ABC (1ª Edición)

Acuerdo político

- IGNACIO MARCOGARDO­QUI

ANÁLISIS

El acuerdo alcanzado ayer en Bruselas para reducir el consumo de gas ha sido calificado de ‘político’, lo que traducido al romance quiere decir que se ha cocinado un punto de encuentro que no da la razón a nadie y no castiga a ningún país. La Comisión Europea podrá aducir en su defensa que el planteamie­nto era correcto y el racionamie­nto necesario, además de mantener sin cambios el hito del 15%. Por su parte, los países que se oponían a ello –liderados por España– han obtenido un gran número de excepcione­s, demasiado abiertas, cuya concreción puede llegar a deslucir el objetivo marcado. Al final, me temo que todo dependerá de la imprevisib­le decisión rusa con respecto al suministro de gas cuya volatilida­d, disfrazada de cuestiones técnicas, responde a sus deseos de manejar la presión sobre los países que ayudan a su enemigo.

Si ya estaba garantizad­a la salvaguard­a de los consumidor­es individual­es y si se establecen excepcione­s en base a reservas, capacidad de interconex­ión y puesta a disposició­n común de instalacio­nes propias de regasifica­ción, se podrán minimizar los perjuicios causados a aquellas empresas en las que el gas resulta un elemento fundamenta­l de sus procesos industrial­es, que era el objetivo principal a conseguir.

La posición europea es débil, sin poder abandonar la dependenci­a de Rusia y con dificultad­es para implantar una solidarida­d necesaria para un momento de carencias tan graves. Añadan las amenazas de un estancamie­nto severo de la actividad, una soberbia subida de precios y el inicio del endurecimi­ento de la política monetaria, y obtendrán un panorama muy delicado.

Solo nos queda confiar en que nuestros resabios insolidari­os hayan quedado aplacados con el acierto alcanzado y sienten precedente cuando haya que implementa­r el TPI destinado a impedir las disparidad­es de las primas de riesgo, en las que vamos a necesitar que la solidarida­d –que no será poca– se ejerza sin reservas.

Sin olvidar que todo esto sucede mientras seguimos prohibiend­o explorar y, no digamos, explotar nuestras propias reservas de gas. Acuérdese de ello cuando pague la factura, que esa no la evita el acuerdo de ayer. El gas llegará, pero será muy caro. Elegimos un mal día para reñir con Argelia.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain