ABC (1ª Edición)

Renault 5, medio siglo de una irresistib­le mirada

∑En enero de 1972, la marca del rombo lanzó todo un hito automovilí­stico, que en 2023 renacerá como 100% eléctrico

- NOELIA SOAGE

Tremendame­nte popular, el Renault 5 puso sobre ruedas a toda una generación en España y en el mundo. Bien por su estilo y simpatía, o por sus acertadas variantes en busca de las demandas de los clientes, consiguió ser líder de ventas durante muchos años. Su producción se inició en Francia en 1972, pero debido a su éxito se comenzó a fabricar en Valladolid apenas dos años después. Se mantuvo en la línea de montaje hasta mediados de los años ochenta. En concreto, en Valladolid se ensamblaro­n un total de 983.118 vehículos entre 1972 y 1984 y se exportaron dos tercios de su producción a países como Colombia, Venezuela o Francia. Historia de éxito que continuó con el Supercinco, más grande y moderno.

Aquel primer Renault 5, o popularmen­te conocido como R5, que rondaba las 132.500 pesetas de precio, se alzó con el primer Premio ABC al Mejor Coche del Año, en 1973, un galardón automovilí­stico de los más prestigios­os de España en la actualidad.

Su mirada traviesa y rebelde fue la que le convirtió de inmediato en todo un icono. De entrada, era un tres puertas capaz de transporta­r a cinco personas, de proporcion­es equilibrad­as y con rasgos muy personales. Su imponente portón trasero y sus innovadore­s ‘escudos’ delanteros y traseros le permitiero­n captar a la clientela femenina, aunque los jóvenes también apreciaban su lado deportivo. Así inaguró también lo que hoy conocemos como segmento B.

Además de sus dos versiones, ‘L’ y ‘TL’, lanzadas en paralelo, y con sutiles modificaci­ones en el equipamien­to y motor, en la primavera de 1972 se fabricó una flota de alrededor de 100 de la versión eléctrica. De dos plazas únicamente, y la mayoría de exposición, estaba equipado con un motor Unelec y ocho baterías de tracción de 6 voltios por unidad.

Varios años después, llegaría la esperada versión cinco puertas. Tan deseada que se convirtió en el R5 más vendido de la marca del rombo. El 5 GTL destacaba por sus proteccion­es laterales de plástico que se extendían sobre los parachoque­s, la accesibili­dad que ofrecía esta carrocería, sus elegantes llantas y sus luces de marcha atrás.

Deportivid­ad y lujo

En la década de los 70, fueron varios los fabricante­s europeos que siguieron la misma ruta: hacer variantes deportivas de vehículos populares. Y el R5 no fue la excepción. En 1976 se presentó el Renault 5 Alpine –en España se comerciali­zó como Copa–, diseñado y fabricado en la planta de Alpine en Dieppe.

Este modelo combinaba elegancia y rendimient­o deportivo. En el exterior llamó la atención por su alerón integrado en el faldón y perforadas en las caras largas de los cojinetes, las llantas de las ruedas del R17 Gordini, así como las pegatinas ‘A5’ en los paneles laterales y el panel frontal. En el catálogo también se ofrecían colores de carrocería específico­s: azul, gris, rojo, negro o incluso verde.

Equipado con un motor con una cilindrada de hasta 1.397 cm³ –93 CV– y una caja de cambios de 5 velocidade­s, estaba destinado al uso personal a un precio competitiv­o para un Alpine. También se ofreció una versión cupé para los pilotos principian­tes que querían participar en la Copa Renault Elf.

Pero para sorpredent­e, el coche fuera de lo común que creó en 1979 Renault para homologar sus modelos de competició­n. Así nació el Renault 5 Turbo, que mantenía del original los faros, los pilotos traseros o el parabrisas, pero en realidad se rediseñó casi desde cero. De hecho, fue concebido específica­mente para rally y se presentó en el Salón del Automóvil de París de 1978. Llegó a las portadas con su motor en la posición central trasera –dejó de estar en la parte delantera– y sus grandes ruedas cubiertas por aletas traseras extra anchas que le daban una apariencia asombrosa de pequeño Renault 5 con esteroides. Con 4.857 unidades fabricadas en

total, encontró rápidament­e a su público objetivo: aquellos que no tenían miedo de domar los 160 CV de fuerza entregados a 6.400 rpm. Disponible inicialmen­te con puertas y techo de aluminio y un nuevo interior de diseño, se fabricó a partir de 1983 en una versión ‘Turbo 2’ con las mismas caracterís­ticas técnicas, pero con un interior derivado del Alpine Turbo y sin elementos de carrocería de aluminio para mantener el precio bajo control.

Y de la deportivid­ad al lujo solo había un paso. O, en este caso, 10 años. Renault creó un último modelo de su portfolio 5 ultrarrefi­nado, el Baccara. Era un modelo donde cada detalle del equipamien­to interior mostraba un nivel de exigencia excepciona­l: asientos y volante de piel, color interior en armonía, pomo de la palanca de cambios de piel negra, moqueta gruesa en el suelo y cubriendo completame­nte el maletero, sin olvidar la famosa funda para ropa fijada bajo la balda para paquetes. A bordo, bastaba con mover un dedo para ser obedecido: los elevalunas delanteros eléctricos y el cierre centraliza­do de las puertas con mando a distancia eran parte del equipamien­to de serie.

Reinterpre­tación

Ahora, esa mirada emblemátic­a y cómplice del Renault 5 original se plasma en su resurgir con el Renault 5 Prototype, un nuevo modelo cien por cien eléctrico que llegará al mercado en 2023. Cabe mencionar en particular la tecnología led matricial que permite integrar movimiento al programar animacione­s que dan vida a los faros. Esto resulta patente con la secuencia de bienvenida.

Asimismo, Renault, asociado con el diseñador francés Pierre Gonalons, también ha reinventad­o su icónico modelo con el Renault 5 Diamant. Se trata de un eléctrico que conserva las caracterís­ticas líneas y la forma emblemátic­a del original, pero con detalles exteriores y un habitáculo muy futurista. Se puede abrir con la huella dactilar y los acabados son de mármol.

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