyos propios. El sector transmitirá varias ideas clave, entre las que destacan: un impuesto como este provocará el efecto contrario al esperado y dañará el crecimiento económico, ya que la banca canaliza el dinero hacia la economía; y que este gravamen supone un bache enorme para la inversión en España.
Así las cosas, transmitirán a Calviño que este impuesto erosiona la capacidad de los bancos para generar capital o atraerlo si fuera necesario en un contexto como el actual de riesgo de recesión, lo cual puede contribuir a amplificar los efectos de la crisis de inflación actual y a extender la restricción del crédito.
A juicio del sector, este tributo no hace más que ahuyentar la inversión en el sector, que ya se vio penalizado durante el Covid por las restricciones en el reparto de dividendos. Harán referencia a que la medida daña la credibilidad de España e incrementa la inseguridad jurídica.
Sobre estos puntos pivotarán las ideas de la banca pero llevarán tanto en conjunto como de manera individual un argumentario mucho más amplio de por qué no es positivo para España implantar este gravamen.
Más allá de ello, las entidades aprovecharán la ocasión para señalar al Gobierno por las formas utilizadas a la hora de comunicar la medida. Desde un primer momento no se ha entendido en el sector que se haya ocultado el impuesto hasta el último segundo, cuando tanto las patronales como las entidades a nivel individual tienen una interlocución fluida con el Ministerio de Asuntos Económicos, en concreto con la Secretaría General del Tesoro.
Como adelantó ABC, la confianza de las entidades hacia el Ejecutivo está en mínimos de los últimos años por cómo ha actuado el Gobierno. Por el secretismo que han utilizado a la hora de planificar el impuesto, ya que en el
sector tienen claro que una medida como esta no se prepara en un solo día; el diseño aún está por definir, pero la idea de imponer un nuevo tributo a la banca viene de lejos, sostienen fuentes financieras.
Impacto del impuesto
Las críticas al impuesto vienen desde todos los flancos. BBVA Research elaboró en 2018, con seis expertos, un documento sobre los efectos macroeconómicos de gravar el sistema bancario. El informe evalúa los efectos de los impuestos sobre la banca en España en tres alternativas diferentes: un impuesto adicional sobre beneficios, sobre los depósitos y sobre el volumen de préstamos.
Las conclusiones son claras: «Un aumento de los impuestos que pretenda aumentar ‘ex ante’ la recaudación 0,1 puntos de PIB da lugar a una disminución a largo plazo de 0,09 puntos del PIB, a un aumento de 10 puntos básicos de los tipos de interés de los créditos y a una reducción del volumen de crédito, depósitos y capital bancario».
Asimismo, el estudio destaca que los ingresos públicos ‘ex post’, en última instancia, solo aumentan 0,069 puntos porcentuales del PIB, generando por contra una disminución del «tamaño del sector bancario con el coste de una menor actividad económica».