Droupadi Murmu, la primera presidenta tribal de la India
Su elección por el Parlamento es un gesto hacia las marginadas tribus indígenas, que suponen el 8,6% de la población. Releva a Ram Nath Kovind, el segundo ‘dalit’ (intocable) en alcanzar la Presidencia, que no tiene poderes ejecutivos
Aunque de forma más simbólica que real, siguen rompiéndose las barreras en la India, el país de las castas y las abisales diferencias sociales. Tras los cinco años en el cargo de Ram Nath Kovind, el segundo ‘dalit’ (intocable) en ocupar la Presidencia, ayer le relevó Droupadi Murmu, primera representante de una tribu indígena en alcanzar dicho puesto.
Elegida la semana pasada por los diputados y senadores del Parlamento federal y de las asambleas estatales, Murmu era la candidata del partido en el Gobierno, Bharatiya Janata (BJP), y obtuvo más del 64 por ciento de los votos, que llevó unas diez horas contar. Aunque el presidente de la República es el jefe del Estado, en realidad no tiene poderes ejecutivos porque estos recaen en el primer ministro, cargo que ocupa Narendra Modi tras su reelección en 2019.
A sus 64 años, la designación de Murmu está cargada de simbolismo porque pertenece a la comunidad Santhal, una de las mayores tribus de la India. Nacida en el remoto distrito de Mayurbhanj, en el Estado de Odisha (Orissa), era la hija del jefe local y, gracias a su inteligencia y determinación, fue la primera joven de su pueblo en ir a la Universidad.
Tras graduarse, empezó a trabajar como bedel en el Gobierno regional, pasando luego como secretaria a los departamentos de Irrigación y Energía entre 1979 y 1983. Tras casarse con un empleado de banco, dejó su trabajo para encargarse de las labores domésticas como manda la tradición y, además, para complacer así a su suegra. Pero no quiso quedarse en una mera ama de casa y empezó a impartir clases en un colegio, aunque sin pedir un sueldo porque lo consideraba una función social.
En 1997 entró en política y, como candidata del BJP, partido nacionalista hindú, fue elegida concejal en Rairangpur. Desde ahí pasó al Parlamento de Odisha, donde fue diputada en 2000 y 2009, y llegó a dirigir varias carteras en el Gobierno regional: primero Transporte y Comercio y, en 2004, Pesca y Ganadería.
Al contrario que su exitosa carrera política, su vida personal está marcada por la tragedia, ya que en solo cinco años perdió a su marido y dos hijos. Primero al mayor en 2009, quien falleció en extrañas circunstancias, luego al menor en 2013 y, finalmente, a su esposo al año siguiente.
Tras este duro golpe, que su hija le ayudó a superar, el Gobierno central la nombró en 2015 gobernadora del Estado de Jharkhand, donde destacó por su defensa de las comunidades tribales y los pobres. Después de Pratibha Patil, primera mujer en ocupar el puesto entre 2007 y 2012, Droupadi Murmu alcanza la decimoquinta Presidencia de la India en un claro guiño a las tribus autóctonas. «Es emocionante que la presidenta sea de una tribu porque son los primeros pobladores de la India y siguen siendo los más oprimidos. Se trata de un símbolo muy bueno», se congratula el analista político Guruswamy Mohan.
En este país multicultural de 1.300 millones de habitantes, donde conviven hindúes, musulmanes, sijs, cristianos y budistas, los grupos tribales adoran a la Naturaleza y suponen el 8,6 por ciento de la población, pero están mínimamente representados. Con este gesto hacia ellos, el Gobierno del BJP se sacude las acusaciones de fomentar el nacionalismo hindú y, tras designar hace cinco años a un ‘dalit’, sigue rompiendo barreras en la India, aunque de forma más simbólica que real.
Tragedia íntima Su vida política está plagada de éxitos, pero en lo personal perdió en cinco años a su marido y dos hijos