Psy celebra 10 años del ‘Gangnam Style’, que le hizo caer en el alcoholismo
▶ El cantante surcoreano se muestra feliz ante el recuerdo de su mayor éxito, una canción y un baile conocidos en todo el mundo
Quien no haya dejado escapar aunque sea el latiguillo con el que remataba el estribillo de su canción, ‘¡Oppan Gangnam Style!’, o no haya cruzado las manos o dado un solo paso del baile del caballo, que levante la mano. Porque, con sus casi 3.000 millones de reproducciones, la canción del verano de 2012, a la que Corea del Sur rindió tributo con una escultura en una plaza de la capital, se convirtió en un fenómeno mundial: hizo famoso y millonario a su autor (se calcula que pudo ganar unos 20 millones de euros en derechos de autor), pero fue un regalo envenenado.
El verdadero nombre del artista es Park Jae-sang (44 años), miembro de una familia acomodada de Seúl que, al ver el talento musical del joven, lo envió a Estados Unidos a estudiar música en Escuela de Berklee. Divertido y provocador, combinó ambas facetas en sus primeros años profesionales, cuando se hacía llamar Psycho, pseudónimo que reduciría a Psy. En 2006 se casó con Yoo Hye-yeon, con quien tuvo dos hijas gemelas.
«Tenía una enorme dependencia de la canción, pero tras estos diez años ya puedo decir que soy libre», ha declarado en el aniversario del boom. Psy ya confesó en 2016 al ‘Sunday Times’ que nunca entendió las razones del éxito, por eso no pudo volver a repetirlo, al tiempo que reconoció sus problemas con el alcohol: «Si estoy contento, bebo. Si estoy triste, bebo. Si hace sol, bebo. Si llueve, bebo». Aunque tenía predilección por el vodka, no tardó en apuntarse a todo: «El vodka es mi mejor amigo, pero también bebo tequila, whisky o lo que sea. Bebo todo el día». El éxito repentino y brutal casi le cuesta el hígado y acabó con su matrimonio.
Por si fuera poco, en 2019 fue investigado por diversos delitos sexuales, evasión de impuestos y tráfico de drogas. ‘The Hollywood reporter’ lo relacionó con un importante caso relacionado con la empresa YG Entertainment, su agencia de representación, que además organizaba eventos musicales y, al parecer, orgías para importantes empresarios. Tras un interrogatorio de más de nueve horas, el cantante fue puesto en libertad.
En 2019 fue investigado por diversos delitos sexuales, evasión de impuestos y tráfico de drogas