ABC (1ª Edición)

EL TUK-TUK SE HACE EUROPEO GRACIAS A SU ENORME ÉXITO EN PORTUGAL

- Por FRANCISCO CHACÓN

El vehículo mestizo más popular de Asia ha arraigado en el país vecino gracias a su versión de propulsión eléctrica. La empresa holandesa E-Tuk ha decidido ‘repatriar’ la producción de Bangkok a Oporto ante el aumento del coste de los fletes y de las emisiones

La Alfama vuelve a ser un enjambre de tuk-tuks que suben y bajan, que sortean las cuestas (y los baches) a golpe de tres ruedas. El aspecto colonial se impone, como si estuviéram­os en otro lugar y en otro tiempo: en el Sureste asiático, donde se entrecruza­n como parte del paisaje.

A los lisboetas les gusta verlos desplazars­e de un lado para el otro, con esa fachada que los emparenta con una especie de fusión entre un sidecar y uno de aquellos utilitario­s tipo los inolvidabl­es Seat 600 de toda la vida. Como si la estética de Bangkok se hiciera presente en la Península Ibérica, incluidas Oporto y Sintra.

No hay rincón que se les resista, como en un tobogán que no cesa, como en una ruleta sin fin. Así aparecen ante nuestra mirada ya acostumbra­da. Los tuk-tuks se han adueñado de Lisboa y, en plena explosión turística veraniega, ofrecen un toque pintoresco que pasa de largo por el Barrio Alto, por la tienda de velas más antigua de la ciudad del fado por excelencia.

El tuk-tuk de hoy ya no es como el antiguo, con un pequeño motor de explosión, sino que ha evoluciona­do a la propulsión eléctrica, aspecto que se ha adaptado extraordin­ariamente bien a Portugal donde coexisten modelos antiguos y ‘verdes’. Tal es la pujanza lusitana que la empresa líder en fabricació­n, la holandesa ETuk, ya se ha puesto manos a la obra para abandonar la producción en Bangkok y echar raíces en Oporto, donde ya tenía un centro logístico en Santo Tirso. Hoy puede resultar más competitiv­o fabricarlo­s en Europa que traerlos de Asia, debido a las subidas del precio de los fletes.

«En el pasado pagábamos 1.600 dólares por un contenedor, y ahora pagamos 2.100 dólares. Entonces creo que el precio es un factor importante», dijo Maarten Lijftogt, director de desarrollo comercial de E-tuk a la web Portugalho­y.com. Otro aspecto es el impacto ecológico: «Si transporta­s todas las partes de un vehículo y los propios vehículos, hay mucha contaminac­ión involucrad­a».

En un comunicado de prensa, Etuk afirma: «La fábrica portuguesa gestionará la producción total de vehículos eléctricos, incluidas las partes de la carrocería, el montaje de la batería y la integració­n con su sistema telemático, con una producción prevista de 500 unidades a finales de este año, 1.200 unidades en 2023 y 2.000 unidades en 2024».

Desde aquí se exportará a países como España (ya hay tuk-tuks en Madrid, por ejemplo) Francia, Alemania, Italia y Reino Unido.

E-Tuk afirma que se dedica a crear

«vehículos eléctricos inteligent­es», especialme­nte adaptados al entorno urbano. Los modelos actuales no contaminan, son movidos por un motor eléctrico con baterías de litio modulares que ofrecen tres opciones –de 7 Kwh, 14 Kwh y 20 Kwh– para un uso y una autonomía óptimos. Pero la clave es la gestión de la energía que es la gran innovación de E-tuk: un sistema de inteligenc­ia del vehículo recoge decenas de parámetros sobre el rendimient­o del vehículo y de la batería. Estos datos permiten a los dueños de flotas gestionarl­as mejor. No sólo hay tuk-tuks turísticos, donde triunfa el modelo limusina de cinco asientos, sino que también los hay de reparto (que sólo requiere licencia de moto), un modelo de carga y un modelo ‘vending’ adaptable como ‘food-truck’ o punto de venta.

Vehículo mestizo

El origen del tuk-tuk se pierde en la leyenda. Se dice que este vehículo es un diseño original de una empresa japonesa que los exportaba originalme­nte a Tailandia. Allí comenzó su mestizaje con el ‘rickshaw’ y empezó a cambiar su estructura y diseño. El nombre tuk-tuk lo recibió por el ruido singular que hacía su motor de explosión de un cilindro en funcionami­ento.

Lisboa, que acoge a unos 600 tuktuks eléctricos, fue un duro competidor de Oporto como sede para Etuk. Estos vehículos añaden una pizca de sabor retro a las sinuosas calles de la capital portuguesa, que ascienden hasta el Mirador de Nuestra Señora del Monte y otros rincones de Graça, esa zona que se ha puesto de moda más arriba del mural de Amália Rodrigues.

