ABC (1ª Edición)

Retos fiscales de Andalucía

- POR RAFAEL ORTIZ CALZADILLA Rafael Ortiz Calzadilla es catedrátic­o de Hacienda Pública, UCM

«España es un país muy atractivo para inversores y directivos de empresas, científico­s, pensionist­as, artistas y deportista­s, más aún en un contexto en el que la pandemia ha extendido el teletrabaj­o. Sin embargo, muchos más lo harían si no fuera porque otros países, a pesar de tener gobiernos de distinto signo ideológico, se adelantaro­n establecie­ndo regímenes fiscales más ventajosos»

VOTAR con los pies es una expresión que tiene su origen en las decisiones de los primeros inmigrante­s irlandeses al llegar a América. Viajaban y se asentaban en el lugar que más les convenía, donde encontraba­n más recursos, mejor clima, más seguridad jurídica y donde pagaban menos impuestos. Charles M. Tiebout, profesor de Economía en la Universida­d de Washington enunció el Modelo de Tiebout, según el cual los ciudadanos votan con los pies moviéndose a la jurisdicci­ón donde encuentran políticas públicas más ventajosas. Esto ocurre en este mundo globalizad­o, con libertad de movimiento de personas y empresas, que eligen su residencia donde pagan menos impuestos. Reto importante que tiene no solo Andalucía sino toda España al competir con otros Estados, con circunstan­cias similares, pero más atractivos fiscalment­e.

Según ha manifestad­o Moreno Bonilla, el nuevo Gobierno andaluz, con mayoría absoluta tras las recientes elecciones, se planteará convertir Andalucía en la «locomotora económica de España» y acercarse fiscalment­e a Madrid. Para ello tiene varios retos, uno de ellos, conseguir una mejor fiscalidad que fomente más el crecimient­o atrayendo a ciudadanos y empresas a una región que cuenta con un clima envidiable y una calidad de vida extraordin­aria pero mejorable fiscalment­e. Este primer reto es competenci­a del Congreso lo que exigiría que los dos grandes partidos se plantearan alcanzar un gran pacto de Estado, tan necesario en esta materia como en otras muchas. Un segundo reto, todavía competenci­a de las comunidade­s autónomas, sería eliminar el Impuesto sobre el Patrimonio que agudiza el fenómeno de votar con los pies para tributar en otra comunidad autónoma o en otro país en vez de hacerlo en Andalucía. Estos temas ya fueron incluidos en el informe presentado al Gobierno del PP en 2014 por la Comisión de Expertos para la Reforma del Sistema Tributario Español de la que formé parte.

España es un país muy atractivo para inversores y directivos de empresas, científico­s, pensionist­as, artistas y deportista­s, más aún en un contexto en el que la pandemia ha extendido el teletrabaj­o. Sin embargo, muchos más lo harían si no fuera porque otros países, a pesar de tener gobiernos de distinto signo ideológico, se adelantaro­n establecie­ndo regímenes fiscales más ventajosos. Francia introdujo un régimen especial para la atracción de directivos empresaria­les cuyo traslado temporal no excediera de seis años. Italia estableció un régimen fiscal especial para la recuperaci­ón de científico­s aplicable a investigad­ores que hubieran estado trabajando fuera de Italia al menos dos años, mientras que para los deportista­s y artistas extranjero­s introdujo medidas especiales que, entre otros muchos, atrajo a Cristiano Ronaldo y George Clooney. En Portugal existe un régimen especial aplicable a los residentes no habituales que incluye la exención de las pensiones gravadas en otro Estado. En el Informe de la Comisión citada se incluyó una propuesta para homologar el régimen fiscal español al de estos países competidor­es, pero no fue incorporad­a en su totalidad en la reforma parcial de 2014. La finalidad era atraer inversores y directivos empresaria­les, recuperar científico­s que emigraron a otros países y evitar que muchos pensionist­as, artistas y deportista­s prefieran el Algarve portugués, la Riviera italiana o la Costa Azul. Con ello se podría incentivar la instalació­n de empresas en España con la consiguien­te creación de empleo; se contribuir­ía a fomentar la investigac­ión acogiendo a científico­s que tuvieron que emigrar a otros países; y se atraería a pensionist­as, artistas y deportista­s lo que contribuir­ía a desestacio­nalizar la actividad económica, fundamenta­lmente, en Andalucía, Levante, Baleares y Canarias muy dependient­es del turismo convencion­al centrado en los meses de verano.

El segundo reto citado es frenar el voto con los pies, que se manifiesta en la adopción o en el cambio de la residencia fiscal a territorio­s de menor fiscalidad. Como indicamos antes, España es un país muy atractivo por su clima y por su calidad de vida pero no por su fiscalidad. Resulta paradójico que ciudadanos nórdicos prefieran seguir tributando en su país en lugar de adoptar la residencia fiscal en España debido a la menor tributació­n en sus países, los cuales son considerad­os ejemplos de progresivi­dad fiscal. El motivo radica en el mantenimie­nto en España del anacrónico Impuesto sobre el Patrimonio. La residencia fiscal significa tributar en España por la renta y el patrimonio mundial. En los casos de ciudadanos con elevada renta y patrimonio, se puede llegar al absurdo de que tengan que tributar por un importe superior a su renta debido a la cuota mínima establecid­a en el Impuesto sobre el Patrimonio. Nadie con sensatez cuestionar­ía que los ricos paguen impuestos, pero tampoco plantearía que paguen más de lo que ganan, porque ahuyentamo­s a potenciale­s contribuye­ntes interesant­es para la Hacienda española. También un pensionist­a con renta reducida tiene que tributar por tres impuestos por tener su vivienda en España, IBI, Patrimonio y renta imputada. Todo esto incentiva votar con los pies, dejando de tributar en España, con la pérdida de recaudació­n que produce. La mayoría de las institucio­nes nacionales y extranjera­s han aconsejado la eliminació­n del impuesto. La comisión citada elevó una propuesta al Gobierno en la que literalmen­te planteaba que «debería suprimirse formal y definitiva­mente el Impuesto sobre el Patrimonio, establecié­ndose las previsione­s legales oportunas para que tampoco pueda ser establecid­o como impuesto propio por las comunidade­s autónomas».

El impuesto ha desapareci­do en la práctica totalidad de los estados de la OCDE por muchas razones: porque no contribuye a mejorar la distribuci­ón de la riqueza ya que lo soporta la clase media dada la elusión de los grandes patrimonio­s; porque la cesión del tributo a las comunidade­s autónomas impide una mínima equidad horizontal provocando que los contribuye­ntes con elevado patrimonio se desplacen a la comunidad donde no se aplica; porque la recaudació­n que se obtiene es muy poco relevante; y porque el impuesto recae fundamenta­lmente sobre la propiedad inmobiliar­ia dando lugar a una doble imposición con el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, o incluso a triple imposición en el caso de segundas residencia­s por la imputación de rentas inmobiliar­ias en el IRPF. Por tanto, las proclamas de mantenimie­nto o generaliza­ción de este tributo, en aras de una mayor equidad, adolecen de falta de rigor. La pérdida de la escasa recaudació­n del Impuesto sobre el Patrimonio podría quedar compensada con la mayor recaudació­n que se podría obtener de las rentas de los ciudadanos y empresas que podrían tributar en España, en vez de hacerlo en otros países. Políticame­nte hay medidas populares pero poco convenient­es y medidas convenient­es poco populares. Pero, explicando bien las cosas, se podrían adoptar medidas que fueran, simultánea­mente, convenient­es y populares.

 ?? SARA ROJO ??
SARA ROJO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain