Lavrov pide el levantamiento de sanciones a Rusia a pesar del ataque con misiles contra Odesa
A pesar de negar la autoría en un primer momento, Rusia reconoció ayer ser responsable del ataque con misiles contra el puerto de Odesa del pasado sábado, que justificó como necesario para destruir infraestructuras militares allí situadas. El ataque tensó aún más el escenario internacional, suscitando la indignación de Ucrania y sus aliados occidentales.
En ese sentido, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció los hechos y calificó los nuevos ataques con misiles de «barbarie rusa». Lo cierto es que se produjo en un momento especialmente delicado, pues un día antes había tenido lugar en Estambul la firma de un acuerdo, con la intermediación de Turquía y las Naciones Unidas, para desbloquear las exportaciones de cereales por el mar Negro, ahuyentando la amenaza de una hambruna por culpa de la guerra.
Turquía, que medió en el acuerdo, aseguró el sábado haber recibido garantías de que Rusia no tenía «absolutamente nada que ver con el ataque» con misiles de crucero, según explicó el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar. Pero la portavoz de la diplomacia rusa se retractó ayer, al afirmar que los misiles destruyeron una «lancha rápida militar» ucraniana. «Misiles Kalibr destruyeron infraestructuras militares del puerto de Odesa, con un ataque de alta precisión», añadió Maria Zajárova en su cuenta Telegram.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, pidió ayer al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que facilite en la medida de lo posible el levantamiento parcial de las sanciones a Moscú por la invasión de Ucrania para facilitar el acuerdo firmado en Estambul.
Lavrov, de visita en Egipto, declaró que había recibido garantías del propio Guterres para negociar estas suspensiones. «El secretario general de la ONU se ofreció como voluntario para lograr la suspensión de esas restricciones ilegítimas y esperemos que lo consiga», explicó.