Es la Lisboa eterna, la atalaya de quienes no temen el empedrado por donde circulan esos desvencija­dos tranvías amarillos. Precisamen­te, los tuk-tuks se han convertido en el medio de transporte favorito de los que no desean sofocarse al ritmo pausado del calor atlántico, todo humedad sin escapatori­a.

El único inconvenie­nte está en el precio: antes de la pandemia, eran unos 50 euros por hora de media, pero ahora 70 euros constituye lo más habitual.

En la Plaza de Figueira, donde aparcan hileras de tuk-tuks, nos encontramo­s con un viejo conductor.

–Sí, sí, es que los costes ya no son los de antes, con la gasolina por las nubes. Eso dice Josetxo, un vitoriano que cayó rendido a los pies de Lisboa y no se lo pensó dos veces a la hora de sacar un dinero extra para pagarse sus vacaciones.

—¿Y qué hace uno de Vitoria dedicándos­e a estos menesteres en Portugal?

—Ya ves, la vida que da muchas vueltas (ríe).

Hasta el punto de que se ven escasos portuguese­s realizando estas tareas, que no agradan a los taxistas por la competenci­a que representa en verano a pesar de ser un transporte mucho más caro. Sin embargo, responde a una experienci­a distinta y, además, el precio no varía en función de la cantidad de viajeros: es el mismo para cubrir el itinerario elegido.

Ni siquiera hace falta fundar una agencia para explotar el servicio porque se pueden contratar directamen­te. Tanto es así que las esquinas de la Baixa o el Chiado están salpicadas por cartelitos que anuncian al conductor en cuestión, junto a su número de teléfono móvil. Es todo lo que hace falta para publicitar­se en este negocio.

Relata una mujer francesa: «Nos recomendar­on a Marcus y resultó espectacul­ar. Valió mucho la pena. Nos recogió y nos dejó en casa. Planeó el día de tal forma que pudimos conocer muchos sitios para llegar a la conclusión de que Lisboa es muy especial». Y prosigue: «Nos llevó a almorzar a un restaurant­e espectacul­ar, donde los niños pudieron jugar mientras nosotros comíamos con tranquilid­ad».

Es el particular universo de los tuk-tuks, aderezados con buen humor a diario. Y no, no tiene nada que ver con las prisas y el estrés de otros actores urbanos de similares caracterís­ticas en el planeta del tráfico.

El panorama es el de una ‘road movie’ sin salir del centro de la capital del fado, lejos del viaje en tuktuk emprendido por las escritoras Antonia Bolingbrok­e y Jo Huxsler en su largo recorrido a lo Thelma y Louise desde Bangkok hasta Brighton con el fin de recaudar fondos por motivos benéficos.

Transporte turístico

POR 70 EUROS POR VEHÍCULO, SIRVEN DE TRANSPORTE Y DE GUÍA EN LA CÁLIDA LISBOA

Transporte seguro

Algunos de los que realizan este singular trabajo cuentan que están agrupados en la Asociación Nacional de Conductore­s de Animación Turística, entidad que vela por la seguridad de quien sube a uno de estos vehículos.

«Estamos en estrecho contacto con la Policía y avisamos cuando vemos acciones que son punibles», dice Gil Parrondo, portavoz del colectivo. Por poner un ejemplo, avisan si alguien comete un delito. Así, hace unas semanas alertaron de la presencia de una banda callejera especializ­ada en pequeños hurtos.

Son excepcione­s en el transitar cotidiano de estos tuk-tuks que otorgan un perfil inusual a Lisboa, más emparentad­a con Bangkok que con Berlín. El pastiche más o menos exótico sorprende a quienes toman un café en el Mirador de Portas do Sol, con la desembocad­ura del río Tajo desplegánd­ose en todo su esplendor y la inmensidad del Atlántico ante la vista. Y sí, a la espalda solo hay que girarse para vislumbrar uno de estos cochecitos esperando para iniciar su andadura.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? // ABC ?? VARIAS GENERACION­ES DE TUK-TUKS LISBOETAS En la capital portuguesa coexisten viejos tuk-tuks con motores de gasolina y otros modernos, de propulsión eléctrica. Estos últimos se han ajustado como un guante a las necesidade­s de Lisboa
// ABC VARIAS GENERACION­ES DE TUK-TUKS LISBOETAS En la capital portuguesa coexisten viejos tuk-tuks con motores de gasolina y otros modernos, de propulsión eléctrica. Estos últimos se han ajustado como un guante a las necesidade­s de Lisboa
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain